1. Perdiendo

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—Maldita sea... Naruto, tienes que detenerla —pedía la quinta Hokage que, debido a sus múltiples heridas, no podía hacer más que intentar inútilmente incorporarse—. ¡Que alguien la detenga, por favor! —suplicaba desesperada.

Pero fue demasiado tarde para que alguien pudiera hacer nada. 

Sin aviso alguno, una chica castaña de escasos quince años, hizo un sello mientras se encontraba suspendida en el aire logrando que abundante agua surgiera de entre sus dedos, inundando todo el lugar donde la guerra recién había terminado.

Eso sorprendió a todos los que, de un segundo a otro, se encontraban suspendidos en una burbuja enorme de un agua que les permitía respirar sin dificultad, viendo como de a poco disminuían sus heridas hasta convertirse en nada, incluso las graves. 

Algo bastante sorprendente.

Segundos después el agua a su alrededor comenzó a evaporarse, dejando a todo el mundo de pie y sin ningún rasguño. Algunos se encontraban anonadados y perplejos por estar de pie después de morir.

La única que no estaba de pie era Lady Tsunade que, ya sin ninguna herida, se encontraba rodillas al piso. Solo ella sabía el peso de lo que estaba cargando, el de la pérdida. Ella y un rubio que corría intentando alcanzar a la chica que les salvara la vida a todos y se las regresara a unos cuantos.

Mientras corría a ella, Naruto se percató cómo, la que caía, desafiando toda lógica, mientras más cerca del piso estaba más pequeña se hacía. 

La niña de cabellos cafés y ojos divinamente negros estaba retrocediendo en el tiempo, en su tiempo.

Con muy poca velocidad, y casi nada de peso, Naruto atrapó un puñado de prendas femeninas llenas de la poca esencia que quedaba de esa chica.


Continúa...

UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD... MI VIDA CONTIGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora