3. Enemies to... ¿lovers?

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Kim Namjoon era la prueba viviente de que no importaba cuán atractivo, interesante e inteligente fueras si en el fondo eras un imbécil.

Ya habían pasado tres semanas desde que se había unido al club de lectura, pero no veía la hora en que decidiera no volver nunca más.

—No, no se pueden comparar ambas acciones. Ella actuó por impulso, él por egoísmo —dije, otra vez, con voz cansada.

Ya habían pasado cuarenta minutos desde que había empezado la reunión y Namjoon seguía discutiendo acerca de un punto en el que, claramente, yo tenía razón.

—Lo que dices es muy básico. ¿Por qué no puedes aceptar que ambos se equivocaron? —contraatacó—. No puedes atribuirle todos los errores a él cuando ella también los tuvo, y muchos. Me parece que te falta bastante criterio a la hora de analizar.

—Pero los «errores» de ella permitieron que su reino se salvara. ¿Qué querías que hiciera? ¿Sentarse a llorar por él? ¿Es eso? —pregunté y me crucé de brazos.

—¡Estás poniendo palabras en mi boca que nunca dije! —exclamó y yo rodé mis ojos.

—No hace falta que lo digas, se te nota que no te gustan las protagonistas empoderadas. ¿Te van las sumisas acaso?

—Pero... ¿ah? —Hizo una mueca—. Jimin, no seas terco, eso no es....

¿Perdón?

—¿Yo? ¿Terco? —repetí y luego resoplé—. Calla, es por tu bien, porque al parecer eres la viva personificación del protagonista.

Namjoon elevó una ceja.

—¿Excelente, atractivo, interesante?

Hice una mueca, disgustado.

Podía ser que fuera un poco... atractivo. Bastante. Bueno, está bien, demasiado atractivo. Pero eso no quitaba el hecho de que todo aquello se iba a la basura cada vez que abría la boca.

—Yo diría desagradable, en realidad. Aunque también podría agregar prepotente, orgulloso, ególatra, básico...

Un aplauso interrumpió mi «gran lista de defectos de Kim Namjoon» y me hizo callar.

—Es suficiente, ¿no? —habló Taehyung con voz nerviosa. Luego miró su reloj de muñeca—. Es mejor que demos por terminada la reunión.

En realidad faltaban quince minutos para que se cumpliera el horario, pero cada vez que tomábamos un punto del libro, Namjoon y yo terminábamos discutiendo.

Es que no comprendía cómo podía ser tan idiota al respecto. Discutía puntos que no tendrían que discutirse y acotaba cosas innecesarias.

En verdad me exasperaba.

Mientras todos se retiraban de la sala que nos proporcionaba la biblioteca, esperé a que cierta persona también abandonara el lugar para comenzar a prepararme.

—Hasta pronto, Jims —se despidió Namjoon, colocando una bufanda alrededor de su cuello.

Yo solo arrugué la nariz y asentí con la cabeza.

Él soltó una risa suave y colocó una mano sobre mi hombro.

—Espero que la semana que viene vengas con argumentos que al menos valgan la pena. Hoy estuviste demasiado... inoperante. Muy flojo, Jims. Procura mejorar.

Abrí la boca con indignación.

—¿Disculpa?

Me sonrió, cosa que marcó —horrorosamente— sus hoyuelos, y simplemente se retiró.

Jimin's dream book ✒️ | Kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora