¿Tú?

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El día había acabado tan feo y cansado para ambos. Por un lado Jimin se la pasó en la enfermería, realmente estaba harto. Todo eso le pasaba cada que veía  Jeon, era como si realmente algo se hubiera borrado de su cabeza, porque recordaba ver esa sonrisa de conejito cada que se iba a desmayar por dolores de cabeza. En el caso de Jungkook eran casi similares, una tortura estar al lado del rubio que le entrego varias de sus primeras veces y el dolor era tanto que hasta pensó en huir, pero una parte de él le decía que siguiera, que las cosas pueden cambiar. Y como le dijo Hoseok, merecía ser feliz, pero el miedo latente de que algo les sucediera era muy grande, que tal vez la idea con se Hyung podría salir contraproducente, su cabeza era un total lío.

Ambos se acostaron en la cama mirando sus respectivos techos y se durmieron pensando en el contrario, esperando que el día de mañana sea uno mejor, Jeon pensando en que bajaría un poco sus muros con Jimin y Park investigando más sobre su pasado.

Al día siguiente

Era impresionante para Jimin estar despierto mucho antes de que sonara su alarma, pero se quedó acostado mirando el techo pensando en todo y nada a la vez, pero sobre todo en su cabeza rondaba una persona Jeon Jungkook, le causaba tanta confusión y conflicto más al saber que tenían que hacer una canción juntos...eso poco a poco lo estresaba.

Mientras seguía perdido en sus pensamientos escuchó un ruido o mejor dicho un grito que al parecer provenía del comedor, por pura curiosidad salió de la cama para salir de su cuarto sin hacer ningún ruido y dirigirse al comedor. Cuando estaba a punto de doblar el pasillo y ver que pasaba escuchó que su padre fue quien gritó y no precisamente a alguien por teléfono si no a su madre, al querer salir y defender a su madre tuvo que parar al escuchar lo que decía.

— ¿Sabías que ese niñito estaba en esa escuela, verdad? Por eso insistimos mucho en que metiéramos a Jimin en esa escuela. ¿QUÉ QUIERES QUE RECUERDE TODO? —- preguntó Min-Ho a la pequeña mujer que se encontraba sentada en una de las sillas del comedor sin quitarle la vista a su esposo o lo que fue su esposo en años anteriores.

— Sí, sí lo sabía. ¿ALGÚN PROBLEMA? Quiero que mi hijo sea FELIZ, no me importara el sexo, pero eres un asqueroso HOMOFOBICO que lo único que hace es hacer INFELIZ a la única persona que te ha amado desde que nació que te ha dado alegrías y lo único que logras es alejarlo más de ti...— respondió con enojo Nari, realmente estaba tan harta de ver como su hijo no recordaba a la persona que lo hizo feliz, pero sobre todo esa persona fue el escalón para que su hijo tuviera la fortaleza de salir de la enfermedad, de seguir luchando por su vida.

Jimin escuchaba todo sin dar crédito a lo que estaba oyendo, entonces en esas lagunas mentales que tenía existía alguien en su vida, alguien que parece fue tan importante para él, la impotencia de no recordarlo le formó un nudo en la garganta. Cómo podía ser posible, que un padre se interpusiera de tal forma en su vida, como quitarle una parte de su felicidad, quitarle a una persona de su vida que lo hizo feliz, pero sobre todo que le dio la fortaleza para seguir en el tratamiento y que hoy está vivo por esa persona.

No quiso seguir escuchando más la discusión, sentía que le haría más mal que bien saber más de ese pasado que no recordaba. Con todo cuidado regresó a su cuarto sin saber qué pensar, realmente se sentía tan traicionado por según él la persona que siempre lo iba a proteger y siempre vería por su felicidad pero al parecer se equivocó completamente.

En modo automático se vistió, hoy simplemente no tenía ganas de verse bien. Por lo que opto por unos jeans negros junto con una hoddie grande negra tambien, así se sentía que todo se oscureció para él. Salió del cuarto para ir a la salida paso por el comedor y vio que ninguno de sus padres ya se encontraban en ese lugar, dio gracias por que no quería enfrentarlos o que le preguntaran el porque estaba vestido así.