9. Familiarizando

191 23 8
                                    

—Si le pones una mano encima a mi pequeña te arrancaré cada parte del cuerpo, hueso por hueso, ¿entiendes? —preguntó Kakashi con una sonrisa maliciosa a uno que debió tragar saliva para de todas maneras no poder pronunciar palabra.

Gaara asintió con los ojos muy abiertos. La chica sonrió para el pelirrojo antes de fulminar con la mirada a su padre. 

—Vamos —dijo al que sacaba de esa burbuja de miedo que su padre había creado exclusivamente para él y, tomando la mano de Gaara, lo jaló hacía la puerta de la casa.

—¡Ey, chiflando y aplaudiendo jovencitos! Los estaré vigilando —gritó Kakashi poniéndole los pelos de punta al joven Kazekage.

Gaara no entendía porque obedecía, pero lo hizo. Comenzó a aplaudir y a silbar mientras caminaba, algo que a la chica le hizo reír burlonamente.

—Deja de hacer eso —pidió entre risas la chica. Gaara se detuvo.

—¡No escucho los aplausos! —gritó Kakashi. 

—¡Eres un pesado! —gritó Hoshi para su padre, encaminándose junto al pelirrojo hacia el pueblo.

—Tu papá te cuida mucho o no confía nada en mí —dijo tras un suspiró Gaara. 

Kakashi era uno de los shinobis que él más respetaba, de los pocos que admiraba, y creyó que al peliplata él le caía bien. Eso fue antes de que esa chica castaña apareciera.

—Solo es un exagerado —dijo la chica—, está celoso.

—Los celos son peligrosos —recordó Gaara algo que Temari había mencionado—, creo que ahora tengo miedo.

—¿Y vas a dejarme? —preguntó Hoshi haciendo un puchero que le arrancara una sonrisa al pelirrojo.

—Por supuesto que no —aseguró Gaara acariciando la mejilla de la que ahora sonreía—, estoy preparado para morir por ti.

—Eso es halagador —dijo la chica intentando atrapar los labios del pelirrojo que la miraba con expectante emoción, pero alguien tosió a sus espaldas interrumpiendo el momento.

—Chiflando y aplaudiendo —dijo Naruto. 

Gaara puso cara de pesadez y aplaudió.

—No entiendo esto —mencionó y comenzó a silbar. Los otros dos rieron.

—No tienes que hacerlo —indicó ella deteniendo las manos del chico. 

Naruto, que se encontraba a sus espaldas, explicó la razón de la solicitud. 

—Si estás chiflando y aplaudiendo tienes manos y boca ocupadas, así no puedes tocarla o besarla.

—Ah —hizo el que escuchaba atento la explicación dejando al fin las manos en paz.

—¿Estás espiándonos? —preguntó Hoshi medio molesta—. Arruinas nuestra cita.

—Papá me envió —informó Naruto y Hoshi usó su mejor carta para alejar al mal tercio.

—Pues te haré lo mismo —amenazó—. Me apareceré en todas las citas que tengas con Hinata si no te largas ahora mismo

—Mmmm —se quejó Naruto—. Siempre que tú apareces a Hinata se le pierde el mundo, de veras.

—Es porque soy su mejor amiga —explicó ufana la chiquilla.

—Yo soy el mejor amigo de éste —informó Naruto apuntando al pelirrojo—, y no te deja de ver por mí.

—Porque soy mejor —sonrió la castaña.

—Ahoshi —dijo Naruto en respuesta al comentario de su hermanita.

—Bakaruto —devolvió Hoshi un insulto y se extendió una pelea típica de hermanos, terminando en que todos rieron de semejante infantil escena.

—Esperaré en el café de enfrente —dijo Naruto— y en el de cada esquina del cine, no tienen escapatoria.

—Pues mejor nos portamos bien —sugirió la chica al de hermosa mirada que asentía.

—¿Está bien si te tomo la mano? —preguntó sonrojado, provocando sonreír a su acompañante. 

—Está perfecto —dijo la chica aceptando la mano del que le gustaba tanto.


Continúa...

UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD... MI VIDA CONTIGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora