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Advertencia: El capítulo es algo un poco explícito.

Algo tranqui.
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¿Que pasó, Mi Omega?-- Rhea le mandó una mirada severa gruñendo en dirección a el demonio ese.

Deberíamos de hacerlo callar -- Hizo una pausa dramática -- Problema de el si vuelve a hablar o no.

--Eso se escuchó muy mal-- Hye se limpió las lágrimas contra el pelaje oscuro y suave de su alpha.

La gran loba no pudo evitar derretirse enternecida, se veía jodidamente linda de cualquier manera, su corazón latía Desbocado con cada mínimo acto que su Luna hacia.

Creeme que no lo es, Omega -- La loba se acomodó en una mejor posición-- Sube, vas a explicarme absolutamente todo.

--No puedo irme, Alpha -- se alejó un poco de su cuello, mirándola fijamente a los ojos, con terquedad en su rostro, que estaba enrojecido por las lágrimas.

Sube-- Ordenó ahora Rhea, haciéndo a su lobita Fruncir los labios.

Quería besarla.

--Ya dije que no puedo irme -- Se cruzó de brazos molesta, haciendo a la Alpha gruñir lentamente en desacuerdo y Hye No pudo evitar estremecerse aún más sonrojada...-- Por favor.

Sube -- La Omega iba a comenzar a protestar, pero Rhea Rápidamente volvió a hablar en su cabeza -- No nos iremos, solo tengo la necesidad de verte,  para asegurarme que estás realmente bien.

Hye suspiró relajada, sonriendo levemente ante el tierno acto de su Alpha.

Para ser tan enorme, es demasiado Dulce - Su loba interior movió la cola emocionada.

Es exactamente lo que estába pensando -- Su sonrisa creció más, pero comenzó a desvanecerse débilmente al notar la incomodidad y el enojo en el rostro lobuno de Rhea.

Sus labios formaron inevitablemente un puchero, al parecer no compartían la misma felicidad.

No dijo nada, solo se subió en el lomo de la descomunal loba, buscando una posición cómoda para sus piernas que apenas y se veían colgando a cada lado.

Acuestate, Luna.

--Volvemos en un momento -- Miró hacia los tres hombres incrédulos que se mantenían como estatuas en su lugar, buscando no hacer un movimiento que ponga en alerta a La Descomunal Loba, lo menos que querían era otra guerra. -- Cuiden a mi hermana, por favor.

Hye acató la anterior orden de Rhea, acostándose contra la parte trasera de su cuello y oliendo entre un suspiro el olor que la hizo removerse cansada y aliviada.

Ya se sentía Completamente segura con su alpha, estaba claro de que no le pasaría nada malo, ni a ella, ni a su hermana.

Rhea en cambio se sentía enojada, no le gustaba estar fuera de su territorio, eso la hacia un poco vulnerable y más la idea de que alguien le haga algo, o tan siquiera esté muy cerca de Su Omega.

Solo quería llevarla al lugar más seguro del mundo, y eso era la fortaleza que tenía como castillo; allí ni una mosca tocaría su suave piel de seda.

Rhea

Aún no me sentía felíz, no hasta que haya asegurado a mi Luna, ahí si podré soltar un suspiro de alivio, aunque sea uno mínimo.

Lentamente comencé a subir la velocidad, Insitándola a agarrarse más fuerte del pelaje de mi cuello, y ella lo hizo, apretando suavemente sus pequeños puños.

La Omega De La Reina Oscura {Próximamente en Edición} |G!P|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora