11: Dudas

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Estaba dispuesto a encontrar cualquier fallo que le llevara a la conclusión que el vídeo no era más que una broma de algún hijo de puta que lo quería ver a él y a su mejor amigo jodidos. Aunque la idea no le terminaba de convencer del todo respecto a su plan verificaría cada aspecto del metraje, desde la imagen hasta el audio, así tuviera que repetirlo mil veces con tal de convencerse de la autenticidad de dicho material.

Sin darle más vueltas al asunto extrajo unos audífonos del cajón de la mesita de noche y colocándoselos dio play al vídeo. Sabía la forma en la que comenzaba el mismo, la burla hacia su persona y aquel patético mensaje.

— ¡Que mierda! Ni en las películas editan así. — Se burló en la poca o nula capacidad del individuo al querer propiciar un ambiente de suspenso ¿Por qué el grandísimo pendejo no dejó de lado el sarcasmo e iba directo al grano? Más importante ¿Qué beneficio obtenía al mofarse a través de un mensaje marica si no veía su reacción?

En definitiva el responsable debía ser un retrasado y tal vez fetichista ¿Por qué otra razón alguien invertiría su tiempo para editar un vídeo de una persona jalándose el pene? ¡Era absurdo por donde lo viera!

Con aquella conclusión en su mente volvió su atención a su celular; al menos sus pensamientos fatalistas ya no representaban una distracción, caso contrario a lo que tanto temía, analizar el vídeo le trajo más calma; continuaba, esta vez llegaba al momento donde el pelirrojo comenzaba a masturbarse.

— ¡Oh Dios! que imbécil. — Opinó al tiempo que apretaba el puente de su nariz después de escuchar los gemidos que procedían del computador de Kyle.

Definitivamente debía haber un error ¿Quién coño ve pornografía sin utilizar audífonos? No era muy normal a menos que el vídeo estuviera en silencio o que nadie estuviese en casa.

— Espero que no lo hayan visto ¡que puta pena si lo descubrieron! — Caviló para si.

No pretendía ahondar mucho en detalles al respecto, ni siquiera concebir en lo sumamente inexperto y virginal que podía ser su súper mejor amigo para no suponer algo tan lógico como la importancia de unos audífonos en momentos como ese. Queriendo encontrar una justificación que disculpara la estupidez del pelirrojo, pensó que éste jamás en su vida había visto porno.

— No, no puede ser Kyle. — Concluyó rápidamente sonriendo con nerviosismo.

Sin importar cuantas veces lo negara y dudara, algo en él le decía que ese marica que aparecía en el vídeo se trataba de su amigo, sabía que por mucho que buscara una prueba que le contradijera nunca la encontraría. Entonces ¿para qué perder el tiempo buscando? ¿No sería lo más prudente sólo ir a conversar con el ojiverde y dejarse de imbecilidades por una vez?

La respuesta era sencilla, se lo debía; sólo de esa manera tendría la confianza en hacerle frente al problema y disculparse con Kyle por tratarlo como un criminal únicamente por acariciarse la verga. Esto último por sí solo no representaba un problema ¡Por Dios! Todo jodido hombre lo ha hecho al menos una vez en la vida, no hay crimen alguno por hacerlo aunque en este caso se diferencia, el que su mejor amigo recurriera a su imagen para hacerlo si que le ocasionaba conflictos internos.

"Entonces ¿Te sentirás mejor al saber que piensa en otra persona?..."

Aquella duda le atajó por sorpresa; sin poder abstenerse a imaginar la escena del pelirrojo gimiendo y jadeando un nombre ajeno al suyo le provocó cierta molestia. Pensar en la minúscula posibilidad que sucediera le repugnaba ¿Quién más que él podría provocar en Kyle ese deseo de tener intimidad? Nadie era tan cercano al pelirrojo como para que este se sintiera atraído, sólo él ¡Él era su mejor amigo, su confidente, su compañero!

Satisfacción Solitaria. | StyleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora