Capitulo 16

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Narra Iván Buhajeruk

— Pero tengo que ir a comprarte medicamentos para que te sientas mejor, tienes la fiebre muy alta —traté de explicarle luego de sentir su mano caliente.

— P.. por favor, no me de.. dejes sola —me pidió con una voz susurrante.

Lo pensé por unos segundos, pues si no iba por esos medicamentos, Luz empeoraría, pero si iba, ella se sentiría mal, y eso es lo último que quiero.

— Bien, me quedaré contigo, pero déjame ir por agua y un paño para bajar tu temperatura —accedí sintiendo como soltaba mi muñeca.

Al ya tener a la mano el paño y el agua, decidí llamar a Rodrigo para avisarle que Luz estaba conmigo, pues ya eran las siete y media de la noche, y se suponía que Luz ya debía haber llegado a su hogar.

— Hola Spreen, ¿Luz está contigo? —me preguntó Rodrigo del otro lado del teléfono.

— Eh, hola, sí, ella está conmigo, necesito que vengas a mi departamento y de paso traigas una tableta de ibuprofeno, tiene fiebre muy alta —le pedí mientras escurría un poco el agua del paño y se lo ponía en la frente a Luz.

— De acuerdo, voy para allá —dijo colgando la llamada.

Luego de hablar con Rodrigo me senté al costado de la cama apoyando mi espalda en la mesa de noche que se encontraba a un lado de esta.

— Gracias ayudarme —murmuró Luz, quien se encontraba sudando por la fiebre, pero gracias al paño húmedo su temperatura bajó un poco.

— Es lo que hacen los... amigos... asique no tienes nada de que agradecerme —negué soltando una pequeña risa al final.

El silencio se hizo omnipresente hasta que Luz me ofreció tomar su mano.

— En ese caso, gracias por se.. ser mi amigo —susurró abriendo un poco la mano.

Luego de pensarlo por unos segundos decidí tomarla, se sentía un poco caliente, pero suave, y supongo que por razones de estatura, su mano era más pequeña que la mía.

— ¿E.. Enserio amas a Ara.. Ar.. Arabella? —me preguntó imitando mi acción.

—... No, no la amo, y nunca lo haré —respondí apoyando mi cabeza en la mesa de noche.

— ¿En este mo.. Momento te gusta a.. a.. al.. Alguien? —me preguntó dándose la vuelta hacia mí aun tomando mi mano.

— Sí —afirmé mirándola a los ojos.

— ¿Puedo sa.. s.. saber quién es?

—... Eh, mejor descansa, te hará bien —evadí la pregunta acariciando su mejilla con mi mano libre.

Ella solo sonrió y cerró los ojos aceptando mi caricia.

Los minutos pasaron y su respiración se hizo más lenta y pesada, señal de que estaba dormida.

Miraba distraído su lindo rostro, su tierna sonrisa y sus suaves y pequeñas manos. En ese momento no existía nada más en el mundo, nada más hermoso que ella.

Mientras estaba sumido en mis pensamientos escuché el timbre de la casa, y recordé que le había pedido a Rodrigo que viniera.

Rápidamente solté la mano de Luz y bajé a abrirle la puerta a Rodrigo.

— Hola, ¿trajiste la medicina? —le pregunté haciéndolo pasar.

— Sí, ¿Luz está bien? —me respondió dándome una cajita que decía ibuprofeno.

— Maso, está en mi habitación, se quedó dormida —dije dirigiéndome hacia la cocina con Rodrigo siguiéndome.

Estuvimos conversando un rato mientras servía un vaso de agua para que Luz se lo tomara con la pastilla, al terminar ambos subimos a la habitación en la que se encontraba ella descansado.

— Se ve fatal, ¿Me puedes explicar que sucedió? —me preguntó Rodrigo sentándose a un costado de la cama.

— Pues... hace unas horas, cuando ya todos habían llegado, ósea, Dante, Luz y Arabella, estuvimos conversando un rato mientras abrían las puertas de la sala. Cuando finalmente las abrieron Dante llamó a Luz porque quería hablar con ella y nos pidió que nos adelantáramos, cosa que pues, hicimos, porque no creí que eso pasaría —le expliqué sacando una pastilla.

— ¿Qué cosa no creyeron que pasaría? Cuéntame a detalle —me ordenó viendo los moretones que Luz tenía en el antebrazo y en el rostro.

— Bueno... eh, un rato después de que entráramos Arabella y yo, entró Dante y casi de inmediato entró Luz. Dante se sentó dos asientos a mi derecha y Luz en el que estaba a mi lado. Ella tenía las mangas de la chaqueta subidas y ví unas marcas oscuras en su brazo, le pregunté que eran y me dijo, mientras se rascaba la nuca, la cual l tenía un poco lastimada, que se había golpeado mientras limpiaba, no le creí del todo pero lo dejé pasar —seguí contando, pero me detuve al ver que me miraba con lastima— ¿Qué?

— Ese fue tu primer error Iván —suspiró pasándose las manos por la cara— cuando ella se rasca la nuca luego de hacerle una pregunta, o tartamudea más de lo normal, significa que está mintiendo o está ocultando algo o también puede estar manipulando la verdad para omitir algo, aún tienes mucho que aprender de ella si quieres que algún día te llame cuñado.

Ante su burla solo reí un poco y me giré a mirar a Luz.

— Eh, ¿en que estaba? ah sí, luego Dante fue al baño y yo fui detrás de él para charlar, pero cuando hablamos me dijo que él haría lo que quisiera con Luz porque era su novia y eso. Bueno, después cuando regresamos a la sala y Dante le dijo que quería hablar con ella cuando terminara la película. Luego de que finalizara la película dimos un par de vueltas en el centro comercial y cuando nos cansamos decidimos que era hora de irnos y fuimos a la salida, en donde Dante llamó a Luz para hablar con ella, ambos se apartaron de nosotros y todo fue normal hasta que escuché un golpe, como el de una fuerte cachetada, y al girarme hacia donde supuse que provenía el sonido vi a Luz con la mejilla roja y a Dante enojado. Cuando Arabella y yo nos acercamos vi que Dante estaba a punto de golpearla de nuevo y antes de que su mano lograra tocar el rostro de Luz yo tomé su muñeca, pero el se soltó y le dio otra cachetada el doble de fuerte la cual la mandó al suelo —continué viendo la expresión de horror que había en el rostro de Rodrigo.

— ¿Y ella... que hizo? —me preguntó con una pizca de miedo en su voz, lo cual me confundió.

— E.. eh, pues lo amenazó con que iba a hablar con su jefe para que lo despidiera y que no permitiría que trabajara en ningún lugar nunca más o algo así.

— Menos mal —respondió tranquilizándose —creo que deberíamos despertarla para que se tome la pastilla.

— Sí, tienes razón.

Contigo | Spreen x tnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora