Capítulo 8

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Jungkook se arrancó los pantalones a tirones y se metió de nuevo a la ducha poniendo el agua lo más fría que daba el mando de la ducha. Si por él hubiera sido lo hubiera foll.ado allí mismo pero se merecía un buen castigo y no iba a ser él quien se dejara llevar por su po.lla. Bajó su mirada para ver que su miembro palpitaba de deseo. Le dolía mucho pero aún podía soportarlo con tal de verlo soportar un nuevo castigo. Uno que esperaba soportara, por el bien de su propio pe.ne.

Bajó como pudo las escaleras al salón, Jungkook le había puesto unos calcetines y prestado unas zapatillas pero le estaban demasiado grandes y, a mitad del camino, se deshizo de ellas. El jersey y los pantalones tampoco le quedaban bien pero estar rodeado de su olor era más que suficiente para que se los dejara puestos.

Se acercó a uno de los muebles y observó las fotografías. En una de ellas aparecía una mujer con tres niños pequeños iguales entre sí. Todos sonreían felices. Otra imagen era de él con tres mujeres a su alrededor. Paseó por el salón deteniéndose a ver las fotografías. Había muchas pero la que más le gustó fue la de Jungkook en el suelo de un jardín rodeado por seis niños de distintas edades.

- Son mis sobrinos. - Le dijo bajando la escalera, volteó a verlo y se derritió de deseo por ese hombre.

Jungkook le había dejado unos boxers para cubrir sus partes y que no le rozara el pantalón y se puso aún más caliente al pensar que la po.lla de él había tocado algo que ahora estaba tan cerca del rubio.

-Eres muy familiar. Tienes muchísimas fotos.

- Me gustan las familias numerosas. En eso no me parezco mucho a mis hermanos.

-Tienes tres, ¿verdad? - Jungkook asintió.- entre ustedes se parecen

- Salvo en el sentido de la responsabilidad... - Murmuró.

Jungkook miró el reloj antes de mirar al rubio.

-¿Tienes hambre?- Preguntó.

- No mucha.-Dijo el rubio aun mirando las fotografías.

- Encenderé la chimenea para que caliente la habitación. ¿Quieres algo de beber?

- Un refresco estaría bien. No quiero ver ni una gota de alcohol en mi cuerpo durante un tiempo. - Él sonrió y dio la impresión que aguantaba la risa. Se acercó a la chimenea y se agachó para encenderla.

Jimin contemplaba maravillado. Se había puesto unos pantalones negros de pijama y una camisa también a juego que tenía desabrochada lo suficiente como para ver sus pectorales.

Se mordió el labio al bajar y ver su trasero tan firme y duro que le daban ganas de acercarse, tocarlo y hacer muchas cosas pervertidas más. De pronto pensó que no necesitaba la chimenea para caldear la habitación, solo a Jungkook.

-Profesor...

-Jungkook - Rectificó él. - Ahora puedes llamarme Jungkook. Vale...

-Jungkook- Olas de placer estremecieron su cuerpo al pronunciar su nombre y sentir que entre ellos nacía tal intimidad. Estaba seguro de que a él le había pasado lo mismo.

- Debería irme a casa.

-Son más de la una de la mañana. Te quedarás aquí y por la mañana te llevaré a tu casa.

- Pero...- Reprocho el rubio.

-Tampoco creo que vayas a dormir mucho. - Interrumpió dejándolo boquiabierto.

Jungkook se levantó y miró al rubio. Esbozó una sonrisa lujuriosa y salió hacia la cocina.

-Si tienes que llamar a alguien para avisar el teléfono está al lado del televisor.- se acercó al teléfono y marcó el número de Hoseok esperando pillarlo despierto y, por supuesto, que no estuviera con algún o algunos de los suyos en una situación que le imposibilitara responder. Tras el cuarto tono la voz de Hobi le rompió el tímpano.

Mi profesor 🔹Kookmin 🔹[+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora