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--¿Tú Qué?-- El macho de los lindos ojos, parecidos a los de la Omega de pelo oscuro, exclamó la pregunta dramáticamente, como sí su vida dependiera de lo que ella dijera a continuación.

--Esto debe de ser una maldita broma -- Ahora fijó sus ojos dorados asustadizos en el gran hombre Rubio, sintiendo una extraña sensación, el olor de el lo identificó como el otro aroma que tenía la Omega frente a ella, quien estaba en un Estado de sorpresa como si se hubiese dado un viaje a otro mundo.

El debería de ser su compañero.

-- Creo que me dió un bajón de la presión -- Más allá, detrás de los bonitos y jóvenes gemelos, estaba un macho alto, igual de alto que los otros hombres enormes de la habitación, pero en cambio el era más Delgado y tenía unos lentes que casí no dejaban ver sus ojos azules... Todos tenían el mismo cabello negro y ojos azules de la omega, y a parte eran igual de hermosos que ella, solo que por obvias razones no eran omegas, igual no pudo identificar si eran igual que el hombre Rubio, quien no parecía para nada un lobo.

Hye se espantó un poco al ver cómo los ojos de el habían adquirido un color rojo espeluznantes, cuando podía jurar que antes había visto de reojo una mirada amarillenta en su cara.

¿Que demonios está pasando aquí?, y ¿por qué se sentía tan bien con la presencia de esta gente desconocida?

--Mi Alpha -- Susurró, casí ronroneando en una sonrisa. -- Mi compañera...

Todos reaccionaron del shock, cuando el aullido volvió a destrozar sus oídos, menos los de la rubia quien al parecer disfrutaba el sonido, sus manos tocando sus rizos y sonriendo sonrojada.

Hasta la dormida Evangeline se quejó, moviéndose como si se fuera a despertar y todos fijaron sus ojos esperanzados en ella.

-- Está bién -- Hyedeline soltó un suspiro de resignación, acomodando el largo cabello rizado de su hija con una sonrisa nostálgica -- Al parecer se me a olvidado que ya mi Bebé no es tan pequeña...

--¡¿Como que no?!-- El rey Gritó molesto, haciendo a las tres omegas sobresaltar por el fuerte sonido. -- ¡A penas y tiene 25 años!, aun es una niña.

Hye lo Miró sorprendida, el parecía estar histérico con la idea de que ella tuviera una pareja.

--¿Que le pasa? -- Se puso de pié, caminando hasta quedar frente al enorme hombre quien fácilmente media 2 metros, su altura casi igualandose con la de Su Alpha -- No me conoce para querer hablar como si lo hiciera, no tiene algún tipo de derecho sobre mí...

--Claro que tengo derecho sobre tí, Florcita -- Tareek la Miró triste y dolido por sus palabras, y aunque entendía que ella aún no lo recordaba, eso no evitó que le doliera como una puñalada en el corazón lo que había dicho tan seguramente. -- Yo soy Tu padre.

Hye lo Miró sorprendida, con el corazón acelerado como un tambor contra su caja torácica...

--Es mentira -- Sus ojos se llenaron de agua, mirándo fijamente a los de el que se tornaron igual de dorados, he inevitablemente soltó un jadeo al notar el enorme parecido entre ella y su hermana con todas las personas de la habitación, pero le resultó algo imposible. -- Ya yo tengo una familia.

Todos la miraron con dolor, sintiendo un jalon en el pecho.

--Voy a llorar otra vez -- Hyedeline dijo con la voz ahogada mirando hacia arriba para evitar soltar las lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos.

--Deben estar Equivocados. --La rubia bajó la mirada evitando mirar a la mujer llorona, porque sentía que también iba a ponerse a sollozar con ella.

La Omega De La Reina Oscura {Próximamente en Edición} |G!P|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora