yellow flowers and coffee cups › chanlix

veintiocho.

Los días antes de navidad había llegado la nieve decorando toda la ciudad y el bosque con esa fría nieve blanca que hacía a muchas personas sonreír y a otras cuantas sufrir.

—Aún recuerdo cómo fue mi última navidad solo, estaba en mi departamento sin calefacción, en celo y solo. —murmuro triste el omega.

Estaban frente a la chimenea, solamente Chan y él.

Felix estaba en su regazo mientras el alfa acariciaba a su omega y se llenaba del rico aroma a flores.

—Sería tan feliz si te hubiese encontrado antes y no hubieses tenido que sufrir todo eso. —el alfa besa los labios de Felix.

Los dos se quedaron viendo hacia la chimenea.

El alfa planeaba proponerle matrimonio mañana de la misma manera en que estaban los dos.

Estarían solos, frente a la chimenea y sería justo a la media noche.

El alfa estaba emocionado pero al mismo tiempo nervioso.

—¿En qué piensas alfa? —Felix dejó un besito en su cuello.

—En lo mucho que te amo. —Chan sonrió mostrando sus hoyuelos.

Felix sonrió más y acarició las mejillas de su alfa.

—Los cachorros se ven muy emocionados por la navidad.

Chan asiente y ríe un poco.

—Adoran la navidad, era mi época libre y ChaeYoung siempre dejaba la casa por unas semanas. Era un momento solo de nosotros, como familia. —Chan pegó su nariz a la fuente de aroma de Felix.

—¿Crees que deba irme para que vuelva su festividad de alfas? —el omega pregunto divertido y el alfa negó muchas veces.

—No, era una festividad en familia, ChaeYoung no era familia, tú eres parte de la familia, eres su madre y eres mi omega. —el alfa besó al omega y este sonrió.

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La mañana del cumpleaños de Felix fue especial.

Con los cuatro alfas llevándole el desayuno a la cama y dándole muchos abrazos y besos.

Chan le dio un collar muy lindo y sus cachorros otros regalos lindos.

RaeBin le dio un bellísimo vestido azul.

YongHee una taza hecha por él mismo.

Y DaeHyun le hizo un dibujo de ellos dos juntos.

Los tres alfas estaban preparando la cena de noche buena, con Felix vigilando todo y dándole tareas sencillas a los alfas que él sabía no eran los mejores en la cocina.

—Mami, quiero servilleta. —DaeHyun apuntó a una servilleta, tenía sus manos y ropa llena de chocolate. —Por favor.

Felix le sonrió. —Creo que cambiarte de ropa sería la mejor opción, bebé.

El alfa con ayuda de su padre se bajo de su sillita y tomó la mano de Felix para caminar al baño donde le lavó sus manos y quitó los rastros de chocolate.

Le puso un lindo suéter azul con unos pantalones bonitos.

El omega lo puso en su regazo.

El bebé empezó a reír y tomó las mejillas de Felix.

Le dio un besito en la punta de la nariz.

—Mi hermoso bebé. —susurró el omega y el cachorro rió, Felix acomodó el suéter del cachorro. —Te compraré más suéteres, estos ya te están quedando un poco cortos, bebé.

—Papá compro anillo. —dijo el cachorro.

Felix sintió sus mejillas calentarse.

Rió nervioso y abrazó a su cachorrito.

¿Un anillo?

¡Un anillo!

El omega de Felix se emociona en su interior saltando y aullando de felicidad.

El omega toma la mano de DaeHyun y salen de la habitación.

Chan se encontraba cortando las papas para unas papas gratinadas en queso.

El alfa se veía que batallaba, tenía su lengua entre sus labios como una forma de demostrar su concentración.

Felix sonrió.

Su bello alfa.

¿Futuro esposo?

Eso espera.

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La noche llega con la familia teniendo una adorable cena.

Los cachorros estaban emocionados por tener a su familia reunida completamente y Felix estaba feliz de no estar solo esa navidad.

Al final de la cena le cantaron "feliz cumpleaños" a Felix con un pastel de chocolate, era rústico y se notaba que RaeBin lo había decorado.

El omega no deseo nada porque realmente ya tenía todo lo que quería.

Eran las 23:45, el alfa y el omega estaban recogiendo todo lo que tuvieron durante la cena.

Ya estaban usando sus pijamas.

El alfa estaba feliz.

Tenía su último regalo en su bolsillo.

—Felix, ven. —el alfa estaba sentado en la alfombra frente a la fogata.

El pino de navidad estaba apagado por lo cual lo único que daba luz era la fogata.

Sus manos estaban sudando y podía sentir que los nervios lo carcomían.

El omega se sentó junto a él recargando su cabeza en su hombro.

El alfa acarició las piernas de su omega.

—Te amo, Felix.

—Yo también te amo, Chan.

Los dos estaban susurrando.

El sonido de la madera quemándose era lo único que se escuchaba.

Los cachorros estaban dormidos y Chan estaba tan feliz de que estuvieran tranquilos.

Chan se sentó de forma que estaba frente a Felix.

—Felix, eres mi omega, eres la persona a la que más amo en el mundo. Toda mi vida estuve buscando ese sentimiento de amor que solamente tú pudiste darme, me trajiste felicidad, vida y luz a mi vida, y además de todo eso eres la madre de mis hijos, les das todo el amor que ellos merecen. —Chan sacó la cajita y la abrió dejando ver el gran diamante. —Quiero poder tener el honor de decir que soy tu esposo, que soy esposo del ser humano más hermoso por dentro y por fuera, que a pesar de que eres más joven que yo, eres la persona más sabia que he conocido, eres trabajador, inteligente y tienes un corazón puro... ¿Quieres casarte conmigo?

Felix podía sentir como su corazón latía rápido, sus ojitos estaban llenos de emoción y su alma se sentía completa.

Asintió muchas veces. —Si, Chan. —se aventó hacia Chan riendo. —Si, si, si, si, siempre será si.

El omega se acercó a Chan y beso sus labios, acarició el cabello de Chan y sus mejillas.

—T-te amo, omega.—susurró el alfa.

—Te amo más, alfa. —susurro él omega y volvió a besarlo.

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¡gracias por leer!