7: Verdad | Parte Dos

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Pulsó llamar aproximando el móvil a su oído. No tuvo que esperar demasiado, apenas entró la llamada ya obtenía una respuesta demasiado efusiva.

— ¡Hola bebito! — contestó la mujer al otro lado de la línea. — ¿Cómo estás? ¿Qué tal te sientes?

— Hola. Estoy bien ¿Qué pasa, mamá? ¿Para que querías que te llamara? — dijo sin mucho ánimo.

— No te escuchas muy bien, cielo. Bien, el propósito de la llamada es para decirte que vine hasta New Jersey donde tu padre, tiene un caso muy importante y está un poco nervioso, dice que su cliente es un poco complicado, que no para de decir que esa "vagina sucia" mató a la "perra" mientras la marica observaba... Cosas de Jersey, amor. Te habría dicho ayer en la noche pero no saliste de tu habitación en todo el día. Me preocupé cuando marqué tu celular y no contestabas ¿Por qué no lo hacías?

El pelirrojo llevo dos dedos al puente de su nariz apretando levemente.

— Estaba dormido y dejé el celular con poco volumen bajo la almohada, por ello no lo escuché. — mintió.

Conocía muy bien a su madre y el comentarle que en realidad había puesto el móvil en silencio ignorando cualquier llamada entrante le daría la libertad de indagar en los porqués de esto.

— Lo entiendo, dulzura. En realidad no quería dejarte a ti y a tu hermano solos, pero bajo las circunstancias.. — pausó, como si se arrepintiera de lo que iba a decir. — en cuanto regresemos te llevaré con el doctor.

— ¡No hace falta, mamá! Me siento mejor, en serio, no te molestes. — se apresuró en contestar.

— No se hable más, jovencito, entiende por favor Kyle, me preocupa tu salud. Por cierto, antes que lo olvide, dejé todo listo para que tú y Ike desayunen. Es cosa de calentarlo en el horno y ya sabes cómo hacerlo; hablando de Ike, no permitas que use su teléfono, me tiene cansada, día y noche se la pasa frente a esa porquería ¡No la suelta ni para ir al baño!

— Es un niño, mamá. Le llama la atención.

Contestó hastiado, rodando los ojos. ¿Cómo era que su madre aún no podía entender sobre lo hipnotizante que era la tecnología sobre todo en los niños?

— Eso no justifica que esté todo el día hablando con sus amigos, sobre todo con un ETC, o como se llame.

Aquellas palabras captaron al instante su atención, sin poderse contener preguntó con curiosidad.

— ¿Eh, que dices?

— Un tal ETC. Le quité su teléfono ayer por la tarde, antes de que Stanley llegara ¿Y sabes lo que encontré? El señorito estaba hablando con ese contacto, diciéndose obscenidades y cosas sin sentido. Te encargo que no le permitas usar ese infernal aparato en la mesa.

El pelirrojo ya no escuchaba a su madre. De inmediato su cerebro se había puesto a trabajar. Recordó los mensajes que le había mostrado Stanley el día anterior y por supuesto, aquella ocasión dónde Ike le había descubierto masturbándose. ¿Cómo no sé dió cuenta antes? Quizá la presión del momento o tal vez por estúpido, ¡Mierda! Se sentía el idiota más grande sobre la faz de la tierra.

— ¡Carajo! ¡Ese maldito hijo de puta! — gritó.

— ¿¡Qué, qué, qué!? ¡Kyle! ¿¡Qué sucede!?

Ahora todo adquiría sentido, tenía que apresurarse, enfrentar al pequeño bastardo y darle una lección. Tardó un poco en contestar, cualquier cosa que dijese mal pondría a su madre de regreso en un instante.

— ¡Todo bien, no te preocupes! Después te llamo, salúdame a papá y suerte. ¡Adiós, mamá!

Sin esperar respuesta colgó el teléfono y acto seguido corrió lo más rápido que sus piernas le permitían hacia el cuarto de su hermanito. Tropezó con algunos muebles pero eso no le detuvo; inclusive el dolor de cabeza, el hambre y cansancio habían desaparecido, en su lugar la impotencia y rabia de apoderaban poco a poco de su ser.

Satisfacción Solitaria. | StyleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora