̶I̶M̶ PERFECT LOVE ~ JinKook

06: LA VIDA ES UNA PERRA CRUEL.

El sábado llegó como un bálsamo para Jeon Jungkook, quien se desperezó bajo las mantas de la cama, estirándose con el nacimiento de una sonrisa. Pasaban de las diez de la mañana, y el omega apenas iniciaba su día, aprovechando que Seokjin trabajaba también. Ya tendrían el domingo para compartir en pareja.

Vistiendo nada más que su pijama, caminó descalzo por el departamento, dirigiéndose directamente hasta la nevera, sacando un cartón de leche y bebiendo del envase.

El sonido de desbloqueo de su puerta, lo hizo voltear hacia la entrada, bebiendo aún. Jimin apareció, con aquella aura especial que lo rodeaba siempre. A Jungkook le olía a entusiasmo y seguridad en sí mismo, además del dulzor del jazmín.

—¡Jungkookie! —exclamó, alzando sus brazos, como si fuera a presentar un número artístico.

—Hyung... —el menor dejó la caja de leche de regreso en la nevera, cerrándola, para ir a saludar a su hermano mayor. —¿Qué haces aquí?

—¿Cómo que, qué hago aquí? —puso las manos en jarras, volteando los ojos, como si fuera evidente. —Vine a ver a mi hermanito —se acercó y lo envolvió en sus amorosos brazos. Jungkook se dejó arrullar en el calor de su abrazo, como lo hacía cuando era más pequeño. En su hermano mayor, tenía su soporte emocional y los recuerdos más bellos de infancia.

—Gracias —murmuró contra su hombro. —Ya te estaba extrañando.

—Aproveché que mi osito no tenía trabajo hoy, para que se quedara con Hanie y Binnie —se separó y lo tomó de la mano, para llevarlo hasta el sofá, pues así podrían estar más cómodos. —Porque necesitaba hablar contigo, y... bueno, tener un pequeño descanso —resopló, aunque no perdió su sonrisa. El menor admiraba la forma en que Jimin podía mantener su alegría, hasta en los momentos más oscuros. —Ahora... cuéntame por qué rayos Jin golpeó a Nam —su tono se tiñó de emoción. —Él apenas me dijo qué pasó, y a mí me gusta tener los detalles.

—Dios Lobo, me acuerdo y me siento apenado con Nam hyung —se cubrió el rostro, sonrojándose.

—Pero, ¿qué fue lo que pasó? —insistió.

—Mn... pues, no sé exactamente... todo ocurrió muy rápido —comenzó a contar. —Entramos a la consulta y Nam hyung nos habló un poco de cómo funcionaba esto del embarazo, y hasta ahí, todo bien... Entonces, Jinnie comenzó a oler a celos y egoísmo...

—Ajá —asintió el omega mayor, quien compartía esa habilidad olfativa.

—Me subí a la camilla y Nam hyung levantó mi camiseta, tanteando con sus manos, mi vientre —detalló. —Dos segundos después, Jin gruñó como una fiera y le dio un puñetazo a Nam hyung, tirándole los lentes y todo a su paso.

—No me jodas —Jimin cubrió su boca con una mano, asombrado.

—Una enfermera entró por el alboroto que se armó y llamó a seguridad —negó el menor, azorado. —Pero, Nam hyung sólo ordenó que lo sedaran, fue muy comprensivo... ¡No te rías, hyung!