8. Second chance

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Había tenido una semana horrible. ¿La razón? Simple, Taehyung, Hoseok y el hecho de que esos dos no paraban.

Por eso, cuando dije que las paredes que separaban nuestras casas eran demasiado delgadas como para escuchar lo que pasaba del otro lado con claridad, no mentía.

La primera noche fue la más difícil, principalmente porque ya había estado cansado de la fiesta y de verdad necesitaba descansar, lo cual no pude hacer porque los rechinidos provenientes de la cama de Taehyung no me permitían pegar un ojo.

Por esa misma razón, me vi obligado a abandonar la comodidad de mi habitación e instalarme en la sala. El sillón se había convertido en mi nueva cama por un tiempo indefinido. Sabía que si le hubiera pedido a Jungkook un lugar de su cama me lo hubiera cedido amablemente, pero después de la conversación que habíamos entablado aquella noche las cosas estaban un poco... extrañas.

No en el mal sentido, nada era incómodo entre nosotros, pero algunas cosas que antes habían sido comunes y hasta cotidianas, de pronto nos ponían inquietos o sonrojados. Desde los abrazos hasta los roces de mano lo ponían tenso y eso hacía que yo me sintiera tenso también.

Aún no habían noticias acerca de nuestra supuesta cita, y digo «supuesta» porque ni siquiera sabía qué clase de salida era. Una parte de mí estaba ilusionada, lo cual era muy tonto porque estaba prácticamente seguro de que no era más que una salida entre amigos. Pero otra parte de mí ya había perdido la emoción, ya que parecía que Jungkook había olvidado todo aquello porque no lo había mencionado en toda la semana.

Salíamos a comer muy seguido juntos, pero nunca lo habíamos llamado específicamente como «cita». ¿Acaso eso significaba que esta vez iba a ser distinto? No lo sabía y eso me daba inseguridad. ¿Qué iba a pasar si daba un paso en falso y dejaba salir todos mis sentimientos por una simple confusión? ¿Qué iba a pensar Jungkook de mí?

Como cada uno de aquellos días, me desperté con un fuerte aroma a café llenando la sala, sin embargo, fue el sonido de distintas cucharas repiqueteando en tazas lo que llamó mi atención. Al parecer había caído en un sueño tan profundo que ni siquiera me había percatado de la llegada de visitas a nuestra casa.

Restregué mis ojos y me levanté. Durante la noche me daba demasiada pereza levantarme por frazadas, por lo que tapaba mi cuerpo con lo que sea que estuviera a mano. La noche anterior había utilizado papel de diario y la anterior, una funda de guitarra de Jungkook. Sin embargo, ese día desperté con mi cuerpo caliente gracias a uno de mis acolchados favoritos. Me parecía un poco extraño. No recordaba haberme levantado para buscarla, pero si la tenía era porque en algún momento lo había hecho, ¿no?

Además, parecía que también había dormido con el cuerpo torcido. Me dolía un brazo y también la muñeca, como si hubiera jugado pulseadas durante la noche. A lo mejor lo había hecho, quizá era sonámbulo y no lo sabía.

Caminé hasta la cocina e hice una mueca en cuanto escuché aquellos chillidos particulares.

—¡Es que parece un bebé! ¡Míralo! Yo sé que quieres tener esta foto, pídela y te la paso.

—Jimin te matará si se entera...

—No lo hará, yo sé que él también querría esta foto.

—Lo dudo, no sin permiso.

—No seas tan dramático, amigo —tranquilizó la tercera voz—. Es una simple foto.

Carraspeé para llamar la atención de los tres.

—¿Qué pasa? ¿Por qué tengo que matarte, Taehyung?

Jungkook levantó la mirada y clavó sus ojos en mí. Me sonrió con algo parecido a la timidez y yo fruncí el ceño, extrañado. ¿Qué le pasaba? ¿Quería un beso o qué?

Jimin's dream book ✒️ | Kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora