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Martes, para muchos un día normal, para Rubius un día donde preferiría matarse. Estar en la clase de Ciencias no era interesante y más en un día lluvioso.

Rubius estaba recostado sobre su pupitre, no durmió nada anoche por las tareas que debía hacer (que por cierto se acordó a último minuto)

—Rubius, Rubius... ¡Bobo! —exclamó en murmuró Vegetta que estaba detrás suyo. Rubius suspiró fastidiado para levantar su cabeza y darse la vuelta discretamente, agradecía que el profesor se encontraba escribiendo en la pizarra.

—¿Que quieres?

—Debes copiar esto, la clase de hoy será el tema para la prueba del próximo martes —el castaño rodó los ojos angustiado, no quería estudiar; eso era obvio.

—¿Qué día es hoy? —preguntó en murmuró mientras sacaba su cuaderno de ciencias con su estuche.

Vegetta suspiró para formar una sonrisa. Seguía siendo su dulce tonto.

—Mejor te paso los apuntes más tarde, quiero decirte algo en el receso, espérame en las gradas del patio.

Rubius solo asintió en silencio con una ceja levantada para darse la vuelta y volver a recostar su cabeza por el pupitre.

Reviso su celular una vez más, Vegetta pensó que Rubius jamás llegaría, pues el receso ya llevaba la mitad del tiempo establecido

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Reviso su celular una vez más, Vegetta pensó que Rubius jamás llegaría, pues el receso ya llevaba la mitad del tiempo establecido.

—¡Perdón la tardanza! La cafetería está más que llena —se dió la vuelta para ver a Rubius con una bolsa de papas fritas en la mano.

Vegetta respiró hondo para acercarse quedando a unos centímetros, la diferencia de altura no era mucha.

—Rubius yo... Lamento haberte dicho ese día esas palabras... No era mi intención, yo... Yo-yo la verdad también estoy enamorado de ti, curioso, ¿no? Sé que, seguramente estarás enojado, y tienes derecho... —hizo una pausa inflando su pecho para desviar su mirada—. Quiero que sepas que te amo, si, te amo, y la verdad fui un cobarde por no haberte dicho eso... Lo siento.

El mundo de Rubius paro al oír esas palabras, fue un cubo lleno de tierra y hielo cayendo sobre su cabeza.
El híbrido no tenía palabras para decir, abrió su boca tratando de formular al menos una palabra corta.

—¿Paso algo? —preguntó el pelinegro levantando una ceja.

—Samu yo... La verdad no tengo que decir, y ahm... Tampoco puedo aceptar tus sentimientos, es que... Me frena algo... ¿Entiendes?

—¿El que te frena es tu amigo ese? —Rubius frunció el ceño cruzando sus brazos ante las palabras de su 'amigo'.

—Samu, eso no tiene nada que ver aquí. A veces pie... —el timbre interrumpió a Rubius que rodó los ojos mirando una última vez a Vegetta—. Te veo en clases, De Luque.

Apretó los dientes, guardando muchas palabras que querían salir de sus labios. Agarró el brazo del castaño, deteniendo su paso para que vuelva a mirarlo, encontrándose una vez más unos orbes de un bello color verde.

—Samuel, suéltame —ordenó Rubén, conservando una desafiante mirada al de ojos café, que negó con nervios en silencio.

—Rubén hay-hay cosas que tú no puedes entender, ¡al menos déjame explicarte! —su mano sujetando su brazo temblaba, ya que no quería que su coraje o nervios lo domaran y lastime a su amigo.

—¿Puedes dejar tu drama? Tenemos clases y tú nunca te saltas una —mencionó dejando de forsajear, sabiendo que no ganaría por la fuerza del otro.

Negó nuevamente, comenzando a avanzar hacia otro lado, llevando a Rubén con él que se quejaba en voz baja para tratar de volver a la clase.

—¡Samuel! ¡Nos van a regañar! ¡No tenemos permitido ir al bosque del instituto! ¡Samuel! —sus murmuros eran nuevamente ignorados, sintiéndose (y estando) obligado a caminar sobre un césped más áspero y seco, con los árboles dándoles sombra.

Los minutos pasaban y los dos se mantenían en silencio. Rubén no sabía cuanto había caminado, sólo sabía que quería golpear al mayor.

Al final llegaron a lo que parecía ser el centro del bosque, dónde Samuel soltó su brazo para cruzar los suyos mirando seriamente al castaño.

—¿Crees que somos idiotas, Rubius? —preguntó, asustando al otro que le dio un escalofrío. Normalmente sólo le hablaba así a las personas que lo molestaban.

—¿No? —contestó sonriendo nerviosamente, mostrando sus dientes blancos apretados.

Frunció su ceño ante la respuesta y se acercó a él, tomándolo por los hombros dejando inmóvil a Rubén que no sabía que hacer.

—No te asustes, tonto —rodó sus ojos más relajado por ese apodo—. Rubén, sabemos lo de tú collar, había leído hace mucho tiempo el informe de tu madre sobre ese collar —«ojalá Dios me guarde y se le olvide dónde» pensó en ese momento, respirando hondo y apretando sus labios.

—¿Le di-dirás a los demás?

—Ni pensaba hacerlo, es algo secreto, porqué veo que te importa más alguien de otro mundo que tus amigos de toda la vida —abrió sus ojos por completo al oír esas palabras, sintiéndose mal ya que en cierta parte era verdad—. No trato de justificar el daño que yo te cause, estoy tratando de decirte que si ya no puedes contar conmigo, puedes contar con ellos. Fuí muy inmaduro, lo sigo siendo, después de todo soy un humano, pero, la verdad yo debería estar mal, sólo te enamoraste de la persona incorrecta. Porqué según mis ojos, ya encontraste a tú luna. Señor sol —sonrió para sus últimas palabras, tragando saliva y las ganas de llorar que estuvo teniendo.

Rubén negó varias veces con lentitud, él sí tenía los ojos rojos con gotas de agua aguardando para salir, dio pasos al frente. El castaño siempre sería débil para Samuel, si no estaba él, Rubén sería inútil.

—Ni siquiera merezco que me hables y tú lloras. Gracias, Samuel, eres tan idiota —se insultó a él mismo soltando una bocada de aire.

—Vamos al instituto, se terminó la hora de la maestra de arte —murmuró agarrando su mano, con un escalofrío de por medio.
Le dio la espalda y estando concentrado en su camino no vio el collar iluminarse de un color opaco, viendo todo negro sintiendo su cuerpo caer.

Le dio la espalda y estando concentrado en su camino no vio el collar iluminarse de un color opaco, viendo todo negro sintiendo su cuerpo caer

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¡ES EL RAYO MCQUEEN! ¡SE PIERDE CASI TODO UN AÑO Y REGRESA EN MEDIO DE LA NADA! ¡QUE EMOCIOOON!

Hey, ya regrese, eso es lo importante y que ya actualice, ¿Cómo están sus vidas? ¿Me perdí de mucho? JAJAJAJAJ.
Pasaron muchas cosas en mi vida que me hicieron perder mis ganas de escribir.
(No se enamoren de alguien que este en un bachiller químico mi gente).

Pero en fin, ya traigo un capítulo y eso es lo importante... ejem. ¿Les gustó? Ya tengo nuevas ideas para el fanfic MUAJAJAJAJA.
Espero les guste de todos modos, nos vemos en el próximo capítulo.

ESTÁ VEZ NO VOY A TARDAR UN AÑO, creo. 🧍 JAJSJDA.

Lxs quierx mucho, cuidense y tomen agüita. 🐢💐

HOUSE┊𝗥𝘂𝗯𝗰𝗸𝗶𝘁𝘆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora