Contigo | Spreen x tn

Capitulo 12

Narra Rodrigo Carrera

Ver a Luz en ese estado me dejó paralizado, pero sabia que debía ayudarla, puede que nos hayamos peleado, pero eso no quiere decir que hayamos dejado de ser amigos.

— ¿Hey, estas bien? —le pregunté.

— S.. sí, ¿en donde está Spreen? —me respondió tomando un sorbo de su baso con agua, evitando mi mirada.

— Acaba de irse.

Vi como levantaba la mirada y las lagrimas empezaban a deslizarse por sus mejillas.

— No, no estas bien, dime que pasa —la contradije acercándome a ella y secando sus lagrimas con mi pulgar.

Pude notar como dudó unos segundos hasta que me respondió.

— E.. es que me acorde de que ma.. mañana llega.. ÉL.. y creo que S.. Spreen se enojó por algo que dije.

— Primero, si tanto miedo le tienes, deberías cortarla con él, y segundo, estoy seguro de que Spreen es incapaz de enojarse contigo —le aseguré poniendo mis manos en sus hombros.

— ¿C.. cómo estás tan se.. seguro? —dudo dejando el baso en la mesa.

— Lo sé y ya —le respondí con una sonrisa.

— ... Perdóname por haberte gritado, fue muy grosero de mi parte, todo lo que dije no fue enserio, estaba estresada y asustada... lo siento, por favor perdóname —me rogó agachando la cabeza, mientras las lagrimas seguían rodando por sus mejillas.

Verla en ese estado me destrozaba, no me gustaba para nada verla llorar.

— Está bien, te perdono, y también lamento haber reaccionado de esa manera —me disculpé abrazándola y poniendo mi cabeza sobre la suya, ya que yo era mas alto que ella— eres muy enana ¿sabes?

Sentí un gran alivio al escuchar su risa.

Mientras estabamos abrazados sentí como se quedaba dormida en mis brazos, se notaba de lejos que estaba cansada.

La tomé en brazos y la llevé a su cuarto, apagué las luces, la alarma, cerré la cortina y salí de la habitación, cerrando la puerta detrás de mí.

Comí algo, fui a mi habitación, me senté en la cama, y me quedé pensando en lo que había hablado con Spreen, ¿enserio mi mejor amigo tenía que gustar de mi hermana adoptiva? Aunque en realidad no tenía derecho de enojarme con él, pues había una pequeña posibilidad de que me gustara su hermana también, la menor.