Verde pálido; hoguera Naranja

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Después de tanto tiempo tan solo respirando y viviendo en base a la promesa de que en algún momento sería libre, de que planearan su muerte por el bien mayor, de hacerlo ver la pérdida y hacerlo luchar sudando miedo e inocencia para drenarlo de ella y de toda esperanza de poder vivir una infancia más o menos normal, si es que existía algo como eso en este mundo que no acababa de conocer del todo.

No podía permitirse estar tranquilo un segundo sin voltear por sobre su hombro porque cada sombra y susurro le enerva y con cada acelerado latido de su corazón la necesidad de volver al cuarto para envolverse en la túnica bajo su almohada era más y más grande. Si bien la sensación punzante al fondo de su cabeza, que solía provocar Voldemort, ya no estaba; no significaba que ya no se sintiera observado y acechado.

La piedra en su pecho pesaba cada vez que su cabeza se arrastraba a esa esquina oscura en sus pensamientos y entonces respiraba profundo y olvidaba la sensación.

Una curiosa acción y reacción porque la piedra realmente no pesaba nada, no tanto como para ser consciente de ello mientras esta disociando totalmente fuera de si.

Harry se sentó en la cama y desprendió la cadena brillante dejandola colgar entre sus dedos para admirar otra vez el leve fulgor de la roca y la inscripción detrás del amuleto.

Los paseos por la noche se acabaron desde el momento en que dejó Hogwarts atrás, porque sabía que ya no le serviría de nada intentar buscar la paz, no iba a encontrarla en otro lugar, o a esa conclusión había llegado y es que estaba algo ansioso, temeroso y frustrado consigo mismo ya que en cuanto el sol saliera desde detrás de la colina sus tutores tocarían a su puerta para ir a pasear al pueblo más cercano solamente para buscar algunas cosas que Merlín necesitaba.

Harry no deseaba ir y ese sentimiento de querer enterrar la cabeza en la almohada y hacerse pequeño volvió, el mundo Muggle no le asustaba sabía que nadie allí lo conocería, sin embargo ahora si le generaba algo de pánico caminar en la calle entre la gente. Suele aferrarse a su varita cuando la situación le cierra la garganta del miedo y la angustia de saberse prófugo de su destino.

Le habían dicho que tenía que comenzar a confiar un poco más, no todo mundo pensaba en lastimarlo pero era justamente eso lo que lo atormentaba todo el tiempo frente a gente que no conoce.

Harry sorbio su nariz angustiado y desenterro su mano tibia de dentro de la tunica para limpiar su mejilla derecha que estaba húmeda debido a su propio aliento que rebotaba contra el vidrio de la ventana, volvió a acurrucarse en la prenda y observó con somnolencia al sol asomar entre la oscura tiniebla del mundo exterior.

Vio a ambos adultos hacer su rutina fuera de la casa, Arturo busco leña mientras Merlin descubría algunas secciones de su plantación y regaba otras, los vio hablar y reír jaloneandose entre ellos jugando y coqueteando tan dulcemente que robo un suspiro a su adormecido corazón necesitado. Sonrió viéndolos besarse bajo la luz tibia del sol de la mañana.

Realmente deseaba hacer la rutina con ellos de todos los días, desayunar juntos tomándose todo el tiempo que quisieran en ello y después salir afuera con Arturo para ayudarle en lo que necesite, aprender de él y reír de sus anécdotas con el castaño. Entrar y saludar otra vez a Merlin que lo apretaria en un abrazo mientras habla y despotrica contra el rubio acerca del estado en que lo va a dejar después de una mañana repleta de trabajo físico.

Quería observar a Merlin y Arturo interactuar mientras preparaban el almuerzo, con utensilios volando entre ellos y por encima de ellos mientras Arturo se adapta y y toma el control de ciertas cosas como si lo hubiera hecho todo una vida mientras Merlin le dice que le tomo mucho trabajo entrenar a Arturo como para que Harry tome su lugar y lo haga olvidarse de ellos otra vez.

2 Coins nd 2 Enemies [Merthur][Drarry]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora