– ¡¿Que haces hijo de puta?! ¡HIJO DE PUTA! La concha de tu madre – Le gritaba el Oso al hombre de gran altura, Profeta. Estaba enfadado, el profeta llenó el restaurante de Spreen de cucarachas, lo que enfureció mucho al Argentino – ¡AMÉN MIS HUEVOS! – se revelaba ante el cristiano.
Mientras el argentino peleaba con el Profeta, los otros que acompañaban a esa situación, estaban sorprendidos por aquella revelación de Spreen. El profeta parecía estar enfadado de verdad, pero peor lo estaba el Oso, quien se esforzó por hacer su restaurante y el Profeta apareció a cagarle el trabajo.
– ¡TU RELIGION NO EXISTE! ES UNA MENTIRA – Gritaba el Oso en el suelo dañado por un rayo que el profeta tiró sobre él.
Nunca serían capaces de imaginarse tal actitud del Oso, daba miedo, era el más valiente de todos, él tuvo los huevos para enfrentar al Profeta de esa manera, gritándole e insultandolo. Sin duda Spreen parecía representar al pueblo de la mejor manera.
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– ¿Qué onda mi casita?¿Cómo andás?... – Carre hablaba a la lápida del Oso, con una flores color celeste en sus manos, un color de tranquilidad... Dolía, aunque no quería admitirlo... si lo admitió, demostrando lágrimas ante aquella situación tan dolorosa para todos. – Che Spreen, voy a parecer tremendo esquizofrénico, pero ¿Cómo vas?¿Te sentís bien? ¿Necesitas algo? – Trataba de sonar como si ya estaba mejor, pero no, se le formaba un nudo en la garganta que casi ni podía hablar. – Acá se te extraña Bro...-
Carreraa soltó un suspiro, como si estuviera cansado, lo estaba, pero no tanto. Extrañaba a su amigo, siempre estuvieron juntos y ahora que el no estaba, solo tenía que estar con su pareja, entristecidos por la perdida de Spreen.
– La puta madre – Rió – Me hiciste llorar pelotudo – Lagrimas se formaban al mismo tiempo que reía, era demasiado doloroso para él tener que despedirse tan de repente de su mejor amigo.
– ¿Carre? – La voz de una chica se pudo reconocer a lo lejos. El chico se dio media vuelta y vio a Ari, que se veía triste, arrepentida. Carre vio con furia a Ari, ella era pareja de el asesino de Spreen.
– ¿Que mierda querés? – Preguntó Carre furioso. Se notaba en sus ojos, no quería ver a esa muchacha, aunque esta fuese buena. – Estoy ocupado ahora.
– Carre... No pienses que por que soy la pareja de J– Fue interrumpida por Carre, quien gritó furioso "¡NO ME HABLES DE ESE HIJO DE PUTA!", Sin duda, lo odiaba más que nadie.
– Perdón Carre... pero yo no soy mala, enserio, no porque sea su pareja quiere decir que sea igual que el... – Se entristeció, Ari es una buena persona, tuvo varios conflictos con Spreen algunas veces, pero todo se resolvía al instante.
– Perdón Ari... Me re enoja que por una boludez lo haya matado. Se re notaba que era joda, porque ¿Para qué mierda querría ese cetro? No le servia para una chota. – Dijo. Era verdad, solo el heredero o el dueño son capaces de tomar el poder del cetro, a Spreen no le servía para mucho, ya que el podía hacer nada con eso.
– Me siento muy mal, de verdad. Me duele verlos a todos así... – Decía acercándose a Carre, mientras que éste se limpiaba las lágrimas de la cara. Ari acarició su espalda, dando señales de confianza. – Trataré de hablar con el. - confirmó para dar un alivio al chico triste.
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《-Extrañamente idiota.-》- Spreen Tortillaland
RandomEl exitoso empresario de Tortillaland, Iván Buhajeruk Spreen, tuvo un conflicto con el hijo del profeta, Juan Guarnizo. Aquel Oso robó el cetro que el hechicero tenía resguardado en su santuario. ¿Lo hizo de broma? Tal vez. Pero el hechicero no se l...