«capítulo 7»

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El fin de semana llegó a su final y es hora de regresar a casa. En el camino Hanna y Cleo hicieron  varias paradas en tiendas de ropa o cafeterías, yo por mi parte me quedo en mi puesto que es de copilota con mi caramel machiatto y mi celular viendo reels de vídeos aesthetic y esas cosas. Las chicas están dentro de un centro comercial comprando cremas para la insolación de los días anteriores para no llegar a casa como pollo frito dentro de un estuche de papitas con salsa de tomate.

Okey, otra vez exagerando.

Las chicas tardaron bastante así que me acomodé en mi asiento para quedar recostada, cerré los ojos y...creo que me dormí y desperté de un salto en mi asiento por un grito de euforia, agarré la manilla de la puerta y bajé el cristal para poder sacar mi cabeza y ver que pasaba afuera.

Era una chica, salía del centro comercial con un montón de bolsas en las manos y un café derramado encima de su ropa que es de un asqueroso tono rosa pastel y tenía el cabello castaño con unos hermosos ojos color avellana, la chica tenía cara una cara que si hubiera sido una famosa le habría tomado una foto y la hubiera publicado en mi insta. pero igual para que perder ni tiempo en eso.

Y no ocurrió solo eso, sino que también había ocurrido algo catastrófico.... habían arrollado a un perrito, al parecer no estaba echo polvo pero me asusté tanto que abrí la puerta del auto y salí como bala salida de la pistola, corrí hasta que llegué al lugar y me tiré de rodillas en el suelo a ver mejor la situación y...cuando vi debajo del auto....era un juguete de hule en forma de perro...¡UN PUTO JUGUETE DE HULE! ¡POR ÉL AMOR DE DIOS!.

¿Recuerdan la cara de la chica?... pues la mía le ganaba por mil y les juro que estaba de la peor de mis facetas en ese momento, no sabía cómo sentirme...o bueno sí... ridícula, me sentía ridícula, pero igual, no me detuve más tiempo, me levanté de ahí con todo el orgullo de mundo limpiando mis rodillas y cuando me volteé para mirar a mi izquierda.... Ahora sí que vi a un perro de verdad, iba en dirección a nosotras (a mí y a la chica cullo nombre no se) pero también venía un auto a una alta velocidad.

Mis neuronas reaccionaron a tiempo y antes de que el auto me puse a gritar como una loca y a dar brincos para que el auto notará mi presencia.

— ¡paraaaaaaaaa! ¡Estúpido idiota para el auto de una maldita vez! ¡idiota de porquería que pares el auto o me aseguraré de que vallas a la cárcel!...—

Y así me pasé hasta que el auto se detuvo justito delante de mis narices. Había cerrado los ojos esperando el impacto que nunca llegó.

Bueno; al menos íbamos a morir de una manera digna: salvando a un pobre perrito.

Conciencia te a seguro que pobre no era, ese pequeño animalito debía comer cosas que yo no comeré ni en las sobras de un restaurante.

Ho, bueno... entonces que nos den una recompensa por nuestro "rescate animal"

Tú siempre tan interesada

Bueno alguien aquí tiene que pensar en el futuro de ambas y esa presupuesto que tengo que ser yo

Si claro.

Dejé la emotiva charla con mi conciencia y volví a la realidad.

Tenía la respiración hecha un caos y el perro entre mis brazos como un bebé, el chófer parecía una momia sin color en la cara y con los ojos bien abiertos, la chica... bueno la chica seguía sujetando sus miles de bolsas de compra y su café derramado.

— ¡Dios santo! —(expresó la chica y se acercó a mí con una mueca muy extraña)

Extendió sus manos hacía mi para que le entregara al perro y yo se lo sedí, ella lo tomó en brazos y besó su cabeza en un gesto tierno luego llegó una limosina de color...rosa (enserio todo era de color rosa) y se estacionó frente a nosotras, bajó el cristal y se vió la figura de un hombre mayor que tendría unos cincuenta años la chica le hizo una seña para que la esperara en otro lugar, él hombre asintió y se fue, ella se volteó hacia mí y me sonrió mostrando su dentadura perfectamente blanca y brillante, yo intenté devolverle la sonrisa pero seguro me salió una mueca extraña.

{Es Necesario Que Estés Aquí} Libro#1©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora