Capítulo 1

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-Tierra llamando a Jiminnie, Tierra llamando a Jiminnie - Hoseok le dio un codazo para llamarle la atención.

-¿Qué quieres? - Preguntó enojado.

- Hombre, yo que tú no estaría mirando embobado como si te fueras a comer al profesor. Seguro que hasta él se ha dado cuenta de las escenas eróticas que estabas pensando hacer.

-Yo no... - Pero su enrojecimiento lo delataba.

Hoseok era su mejor amigo y el único que le había contado que, desde hacía dos años, tenía fantasías sexuales con su profesor de bioinformática. Estudiaba la carrera de Bioquímica pero desde que conoció al profesor Jeon Jungkook solía escoger la asignatura que impartiera, fuera o no de su carrera. Ya la metería en créditos de libre disposición si los necesitaba. Era un chico muy extravertido con cabello corto y castaño oscuro. Tenía una figura de envidia y los chicos como chicas solían acercársele como las moscas.

En cambio el no tenía tanta suerte, o mejor dicho, tampoco es que lo quisiera si tenía a ese profesor para el solo en sus fantasías. El no era muy delgado, ni muy alto, ni muy guapo. Pertenecía según el, al grupo de los "ni muy", un grupo con el que calificaba a los hombres que eran normales y no atraían demasiado a los demás.

La primera vez que se habían visto, el rubio llegaba tarde a la clase y no se fijó en que el suelo estaba mojado. Sus zapatos eran nuevos y eso hizo que resbalara delante de la puerta y abriera ésta para caer frente a la clase. Lo peor de todo no fue el golpe que se dio en el suelo, porque no hubo tal, sino que cayó directamente en los brazos de su profesor, un hombre que lo sostuvo con rapidez para que no se hiciera daño.

Cuando logró incorporarse y mirarle a los ojos dejando de murmurar una y otra vez disculpas se dio cuenta de que no podría encontrar a otro hombre como él.

De mirada intensa, sus ojos color avellana le hacían perderse. Su rostro era serio y firme, con un mentón cuadrado y una nariz algo torcida seguramente de alguna pelea que te indicaba que no era de los hombres con los que jugar. Este hombre iba en serio cuando quería. Y al haber estado tan cerca de él como ningun otro, había podido notar que estaba bien dotado, tanto en su parte de arriba, con amplios hombros y un pecho musculoso, como por su parte de abajo, con una protuberancia que se le clavaba en el vientre, dura como una roca. Su pelo corto y de color negro le llamaba tanto la atención como para entrelazar sus dedos en él. Y su altura, cuando se levantó, lo superaba por cerca de veinte centímetros.

- ¿Ya vuelves a soñar? - Le preguntó su amigo sacándolo de sus recuerdos.

- ¿Quieres callarte?.- Protesto el rubio.

- ¿Por qué? Solo digo la verdad. ¿Por qué no le dices que necesitas una tutoría privada y te lo tiras?

- ¡Hoseok! - Exclamó el alarmado. Si en dos años no había podido dirigirle la palabra más que para lo necesario, decirle algo así solo lo dejaría sin oxígeno antes de llegar a pronunciar la frase entera.

- ¿Qué? Te quedan dos meses para acabar la carrera, el curso y después... Chao hombre todopoderoso...

-¿Crees que no lo se? Llevo marcando los días en mi calendario desde que empezamos el curso.

- Pues eres lo bastante mayor, y por lo que se ve él también, como para divertirse sin poner nada de por medio.

- ¿Y qué le dirán si se lía con un alumno? No voy a poner en peligro su trabajo.

- Reconócelo. - Acusó. - Te da miedo plantarte ahí delante y decirle que quieres una cita.

- ¡Por supuesto que no!

- Pues pídele una cita ahora. - Respondió mi amigo cruzándose de brazos. Jimin se sonrojó y se mordió el labio inferior, algo que hacía siempre que se ponía nervioso.

-No voy a pedirle una cita... - Murmuró.

-Perfecto, entonces quizás pueda seguir con mi clase sin oírle conversar con su amigo.

Jimin levantó la cabeza para ver delante de su mesa al profesor Jeon con un gesto de desaprobación. El enrojecimiento le abandonó y la palidez fue su nuevo color para la piel. Sintió que la vergüenza caía en picado sobre el y le picaban las lágrimas en los ojos pero sin llegar a caer. Su profesor arqueó una ceja antes de girarse con lentitud mirándolo de reojo mientras el se acurrucaba en su sitio. No era real. No le había pedido una cita a su profesor pero se sentía como si lo hubiera rechazado.

Hoseok la miró apenado pero su amigo deseaba desaparecer de allí en ese momento.

Una lágrima se le escapó de sus ojos y se la secó con rapidez para impedir que nadie lo viera. Cinco minutos después el timbre dio por finalizada la clase recogió con rapidez los libros y objetos que tenía y se levantó para salir cuanto antes de allí. Si por el fuera, iría directo a un vertedero...

- Joven Park me gustaría hablar con usted en el despacho. - Dijo el profesor Jeon, su voz potente y grave lo paralizó justo cuando ya salia de la clase. No quiso darse la vuelta ni mirar lo que podía estar pensando.

- Cinco minutos y estaré allí. - Respondió cuando encontró su voz y salió corriendo.





 - Respondió cuando encontró su voz y salió corriendo

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Mi profesor 🔹Kookmin 🔹[+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora