15. La niña

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Ya han pasado dos semanas del suceso de la pizza, aquella persona extraña no ha vuelto hacer de las suyas, creo que ya estamos libres de aquella siniestra silueta. Los hermanos Smith se han vuelto cercanos a todos nosotros y se han ganado un espacio en nuestro corazón al punto de verlos como familia. Artem a veces sale con Deon y Zigor a hacer cosas de chicos y cuando este llega a la casa cuenta lo incómodo que es el ambiente entre los otros dos. La pequeña Mía es muy cercana a mi padre al punto de llamarlo tío y de vez en cuando me obliga a llevarla a donde Camila con la cual se ha encariñado bastante.

Cabe destacar que Artem se ha mudado a la casa de Deon, creo que lo ve como un hermano mayor al igual que a Zigor.

Mi vida ha ido tan tranquila en estas últimas semanas pero como todo no es color de rosa...

Estaba completamente sola en casa, Artem estaba con los chicos mientras que Mia estaba con Camila y mi padre obviamente en el trabajo. Me sentía exhausta ya que dormí poco, iba a tomar una pequeña siesta pero el sonido del timbre no me lo permitió. Voy hasta la puerta pensando que era alguno de los chicos. Al abrirla no veo a nadie y casi cierro la puerta pero me percaté de un sobre que estaba en el suelo. Lo tomé completamente confundida y entré a la casa.

Rompí el sobre y vi que contenía una memoria USB. Busqué mi laptop y la conecté a esta, el archivo estaba cargando y vi que se trataba de un video. El video empezó a reproducirse, al inicio todo estaba oscuro pero lo que vi después me dejó petrificada. En cada una de las escenas que se proyectaban se podía ver a Mia desde ángulos muy cercanos pero el que más me heló los huesos fue donde se encontraba la pequeña dormida y esta persona acariciaba su rostro con su mano la cual estaba cubierta por un guante negro. Cerré la laptop de golpe, mi corazón latía muy rápido y mi respiración era entrecortada, sentía que en cualquier momento perdería las fuerzas. Cuando pensé que nada podría estar peor se escuchó el sonido de mi teléfono, era un mensaje de texto. Era un número desconocido, abrí el chat y sentí como mi alma salía de mi cuerpo. En la foto estaba Mia comiendo un helado y sujetando la mano de una persona, la cual tenía guantes negros.

Sin pensarlo dos veces marque el número de Camila, los segundos eran eternos o al menos eso sentía y me alivié cuando escuché su voz al otro lado del teléfono.

—¿Hola?

—¡Camila! ¿Está Mia contigo justo ahora?

—No precisamente. Estoy pagando los helados que compré para las dos pero tranquila, ella está en el área de juegos del parque —dijo sin ninguna preocupación.

—Camila... Escúchame bien. Busca a Mía ahora mismo, ¡ahora! ¡¿Me escuchaste?! —estaba muy alterada.

—¡Cálmate!, está bien. Oh mira, está viniendo hacia aquí ahora ¿feliz?

Su tono de hablar... me molesta, estoy muy airada.

—Tráela ahora —hablé demandante y cerré la llamada.

Me senté bruscamente en el sofá y agarré mi cabello con desesperación, si algo le pasaba no me lo perdonaría. No puedo con todo esto, sin darme cuenta ya lágrimas resbalaban por mis mejillas.

Los minutos pasaban y escuché como tocaban la puerta, rápidamente me levanté del sofá y me dirigí a la puerta a pasos largos. Al abrirla me encontré con los rostros de todos los cuales se sorprendieron al ver mi rostro, no los culpo, mis ojos deben de estar hinchados y rojos y ni hablar de mi cabello. Me eché a un lado y los dejé pasar. Mi vista viajó por todos ellos deteniéndose en la pequeña Mia. Me acerqué a ella en completo silencio y me agaché a su altura. Desenfrenadamente empecé a buscar alguna herida y suspiro de alivio al ver que no había ninguna.

—¡¿Estás bien?! ¡¿No te hizo nada verdad?! —ella solo me miraba asustada—. ¡Respóndeme! —exclamé enojada.

Hubo un silencio abrumador pero este fue roto por los sollozos de la asustada niña. Sin dejarme hablar o sencillamente disculparme esta se fue corriendo al piso de arriba. Camila y Artem fueron tras ella mientras que Zigor y Deon se quedaron conmigo. Caí de rodillas al suelo sollozando y luego, simplemente no me di cuenta cuando perdí el conocimiento.

                                        •••

Abrí mis ojos lentamente y sentí una superficie suave, estaba en mi cama. Enfoqué mi vista y vi que Deon se encontraba a mi lado, al ver que despertaba este se  acerco y sentí como acariciaba mi rostro. Como pude me senté en la cama tocando mi cabeza la cual dolía un poco.

—Bebe un poco de agua —ofreció Deon mientras acercaba el vaso de cristal a mis labios resecos, acepté.

Nos quedamos unos segundos en silencio y Deon se sentó a mi lado, tomando y acariciando una de mis manos e hizo la tan esperada pregunta.

—¿Qué pasó? —fue apenas audible y agradezco eso, siento que mi cabeza explotará en cualquier momento.

Señalé la laptop y él al entender a lo que me refería se levantó y fue hasta ella. Se acercó nuevamente y la encendió encontrándose directamente con aquel maldito video. Me miró esperando un permiso a lo que yo asentí.

Pude ver cómo a medida que pasaba el video su rostro iba cambiando hasta formar una mueca de espanto. Busqué mi teléfono entre las sábanas y al tenerlo en mis manos rápidamente lo encendí buscando aquella foto.

Al mostrársela quedó sorprendido pero a la vez tenía una expresión de confusión.

—¿Te lo envió esa persona? —cuestionó en voz baja. Yo asentí—. No pensé que llegaría tan lejos al punto de acosar niños.

Hubo un largo silencio y el ambiente se volvió tenso.

—No lo entiendo aún. ¿La conoces? —preguntó aún con aquella expresión de confusión.

—No entiendo, ¿De qué hablas? —esta vez la confundida era yo.

—¿Conoces a esa niña?

¿Qué esconde una melodía?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora