2. Roomates

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Levanté mis ojos del libro que estaba leyendo y me sequé las lágrimas.

—Lo terminé —anuncié.

Jungkook, quien estaba sentado junto a mí, separó la vista de su laptop por un segundo y me miró.

—¿Cuántas estrellitas?

Acaricié con aire ausente la tapa del libro mientras pensaba en mi respuesta.

Ponerle calificación a un libro era todo un tema para mí, por lo que en ese momento no podía decir algo a la ligera.

Abrí la boca para contestar, pero luego bajé la mirada.

El final había quedado abierto, dejando a la imaginación del lector si uno de los personajes había muerto o no. Eso me había dejado un poco frustrado, porque el personaje en cuestión había sido mi favorito.

Había pasado las últimas treinta páginas llorando mientras escuchaba a Jungkook reírse de mi sufrimiento. Lo bueno era que al segundo en que notó que había comenzado a derramar lágrimas me trajo pañuelos descartables, los cuales estaban esparcidos por todo el sillón.

—Cinco de cinco —dije después de unos segundos y Jungkook volvió a mirarme—. No necesito ser demasiado exigente. Fue una experiencia completa, mira —señalé mientras apuntaba mis ojos cristalizados—, aún sigo llorando. ¿No es genial?

—¿Es decir que si te hace llorar ya se vuelve un buen libro? —preguntó.

¿Ah?

—¡No! —dije con una mueca—. Hay libros que me han hecho llorar, pero aún así no les he puesto un buen puntaje.

—¿Entonces cuál es tu criterio?

—Depende del libro. Hay veces en las que me baso en lo que me hace sentir... —Levanté un dedo para que esperara cuando quiso acotar algo—. Y no, no solo hablo de llorar. Hay veces en las que simplemente te enamoras de un libro, independientemente de cómo sea la prosa del autor. Te hacen reír, enojar, gritar, amar, y sí, incluso llorar. Puedes identificarte con un personaje, o una situación.

»Pero hay otras veces en las no te basas en lo que sientes. En esos casos, no es el libro el que te enamora, sino el escritor. La forma en que se expresa, en que describe, cómo moldea los personajes hasta formar un sujeto que se siente real... Eso no puede lograrlo cualquiera, Jungkook.

»A lo que quiero llegar es que... Todo es un balance, pero cada libro es un mundo aparte. Debes caminar por distintas líneas para obtener tu opinión definitiva y es por eso que no me tomo a la ligera cada decisión. Así que no, las lágrimas no son significado de excelencia; piensa en ellas como un plus.

Si pudiera elegir una cosa con la cual quedarme por el resto de mi vida sería sin duda la Literatura. Podría hablar horas y horas acerca de mis libros y autores favoritos y nunca cansarme. Es una pasión que heredé de mis padres, fueron ellos quienes inculcaron en mí el amor por la escritura y la lectura en partes iguales.

Jungkook meditó mi respuesta.

—Es como la música...

Ambos teníamos una debilidad por el arte, pero, mientras yo me inclinaba más hacia lo literario, Jungkook lo hacía hacia lo musical.

Su habitación era una prueba irrefutable de aquello. Sus paredes azules estaban decoradas por discos y vinilos de años varios, posters y dos hermosas guitarras —una era un regalo mío y su favorita, por supuesto—. Le gustaba componer y yo de vez en cuando lo ayudaba con la letra.

Éramos una buena dupla a la hora de combinar talentos, pero no coincidíamos constantemente. Ambos teníamos una vida bastante ocupada, en la que Jungkook era profesor de canto y guitarra en el centro de cultura y yo, si bien no me dedicaba a enseñar, asistía a un taller de escritura creativa, tenía un club de lectura y además hacía publicaciones en diarios y revistas. No teníamos la mejor remuneración, pero al menos nos servía para ganarnos la vida.

Jimin's dream book ✒️ | Kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora