-Sólo te pedí una cosa, ¿cuál fue?
-Que no te preñara.
-Y, ¿qué hiciste?
-Te preñé.
ADVERTENCIAS:
-Intento de #Humor
-Omegaverse
-Capítulos Cortos
Idea original. No se aceptan copias ni adaptaciones.
[TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS]
──sʀᴛᴀᴍιιʀɴᴀ ᴇɴᴛᴇ...
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[Cinco meses atrás...]
Jungkook lucía entusiasmado con el lugar que compartían hacía casi un mes. Seokjin consiguió llenar el nuevo departamento con un par de muebles más, y gracias al arreglo de un salón de informática en una escuela cercana, juntó el dinero suficiente para una gran cama doble. No les sobraba, pero al menos, tampoco les faltaba para vivir.
Sin embargo, había algo en la mirada de su omega que tenía a Jin intranquilo.
—Tu hermano no está enojado contigo, no pienses eso —le animó, al adivinar el motivo, luego de que Jimin no respondiera a sus mensajes. —Él te ha apoyado en todo esto... no va a ponerse ahora del lado de tu padre.
—Entonces, ¿por qué casi no me ha llamado en todo este tiempo? —cuestionó, tirando su celular a un lado, rebotando este sobre la cama. Afortunadamente, no cayó al suelo. —Estoy seguro que desaprueba todo lo que he hecho últimamente...
—No es así... —se esforzó en negar el alfa. —Quizás... sólo esté ocupado con los niños, no debe ser nada...
—Hmp —suspiró frustrado, torciendo el gesto. Sus grandes ojos oscuros brillaron con tristeza y aquello le rompió un poco el corazón a Seokjin.
Al día siguiente, en cuanto Jungkook llegó de sus clases, aquel viernes en que tenía media jornada, Jin lo sorprendió con un improvisado plan.
—Iremos a Busan —informó. La emoción que cubrió el rostro del menor, no tuvo precio.
—¿De verdad? —le brincó encima, besándolo con efusividad.
—Sí, Kookie... vamos a visitar a Jimin... sé que lo extrañas mucho y te he visto tan decaído que...
—¡Gracias! —Jungkook lo interrumpió, besándolo más.
Sin embargo, el plan inicial de viajar en tren hasta Busan, poco a poco se transformó en un mal planificado intento de salida romántica, cuando el omega sugirió rentar un carro para viajar por carretera.
—Este sol va a cocinarnos, bebé —comentó el alfa, cargando el par de bolsos de mano, con un par de cambios de ropa para el fin de semana. —Son casi las cuatro de la tarde...
—No seas aguafiestas —la sonrisa imborrable en Jeon, lo obligó a tragarse sus opiniones. —Será increíble... nuestra primera salida...
—Sí, tienes razón... —forzó una felicidad que no sentía del todo y se sentó en el asiento del piloto, cerrando la puerta y abrochando su cinturón.
Entrados en la autopista, Seokjin comprobó con gran pesar que el aire acondicionado estaba averiado, lo que los obligó a bajar las ventanillas y asfixiarse con el húmedo aire caliente del exterior.
No llevaban ni una hora, y sus camisetas lucían empapadas, sus cabellos lacios, aplastados contra sus frentes por el sudor, vueltos un desastre.
