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Un castaño abría sus ojos poco a poco, distinguió el rostro de su madre, se fue levantando poco a poco apoyándose por el marco de la cama mientras se frotaba sus ojos.

—Buenos días, mamá—Saludó con una voz somnolienta y algo seca. Tenía sed.

—¿Rubius paso algo? Normalmente duermes en la habitación de tu papá y la mía cuando estás estresado o algo—Su madre sabía sus jugadas, pues en su juventud además de viajar estudiaba psicología.

—Nada—Poco a poco fue recordando las cosas... Sus ojos quedaron como platos cuando un recuerdo le vino a la mente... "Quackity" sonó en su cabeza para levantarse con rapidez saliendo de la habitación con sus medias puestas.

Escuchó la voz de su madre que fue ignorada en el proceso de llegar a su cuarto, al entrar cerró la puerta detrás y puso seguro, su cama estaba desordenada y no había rastros de nadie ahí. Suspiró aliviado.

Un golpe lo sobresaltó pues su espalda estaba apoyada por la puerta. Quito el seguro para abrirla dejando ver a su madre con una expresión de preocupación.

—¿Hijo que tienes? Estás muy raro hoy... ¿Paso algo?—Su mano acabo en la mejilla de Rubén.

—Nada mamá, no hay nada de que preocuparse—Contestó con una sonrisa de lado, la mirada de la mujer se suavizó al ver la sonrisa en el rostro de su hijo.

—Me habías asustado...

—De hecho... Hay algo que debo contarte—Sus piernas estaban temblando, tenía miedo de la reacción que ella podría tener. Pero debía hacerlo, si una persona sabía lo de su situación era su propia madre. Y tarde o temprano ella se enteraría, y ahí sería aún peor.

 Y tarde o temprano ella se enteraría, y ahí sería aún peor

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Madre e hijo estaban sentados en el sofá de la sala. La mujer esperaba de que su hijo hablará, no lo forzaría. El castaño intentaba buscar las palabras correctas, no quería soltar algo de más.

Poco a poco fue comenzando a contar las cosas, su madre escuchaba atentamente. Sabía lo del collar, no era boba, ella misma fue el que trajo ese collar a su casa. Jamás supo que su hijo encontraría a alguien gracias a esa joya.

<< Flashback >>

Una mujer de 23 años trataba de escalar una gran colina, había venido en avión hasta Noruega por un mito de un pueblo, y quiso venir a ver si fue verdad.

Mientras más escalaba podía sentir una gran aura de energía por el lugar rocoso. Estaba lleno de plantas, sin quitar sus bellas flores que abundaban en su camina.

Al subir todo fijo su vista en una gran cueva que tenía en frente, aunque era de día se podía distinguir una luz azul dentro del lugar.

Sin más espera sacó su linterna de su mochila y se adentró, mientras más se hundía en la oscuridad más fuerte era la luz.

Sus ojos brillaban ante el lugar dónde había acabado. Un lago de color agua marina reluciendo una brillante luz, algunos árboles con ojas lilas y luciérnagas en todas partes. Fijó su vista en un rincón dónde había el mismo color que vió fuera de la cueva.

Al estar cerca pudo distinguir un collar de cuarzo, al sostenerlo le pareció uno común, hasta que las paredes empezaron a iluminar unas letras y el brillo y color del agua ya se habían extinguido.

Era la misma historia solo que está vez... No especificaba el collar, la mujer al terminar la historia pensó que este sería el collar del sol. Por ende haría un pequeño resumen para Google.

No encontró oro... Pero si algo más valioso, no lo vendería, capaz en algún momento de su vida le haga falta, aunque no creía en la magia... Esto le brindaba un aura de paz.

<< Fin del flashback >>

—Lo sé—Respondió para ver a su hijo que quedó boquiabierto—No te pienso regañar ni nada. Tampoco se que pasará... Pero cuentas conmigo... Jamás creí que esto te traiga a alguien que te hará compañía los fines de semana... Jaja... Pero mira, que las cosas salieron un giro completo—Su hijo quedó cabizbajo formando una mueca, la mujer se levantó para quedar frente a frente con su hijo y darle un abrazo, poco a poco empezó a escuchar algunos sollozos.

—Oh Rubén... No te asustes por eso, sí, es raro, muy raro, pero mira el lado bueno... Tienes otro amigo de otro mundo. Alguien que capaz si te entienda... Una luna para el sol—Intento animarlo acariciando su cabello mientras el chico tenía su cabeza escondida en el abdomen de su madre, pues ella estaba parada aún—Ya, ya... Déjalo salir... Todo estará bien, todo estará bien—Repetía entre susurros para separarse y ver al castaño con los ojos rojos y algo hinchados.

Se sentó a su lado, el chico no dudo ni un segundo en abrazarla y dejar su cabeza entre su cuello y hombro.

—¿Me puedes cantar la canción que me cantabas cuando solía tener miedo?—Eso esbozo una sonrisa suave en el rostro de la mujer.

—Lindo bebé, no llores más... Mamá contigo está... El sol brillando está, la luna sigue igual, mamá te salvará... El tiempo ya paro, el río se seco... Mamá aún te amó. No llores más, seca esas gotas ya... Brillando el día está, queremos verte brillar—Empezó a cantar con una voz dulce, poco a poco sintió el cuerpo del menor ser algo más pesado, lo que le dió la idea de que él se haya quedado dormido a plena luz del día.

No lo iba a despertar, pues sabía que seguramente el haya estado pensado sobre cómo decirle las cosas. Amaba a su hijo, más que cualquier cosa... Y si él era feliz... Ella lo era aún más.

 Ella lo era aún más

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Holis. Volví 😸
¿Cómo están? Espero bien.
Ya traje otro capítulo.

Sinceramente este me dejó casi a lloros... Quiero una mamá como la de Rubén.

Que sepan que la canción me la inventé.

¿Les dejo spoiler del capítulo siguente? Don Vegetal verá con los demás para... Para declararse a Rubius.
¿Pero que pasaría si Quackity regresa de una? Pero hasta ahí los spoilers.

¡Nos vemos!

HOUSE┊𝗥𝘂𝗯𝗰𝗸𝗶𝘁𝘆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora