>Five<

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- ¡Pipsi tu!

- Pipsi tú..

- ¡Pipsi yo!

- Pipsi yo..

Ari planeaba un ritual con Spreen, para que él pueda ganarse a su mascota a como de lugar, pero a Spreen, le parecía incómodo decir cada palabra que Ari decía.

- ¡Pipsi te cuida!

- Pipsi te cuida¿?

- ¡Pipsi te ama!

- Pipsi... te ama

Cada vez aquellas palabras clonadas se hacían aún más incómodas de decir, Spreen no quería que sus compañeros que lo estaban espiando a través de la ventana le hicieran burlas por las cosas que debía decir

- ¡Wof! ¡Wof!

- ¡WOF! ¡WOF!

- ¡Miau! ¡Miau!

Eso fue lo que hizo que Spreen se pusiera como un tomate, no quería decir esa palabra, se negaba. Era lo más vergonzoso que podía decir, jamás sería capaz de decirlos, y con sus amigos del otro lado del vidrio era peor.

El Oso se quedó callado, no lo iba a decir ni aún que se drogara. A lo que Ari insistía a que lo dijera, haciendo muecas tiernas junto con los maullidos. Spreen solo quería su Dobutsu, pero la obligación de decir aquellas frases lo ponía en aprietos.

- Vamos señor Spreen. Ya me estafó con uno de los Dobutsu haciendo que alguien más hiciese el ritual. No volverá a pasar, si quiere este Dobutsu, tendrá usted que hacer el ritual. - Dijo Ari insistiendole al Oso. Ari ya había hecho este ritual con Spreen antes, pero no salió muy bien, ya que alguien se había disfrazado de él.

Spreen no tenía otra alternativa, tampoco quería hacer sentir mal a una compañera del pueblo. Respiró profundo, cerró los ojos y....

- Miau... Miau...

~▪︎~

- Todavía recuerdo cuando Spreen dijo Miau... jaja- Ari hablaba con Auron. Este estaba reconstruyendo algo de la torre que alguien había destruido.

- Y la verdad, como he flipao con eso, hasta lo grabaron y todo. - Auron trataba de subir la gracia de aquella conversación.

- A Spreen le causo mucha furia y vergüenza que no salió de su casa por una semana - Reía Ari. - Oye Auron...- Apenada se acercó al chico español - Estaba pensando en hablar con Juan... no creo que esté tomando las decisiones correctas... - La pequeña Ari miraba hacia los portales del pueblo central.

- La verdad, no estaría mal que entre pareja hablasen. De todos modos, eres su prometida y tal vez encuentren una manera de reforzar la relación. - Dijo el Español. No sé veía muy interesado en el tema, estaba más ocupado en arreglar la torre, que en hablar con Ari.

- Lo que quiero decir. Es que, quisiera que Juan dejase su dignidad a un lado y al menos disculparse con el pueblo por aquello sucedido con Spreen. - Dijo Ari. Auron no había entendido de que hablaba, y lo repitió para que se entendiese mejor.

- Ari. Ese ya no es problema mío. Que se arreglen ustedes, Tu, Juan y su hermano Drako. - Auron había terminado de arreglar aquello roto y se dirigio a los portales.

Drako... Ari pensó, podría hablar con Drako para ir al santuario de Juan y hablar con el, igual ellos 2 serían familiares muy cercanos a Juan. Drako no estaba muy pegado al profeta, ya que Drako renunció al puesto, y Ari, era la prometida. Ari no estaba convencida del todo, no sabía si Drako le diría que sí o que no, pero no costaba nada intentarlo.

. . .

Juan estaba en la iglesia, hablando con el profeta como de costumbre, no se preocupaba tanto por sus amigos, estaba más concentrado en el Profeta y sus muchos versículos de la Biblia explicados.

Una sensación muy rara se hizo presente en el a mitad de charla del Profeta. - ¿Estás bien Juan? - Le preguntó el hombre de gran altura a Juan. - Alguien está en el saltuario - contestó el hechicero, para luego, con su vara, respetuosamente se levantó de su asiento para teletransportarse a su santuario. Al llegar a aquel lugar, no se esperó la visita de 2 de sus familiares, su prometida y su hermano.

- ¿Qué hacen aquí chicos? - Preguntó Juan algo nervioso por la llegada de estos 2. Su sonrisa desapareció al ver a esos 2 chicos totalmente serios.

- Amor, tenemos que hablar contigo - Ari dio las palabras para que la incomodidad en el lugar comenzara.

- ¿De qué hay que hablar? - Juan preguntó algo desconfiado - ¿Qué pasó?

- Juan... hermanito ¿No creés que te pasaste un poco con... - La palabra se hizo más larga al ponerse el ambiente más tenso. Fue un momento incómodo - Con Spreen?

Juan rió por lo bajo - ¿Por qué la pregunta? - Miró a los 2 chicos. Se sentía indignado y a la vez incómodo. No sé imaginaba a estos 2 hablándole de ese tema.

- Lo mataste...- Ari bajó el tono amable de siempre y se puso más seria. Se notaba que Ari quería arreglar los problemas, quería hacer entender a Juan el error que había cometido.

- Tuve mis razones, ese Argentino chupa pija se hacía el gracioso... pero como dicen "El que ríe último, ríe mejor" - Dijo riéndose.

- Juan, no se trata de eso. Hablando podrías haber arreglado ese conflicto. - Drako trataba de hacer razonar a Juan.

- ¡USTEDES NO ESTUVIERON EN EL LUGAR DE LOS HECHOS! - Gritó soltando toda la furia que tenía - Yo sí estuve ahí...y pude presenciar cada palabra que Spreen decía...

Ese grito, asustó a los 2 presentes en ese lugar. - Juan... Solo queremos que entiendas que no se trata del Profeta... se trata del riesgo que sufren muchos por culpa tuya... - Ari se acercó a Juan bastante seria. A lo que el hechicero la empujó sin culpa.

- Vayanse de mi santuario...- Dijo el hechicero en voz baja, pero los 2 chicos de ahí, no lo escucharon - ¡QUE SE LARGUEN DE MI SANTUARIO, CARAJO! - Gritó.

Los 2 chicos, totalmente aterrados por la actitud del Hechicero, bajaron por las escaleras del santuario, sin decir adiós ni nada.




《-Extrañamente idiota.-》- Spreen TortillalandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora