Volvía de la facultad y no podía parar de estornudar, creo que esto de volver caminando con menos 3 grados no estaba tan bueno.
Hace ya 2 semanas que hice la sesión con Julián, semanas donde pasaba bastante tiempo conmigo, pero cuando aparecía Emilia en la casa casi que no me dirigía la palabra, lo entendía, después de las incontables quejas que recibió que parte de su ahora novia por lo unidos que eramos, además estaba siempre conmigo, quería disfrutar tiempo con ella, sin embargo seguía doliendo.
Por suerte ahora la chica volvió a España y se quedará un mes en su país así que por fin yo tendría un mes tranquilo.
Entré a la casa y me encuentré con Julián sentado en el sillón usando el celular, tranquilo.
-Valen te estaba esperando para merend-no termino de decir eso cuando levantó la vista y me vió-estás re palida, te sentís bien? comiste? -se acercó a mí
-si Juli tranqui, almorcé una ensalada, solo estoy un poco enferma-dije y segundo estornudé haciendo que se preocupe más.
-por qué no me avisaste y te iba a buscar, boluda-pusó su mano en mi frente-dios, Valentina estás hirviendo de fiebre, vení-
Agarro mi mano y subimos juntos las escaleras, no me había dado cuenta hasta ahí lo debil que estaba, o capaz al estar en la calle decidí ignorarlo.
-pegate una ducha para bajar la fiebre mientras yo te preparo un té, cualquier cosa me avisas-dijo y salió de la habitación, sonreí al ver cuanto se preocupaba siendo a yo solo estaba un poco enferma, de verdad lo valoraba.
Me metí a la ducha y sentí todos mi musculos relajarse, fue rapida, no quería estar mucho tiempo, al salir me puse un pijama de polar, ya a estaba que me moría del frío, y me acosté en la cama. Al rato sentí a Julián me tocó la puerta y lo vi entrar con una taza de té y unas tostadas.
-como estás? te sentís mejor? te traje una pastilla para que te baje la fiebre y algo para comer-sonreí al ver lo rapido que hablaba.
-no es para tanto, Ju, gracias-él se relajó y me sonrió.
-decime una cosa, vos de verdad almorzaste o me dijiste que si para que no me preocupe? -se puso serio al ver que me quede callada
-emm, osea...-empecé a jugar con mis manos, claramente estaba mintiendo.
-Valen, tenés que comer, te puede hacer mal, me muero si pasa algo malo-me sentí un poco culpable, era culpa mia, por salir desabrigada y no haber comido nada, por exigirme tanto en la facultad.
-perdoname, me sentía mal desde la noche de ayer y no tenía apetito-agarre el té que me trajo y tomé un sorbo-mm té de canela, como te acordabas que era mi favorito?-
-me ofende que me lo preguntes, me volviste loco aquellas vacaciones en Brasil cuando no conseguimos té de canela-Julián recordó y yo me empecé a reir
Tenía razón, una vez con mis papás nos fuimos de vacaciones a Brasil y decidí invitarlo a Julián, el hotel donde nos hospedabamos no tenía te de canela y lo hice recorrer casi toda la ciudad en busca de una caja.
Seguí tomando el té y comiendo las tostadas mientras charlaba con Julián, cuando terminé nos quedamos un rato más hablando hasta que cuando me vió bostezar me saludó y hizo el amague a irsr, pero yo lo paré.
-te podés quedar un ratito más porfa?-sonrió y se recosto al lado mio-gracias por todo Ju, en serio-
En ese momento él negó con la cabeza restandole importancia, pero después volvió su vista a mis ojos y nos quedamos mirandonos fijo por unos segundo, inconscientemente baje mi vista a sus labios, él hizo lo mismo, estaba demasiado cerca, tenía ganas de besarlo.
¿que?
Me separe de él con la excusa de que quería ir al baño, me miré al espejo y mojé mi cara ¿que estaba haciendo? ¿en que estaba pensando? Julián era mi mejor amigo, nada más.
-dios mio-pasé mis manos por mi cara intentado sacar todo tipo de pensamiento intrusivo de mi mente.
Después de un rato salí del baño, luego de haber pensado y decidido culpar a la fiebre por eso, ¿a quién no le a pasado de flashear cualquiera cuando tiene fiebre? a todos, espero...
Al volver a acostarme a la cama me encontré con Julián dormido cosa que me hizo sonreír, se veía demasiado tierno.
Es solo la fiebre, lo juro.
Cuando me acosté en la cama su olor a perfume me inundó, algo característico de él es que no importa en que momento del día lo encuentres, siempre va a tener un olor a perfume impresionante, cosa, que para ser sincera, me encantaba de los hombres.
Me di vuelta dandole la espalda dispuesta a dormor cuando sentí su brazo rodeando mi cintura de manera de abrazo, en ese momento sentí como si todo el mal estar que había sentido hace un rato se hubiera ido, en sus brazos me sentía bien, me sentía en protegida, me sentía en casa.
Pero eso no duró tanto, porque si yo soy experta en algo es en sobrepensar todo y es que ¿como no iba a sobrepensar esto? Julián era mi amigo nomás, además de que no era la primera vez que me cuidaba estando enferma, no era la primera vez que me abrazaba, no era la primera vez que dormiamos la siesta juntos, no era la primera vez de nada, no había nada raro, no es cierto?
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