Si algo le gustaba de los sábados a Seokjin, era el llegar a casa un poco más temprano que el resto de los días. Además, iniciaba su descanso, pues el domingo lo pasaba acurrucado con su omega, hasta el mediodía, para recargar las energías necesarias y así enfrentar una nueva semana de trabajo. Habían transcurrido dos semanas desde su propuesta, y junto a Jungkook parecía estar viviendo una luna de miel adelantada.
Con una sonrisa traviesa, imaginando cómo podrían usar el tiempo antes de la cena, digitó la contraseña en la puerta, entrando. Se descalzó y dejó su maletín en el perchero. Su corbata ya había sido desajustada en el camino allí, por lo que sólo la jaló lejos de él y la colgó también. Mientras se quitaba el saco, unos murmullos bajos, como una retahíla de maldiciones, llegaron a sus oídos. Frunció el ceño y olfateó el aire, alerta. Olía amargo y sus fosas nasales picaron. No había ni pizca del frescor suave de la lavanda, ni la dulzura de la miel. Algo iba mal con su omega, y no dudó en tirar su chaqueta al suelo y correr a la habitación, en busca de Jungkook.
-¿Kookie, bebé? -preguntó al entrar, y ver al peliazul cubriéndose el rostro con unos jeans, de pie frente al espejo de cuerpo completo, con las piernas desnudas y sólo una camiseta cubriéndolo. -¿Qué pasa? ¿Te sientes mal?
- ¡Todo esto es por tu culpa! -se quejó, apenas lo escuchó, volteándose y enseñándole el pantalón, como si eso aclarara todo el asunto. Su rostro estaba enrojecido alrededor de sus ojos, que brillaban en lágrimas por derramar, pero sus cejas demostraban enojo genuino. Seokjin se quedó de pie en el umbral de la puerta, inmóvil y confundido, parpadeando repetidas veces, intentando pensar en qué había metido la pata ahora. - ¿Ves esto? -volvió a señalar la prenda, sacudiéndola con algo de brusquedad, para luego lanzarla sobre la cama. Los ojos del alfa se abrieron, comenzando a entrar en pánico por la reacción de su omega.
- ¿Sí? -dudó al contestar. Jungkook gruñó en su dirección, furioso.
-Este es mi pantalón favorito -explicó, apuntando el mencionado, con su dedo índice. -El mejor de la vida, el que puedo usar con cualquier cosa y se me verá bien... Con él puedo comer lo que sea y no va a importar, porque es super cómodo... -suspiró, como si su frustración fuera tan grande, que no le permitiera ni siquiera hablar. Puso ambas manos en sus caderas y dejó caer la cabeza hacia atrás, mirando el techo, reorganizando sus ideas, antes de retomar su explicación. -Dime cómo hago ahora, para que yo pueda seguir usando mi pantalón favorito... con esto... -se alzó la camiseta holgada, girándose para quedar de perfil, dejándole ver a Seokjin la curva de su vientre de casi cuatro meses de embarazo. Ante esa maravillosa imagen, el corazón del alfa se estrujó en su pecho y una involuntaria sonrisa hizo aparición. Pero, lejos de conmover al molesto omega, sólo lo enfadó más. - ¿Te parece gracioso? ¡No te rías de mí! ¡Te dije que no me preñaras! -desesperado, soltó la camiseta para que esta volviera a cubrirlo, y recogió de la cama el pantalón, lanzándoselo a Seokjin en mitad del pecho, con fuerza.
Seokjin retrocedió un paso, no por que le doliera, sino por la acción repentina.
-Bebé... n-no estoy burlándome... -se excusó, tratando de acercarse a él. -Es sólo que... te ves tan hermoso así... tan bonito y caliente -intentó abrazarlo, pero Jungkook lo esquivó, desenredándose de su abrazo, demasiado molesto con él, para aceptar su cariño.
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̶I̶M̶ PERFECT LOVE ~ JinKook
Fiksi Penggemar-Sólo te pedí una cosa, ¿cuál fue? -Que no te preñara. -Y, ¿qué hiciste? -Te preñé. ADVERTENCIAS: -Intento de #Humor -Omegaverse -Capítulos Cortos Idea original. No se aceptan copias ni adaptaciones. [TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS] ──sʀᴛᴀᴍιιʀɴᴀ ᴇɴᴛᴇ...