-Sólo te pedí una cosa, ¿cuál fue?
-Que no te preñara.
-Y, ¿qué hiciste?
-Te preñé.
ADVERTENCIAS:
-Intento de #Humor
-Omegaverse
-Capítulos Cortos
Idea original. No se aceptan copias ni adaptaciones.
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──sʀᴛᴀᴍιιʀɴᴀ ᴇɴᴛᴇ...
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Como no planeaba dejar a su subordinado sin probar bocado, luego de comprar el anillo de compromiso para Jungkook, Seokjin llevó a Minhyuk a un restaurante. Ya sentados en una mesa, el alfa no podía dejar de observar su compra con satisfacción. La joya en cuestión, era una sencilla lienza de plata, con un pequeño circón en el lado más ancho, dándole un ligero toque de brillo, sin dejar de ser elegante y de bajo perfil. Realmente, Jin consideraba que iría perfecto con la personalidad de su omega. Haciendo eco de sus pensamientos, un suspiro desde el fondo de su pecho se le escapó.
―Debes estar realmente, muy enamorado, ¿no ingeniero Kim? ―preguntó Minhyuk, dejando la carta a un lado, para observarle con una sonrisa burlona.
―Sí ―respondió sin vacilaciones. ―Aunque no lo sea, Jungkook es para mí, mi alma gemela... no necesito compartir ese vínculo espiritual de las parejas destinadas, para sentir que nos pertenecemos el uno al otro...
―Wow... deberías dejar la informática, y dedicarte a escribir poemas ―bromeó. Su risa murió cuando un mesero relativamente joven, se aproximó a la mesa para tomar su orden. El muchacho pasaba de los veinte, con un rostro aniñado y semblante tranquilo, mirando directamente a Minhyuk, como si lo estudiara. Seokjin no se percató del extraño intercambio de miradas en principio, demasiado distraído con el anillo y luego, con elegir algo sabroso del menú.
―Ejem... ―se vio obligado a aclararse la garganta ruidosamente, y así llamar la atención del chico, quien no apartaba sus ojos curiosos y coquetos, de su subordinado. ―Hmm... ¿ordenamos de una vez, Minhyuk? No nos queda mucho tiempo para almorzar ―dio dos golpecitos con su índice sobre el reloj de pulsera. El sigma parpadeó, como si saliera de un trance y asintió. Entonces, un rubor lo delató y Jin tuvo que contener su risa, para no avergonzarlo delante del mesero que parecía haber despertado el interés de su subordinado. Extraño.
―Bu-Buenas tardes, mi nombre es Kihyun y yo los atenderé ―se presentó, con un saludo ensayado. ―¿Qué desean ordenar? ―Seokjin fue por lo tradicional, sin complicarse demasiado, pidiendo bulgogi con algunas guarniciones extras. ―Y, ¿para usted? ―sus ojos regresaron al sigma. Minhyuk se mordió el labio, paseando su mirada inquieta por las variadas opciones en la carta, terminando por cerrarla.
―¿Qué me recomiendas? ―dijo directo, observando con intensidad al muchacho.
―Tal vez... si disfruta de la carne de ternera, le gustará el especial de la casa ―ofreció. ―O si prefiere un plato frío, tenemos fideos y una gran variedad de kimbap, que puede acompañar con danmuji o kimchi...
―Ya veo... ―humedeció sus labios, evidentemente nervioso, mientras frente a él, Seokjin observaba todo como en un juego de ping-pong, alternando entre mirar a Minhyuk y al mesero. ―Supongo que el especial de la casa estará bien... gracias.
―Genial, enseguida les traigo su orden ―comentó Kihyun, haciendo una reverencia en dirección al sigma, y marchándose con los menús en la mano.
―Por favor, no digas nada ―pidió, adelantándose a lo que se avecinaba. Seokjin soltó la risa que llevaba conteniendo desde que el mesero apareció.
