Capítulo 2: "Mi mayor pesadilla"

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Narra Alejandro.

Me quedé dormido, fui a verme al espejo, tenia los ojos rojos y hinchados de haber estado llorando toda la noche. Fui a la cocina y vi que había un papel que decía "nos vemos en la tarde, te quiero" era mi madre, parece que hoy tenía reunión en la empresa y eso que era sábado. Sonó el timbre y fui a abrir. Era él, Javier estaba parado delante mio con una sonrisa.

-Bonitos bóxer -Riéndose.

No me di cuenta de que estaba en bóxers, y abrí la puerta así. -¡Ay que vergüenza! -Me eché las manos a la cabeza. -Pasa. -Le dije cortado.

¿Cómo sabía donde vivía? Parecía que no le importaba que fuera en bóxer. Me sentí incómodo porque no paraba de mirar mi abdomen.

-¿Cómo te has hecho eso? -Preguntó curioso.

Me miré y tenia un moratón - ¿Ah, esto? Nada, no te preocupes -Intentando esquivar la pregunta.

-Alex, por favor. Dime que te ha pasado. -Suplicó preocupado.

Era tan tierno, sus ojos azules mojados, parecía que de verdad le importaba, así que decidí contárselo.

-Verás... -Dije con miedo.

Yo vivía en un pequeño pueblo, donde tenía a mi abuela, mi familia al completo, mis mejores amigos y el que más me hace en falta, mi padre. Un día en el instituto me empezaron a insultar, a mandarse fotos mías que no eran reales. Bueno, eso no es importante ya. Lo más importante es lo que me hizo mi mejor amigo, el muy capu... Me utilizó, me usó, tuvimos un gran tonteo, -Empecé a llorar, yo era muy feliz con él, nos besábamanos, nos reíamos, pero él no quiso admitir que era gay, seguía empeñado en que era hetero, que lo hacía por hacerme feliz. Hasta que un día se enteró el instituto, me pegaron palizas, mientras que él miraba, y decía que fui yo el que le obligaba, que yo era un enfermo. Todo esto seguía así por meses, moratones, golpes, dolor, hasta se me secaron las lágrimas de tanto llorar. Mi padre se hartó y me defendió, por mi culpa le arrestaron por pegar a un menor, en la cárcel, no sobrevivió, si no le hubiera contado nada. -Me eché las manos a la cara, llenas de lágrimas.

-Ey Alex, tranquilo -Lo decía mientras se le caía una lágrima.

Me cogió y me tumbó sobre sus piernas, me dijo que él me iba a cuidar, a proteger, que no iba a pasar lo mismo que pasó con esos desgraciados. Pasó el tiempo, me estaba quedando dormido, encima de sus piernas, tenía los ojos cerrados, pero podía oír.

-Es tan mono -Dijo en voz baja.

Sonreí como un tonto, Javier me daba ánimos, fuerzas, me daba mucha confianza.

-Pobre le tiene que doler. -Tocó mi abdomen, yendo para el moratón.

Recordé que seguía en bóxer, me levanté bruscamente y fui a mi habitación a ponerme ropa, mientras que iba, oí una risa detrás mía. Regresé vestido y me puse ha hablar con él.

-Gracias -Dije seriamente.

-Gracias ¿Por qué? -Preguntó molesto.

-Por esto, por este momento contigo. -Sonreí y a la vez tenía miedo.

-Anda tonto, me caes bien, por eso te cuido tanto. -Bromeó, mientras me sacaba la lengua.

Me acordé de lo que había dicho y me atreví a pregúntale - ¿Eres gay? -Pregunté inseguro.

-No, no lo soy. -Comentó enfurecido.

-Rubio, me encanta que te hayas preocupado por mí como ayer y hoy, hacía mucho que no me sentía tan bien con alguien. - Sonreí.

-Se le escapó una carcajada. - No te preocupes pequeñajo. -Sonrió, mostrándome todos sus dientes.

-¿Eres así con todos? -Pregunté curiosamente.

-Solo con las personas dulces, como tú. -Se sorprendió, y llevó sus manos a su boca. - Me tengo que ir, cualquier cosa me llamas. -Salió a toda prisa de mi casa.

No pude evitar reírme, se ha puesto rojo y se ha ido como un cobarde. -Dije riéndome.

Me ha encantado ese momento en el que mi cabeza estaba sobre sus piernas y podía ver como estaba preocupado por mí y por mi historia, y sobre todo no me quitaba ojo. Me ha gustado poder confiar en él, espero que no me falle, como me han fallado el resto de personas. Espero que no.

Fui a ducharme, necesitaba despejarme, estuve en la ducha un buen rato, cuando me acordaba de lo que pasó ayer y hoy, sonreía como un niño pequeño. Cerré el agua, y me empecé a secar mi largo pelo.

-Necesito un corte de pelo urgente -Asentí en el espejo.

Me estaba secando el pelo, cuando vi mi móvil iluminándose, era Marta, no la atendí, terminé de secarme el pelo. Y la llamé. -¿Dime que querías? -Dije por el teléfono. Era para quedar mañana los 5, Javier, Antonio, Gema, ella y yo.
Oí la puerta era mi madre. Que empezó a gritar.

-¡Alex! ¡Alex! -Gritaba.

-¿Dime, mamá? -Acercándome a ella.

-¿Como te fue ayer en las clases?-Preguntó misteriosa.

-Bien, he conocido a unos amigos estupendos, se que estos no me van a fallar mamá. -Dije ilusionado.

-¿Puedo preguntar como se llaman? -Volvió a preguntar misteriosa.

-Marta es estupenda, Gema aún no la conozco pero debe serlo también. Antonio es rarito. Y-y... -Tartamudee
-Javier es un buen chico. -Se me iluminaron los ojos.

-Aja -Asintió mi madre, con tono de no ser tonta - Es tarde, vete a dormir. -Con tono mandón.

-Hasta mañana, mamá. -Dándole un beso en la mejilla.

Me quité los pantalones y la camiseta, me arropé y me quedé pensando, en por qué Javier me llama pequeñajo, tonto, que me va a proteger, y que mono era. ¿Por qué? ¿Qué siento hacia ese rubio con ojos azules? ¿Es amor? ¿Me gusta su presencia? ¿Que siente él por mi, para decir eso? No entiendo nada. Opté por dejar la mente en blanco y dejar de pensar en cosas. - Hasta mañana -dije en voz baja.

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Hola :3 Antes de nada me gustaría pedir perdón por si tengo alguna falta de ortografía o algo parecido. Lo siento, me pongo a escribir y no miro ni lo que escribo. Lo segundo es bienvenido o bienvenida, espero que te haya gustado este capítulo, lleno de emociones, y cosas que ni yo entiendo. Es broma :3.
Gracias por leer. ❤

¿Eres Real? [Gay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora