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Evangeline soltó un suspiro de agotamiento, mientras miraba la lluvia caer de manera estrepitosa, desde la gran ventana de su habitación.

Estaba agotada tanto física como mentalmente, su cuerpo débil y más frágil de lo normal.

Su estornudo resonó varias veces seguidas, dejándole la nariz picante y humeda al igual que sus ojos rojos y llorosos.

--Amor, te traje un poco de Té -- Su Mamá Tocó la puerta, antes de recibir el débil y ronco "Adelante", para entrar y acercarse a la pequeña rubia.

--No quiero nada, Mamá-- Susurró con una voz nasal y bajita -- Yo solo quiero dormir, y despertar cuando ella esté aquí otra vez con nosotras, a salvo como debería de estar.

-- Eva, no puedes culparte y castigarte de esa manera con algo que no te corresponde...

--No entiendes, Madre. -- Sus lágrimas comenzaron a descender nuevamente -- Antes había confianza y amor entre nosotras dos, yo podía sentir sus cosas, sus pensamientos y tomábamos ese tipo de decisiones juntas... -- Tomó aire cuando sintió que no podía respirar bien -- Heramoz compañeras, Mamá.

--Respira, Evangeline. -- Acarició su espalda encorvada, preocupándose cuando comenzó a sofocarse y sollozar de dolor. -- Estás muy Caliente, Cariño.

Un mareo la hizo tambalear hacia atrás, haciendo a Surie Jadear asustada, su cabeza golpeó la almohada del mueble que había contra el cristal de la ventana.

--¡Dios, estás muy enferma, Hija!-- Se alteró comenzando a correr hacia la puerta -- ¡Llamaré a Anna, no te atrevas a moverte, Evangeline!.

Su corazón latía freneticamente, podía escucharlo estremeciendose, la respiración salía forzosa y con jadeos de reclamo, como si no hubiese aire suficiente en la habitación para ella.

Pronto todo se calmó a su alrededor, ya no podía escuchar la lluvia o los gritos de su madre a algunos metros de la casa, los pájaros dejaron de cantar en el nido... Todo se volvió la nada.

Su cuerpo relajandose completamente en el limbo y la oscuridad y por primera vez en días se había sentido por lo menos un 20 % mejor, más tranquila.

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-- Se durmió -- Susurró uno de los hombres, saliendo del hechizo de sombra en una esquina de la habitación...

--Más bien creo que se desmayó-- Dijo también de manera bajita el otro Guardia, dejando la forma de un objeto unánime y cayendo en un quejido de dolor al suelo -- ¿Cuanto tiempo llevamos aquí?.

--Alrededor de 2 Días, Mi querido amigo. -- Levantó los brazos desestresando los huesos y articulaciones tiesas -- Debemos darnos prisa, La mujer llegará en 2 minutos aquí. -- Miró un extraño reloj 3d que tenía en el antebrazo -- No viene sola.

Mostró a su acompañante como más de 5 omegas se dirigían hacia la casa apresuradamente.

-- Yo solo puedo llevarla, es igual de pequeña que su hermana.

-- Al parecer la estatura viene de familia... -- Con rapidez y sigilo se apresuró hacia su amigo, quién agarraba con extremo cuidado a la pequeña rubia, cargandola delicadamente -- Cuidado, no querrás perder la vida, y quedará en tu conciencia mi muerte por tu culpa.

La Omega De La Reina Oscura {Próximamente en Edición} |G!P|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora