Abrí los ojos lentamente, al principio todo se veía borroso. Traté de sentarme y casi fallé en el intento. A mi alrededor estaban todos mirándome con aspecto agotado.
—Ya despertaste —unos ojos enormes invadieron mi campo de visión.
Me sentía débil.
Sentí unos brazos tomarme de la cintura que me ayudaron a ponerme de pie, sin duda era Deon.
—¡Quedé en segundo lugar! —exclamó orgullosa la pequeña.
—¿En segundo lugar? —cuestionó Artem.
—¡Sí! Fui la segunda en despertar.
Hubo un gran silencio pero fue interrumpido por Zigor.
—Entonces yo fui el tercero —mencionó—. Pero cuando desperté solo te vi despierta a ti, Mía.
—Eso es porque Camila se fue un poquito antes de que despertaras —sonrió.
Sus palabras me helaron la sangre.
—¿Hablaste con ella? —cuestioné preocupada.
—Sí, justo antes de que se fuera. Actuaba un poco extraño y dijo que no nos veríamos por un largo tiempo —mencionó triste.
Otra vez ese silencio infernal.
Miré a través de la ventana y vi que el cielo estaba oscuro, era de noche. Por lo que veo calculo que dormimos al menos tres horas. Busqué mi celular que estaba en la cocina y en efecto, pasaron casi tres horas.
—¿Fue ella, cierto? —escuché la voz de Zigor detrás de mí.
Me giré y vi a Deon junto a él, esperaban mi respuesta a lo que yo asentí.
—Tsk —el pelinegro chasqueó la lengua.
Se le notaba su enojo a leguas mientras Zigor mantenía una cara decepcionada y triste. ¿Acaso eran algo?
—Debemos procurar tener más cuidado a partir de ahora —dije poniendo una de mis manos en mi frente.
Hubo un corto silencio.
—Deberían quedarse aquí, ya es muy noche —propuse.
—¡¡Sí!! —gritó la pequeña mientras entraba a la cocina.
—Estoy de acuerdo —habló esta vez Artem quien venía detrás de ella.
—No hay problema —habló esta vez Zigor—. Una de mis primas está cuidando de mi madre.
—¿En serio tengo que decirles que vivo al frente? —mencionó Deon a lo cual yo lo miré fulminante—. No hay problema, será una pijamada.
—¡¡¡Sí!!! —Mía daba vueltas y saltos de felicidad por toda la cocina.
Pasamos buenos momentos y trataba de despejar mi mente para no pensar en todo lo sucedido pero esto era imposible. Preparé la cena para todos la cual quedó exquisita.
Fue gracioso ver a los chicos bailando las locas canciones que ponía la pequeña. Luego de algunas horas llegó mi padre que se quedó viendo horrorizado a los chicos lo cual fue muy divertido. Mi padre subió las escaleras y yo fui detrás de él, quien se detuvo en el pasillo del segundo piso.
—¿Pasa algo, Dely? —cuestionó con aspecto cansado.
—Papá... quiero hablarte sobre qué pasará con los niños.
—¿Tienes alguna idea?
—El tío Fazio —no vacilé.
—¿Fazio? —se quedó en silencio unos segundos—. Me parece buena idea —sonrió.
¡Conseguido!
—Pero, ¿crees que acepte?
—Dada su situación lo más probable es que sí y claramente tendremos que preguntarle a los hermanos —aclaré.
—De acuerdo.
Así acabó la charla, sabía que él estaba muy cansado y debía dormir. Me sentía muy feliz porque tenía la posibilidad de hacer muy feliz a los hermanos o al menos a Mía.
Bajé las escaleras y noté que ya no estaban haciendo karaoke, se comieron toda una bolsa de gomitas... y sin mi.
—¡Traición! —exclamé dolida.
Todos se voltearon a verme mientras se reían y pude ver como Deon colocaba una gomita entre sus labios y la tocaba suavemente, me estaba provocando. Yo por mi parte lo miré con el ceño fruncido.
Seguimos divirtiéndonos en lo que quedaba de la noche hasta que caímos debido al sueño. Mía y yo dormíamos en el sofá mientras que los chicos estaban en el suelo.
Me desperté en la madrugada y con cuidado me levanté del sofá tratando de no despertar a Mía. Fui a la cocina y me serví un vaso de agua la cual escupí debido al susto.
—Hola —se escuchó la voz de Artem
—Oh, ¿no puedes dormir? —cuestioné y él negó.
Hubo un largo silencio hasta que Artem habló.
—Odele... quiero hablarte sobre todo lo que está pasando.
Traté de disimular lo más que pude y hacerme la confundida.
—¿A qué te refieres?
—Sabes muy bien a lo que me refiero. No soy estúpido, sé que algo extraño está pasando en nuestras vidas y eso incluye lo qué pasó hoy y que Camila haya desaparecido así que, no trates de ocultármelo —tragué en seco y me rendí.
—Bien, tú ganas. Cosas extrañas están pasando. Alguien nos vigila y posiblemente la causante de eso es Camila aunque no tengo la respuesta del por qué. Y no solo eso... alguien mató a mi mejor amiga.
—Oh —se le notaba un poco la sorpresa en su serio rostro.
—Prefiero no hablar de eso ahora —pausé—. Artem... ¿Qué piensas de tener una familia? —mi pregunta lo confundió.
—Yo... ya la tengo.
—No me refiero a nosotros sino que me gustaría saber si te gustaría tener una familia adoptiva... un padre y una madre además vivirás con Mía.
—Me parece bien —sonrió de repente.
Yo lo miré sorprendida.
—En serio, juntarte con Deon te está afectando —ambos reímos—. Me gusta la idea de que podamos ser primos.
Nuestro pequeño momento armonioso fue interrumpido por unos sollozos. Fuimos inmediatamente hasta donde estos provenían y eran resultado de una pesadilla que estaba teniendo la pequeña.
Artem se acercó rápido a la pequeña pero teniendo cuidado de no pisar a los chicos. Se sentó en el borde del sofá y empezó a acariciar la melena de Mía mientras cantaba una linda canción la cual nunca había escuchado. Los sollozos de la niña fueron disminuyendo hasta que se quedó en silencio. Sin duda estos hermanos eran algo especial.
•••
Los cinco nos encontrábamos desayunando en la mesa. Me llegó un mensaje de texto y se me heló la sangre cuando vi el nombre de Camila en aquel mensaje el cual decía:
«Abre la puerta»
Velozmente me levanté de la silla y fui corriendo hasta la puerta. Abrí la puerta y no vi a nadie pero cuando miré hacia abajo vi un sobre. Lo tomé y entré nuevamente a mi residencia, subí hasta mi habitación ignorando los llamados de los demás y rompí aquel sobre.
Leí su contenido rápidamente y sentí la preocupación y el miedo invadir mi cuerpo y mi mente.
—Mierda —balbuceé.
ESTÁS LEYENDO
¿Qué esconde una melodía?
Mystery / ThrillerLos humanos somos como las monedas. Todos tenemos dos lados. Uno lo utilizamos para nuestro beneficio, el otro es el motivo por el cual podemos ser denominados como seres crueles e impuros. *** Odele Brow, la chica perfecta. Aquella chica que desde...