XI. Luna

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11.Capítulo

SOFÍA

No puede ser. Hay una... una... Hay una niña pequeña.

— Luna, que te he dicho de abrirle la puerta a extraños?— Interrumpe María amablemente.

— Lo siento Mami.

¿Como que mami? ¿María es Madre? ¿Dónde está Javi?

— Ve arriba con tu padre, Luna. Yo me encargo de la visita.

¿Padre? No no no... Ahora mismo espero que Javi no esté arriba. Cómo Javi sea el padre... lo mato.

— Holaa que pasa?

María y yo intercambiamos miradas de odio y se sorprende al vernos.

— ¿Que hacéis aquí?

— Hola María. Sofi y yo hemos venido a haceros una visita.

¿Hugo no se ha sorprendido al ver a la niña? ¿Cómo que haceros? ¿Ya lo sabía?

— No queremos visita ahora. Cómo podéis observar estamos muy ocupados arriba.

— Si, super ocupados con mi novio, no?

— ¿Cómo que novio? Que yo sepa Javi es mi pareja y hasta tenemos una cría.

Mi*rda, voy a matar a Javi. Hugo tenía toda la razón.

— Que hijo de p*ta. Nos ha engañado a las dos.

— Oh no cariño, no te equivoques. A mi no me ha engañado, sólo te ha engañado a ti.

— ¿Cómo?

— Nada nada. ¿Para que supone que habéis venido?

— Para nada, ya nos vamos, verdad Hugo?

— Em... Si claro.

— Una pequeña pregunta María.

— ¿Que? Pesada

— ¿Como tienes una hija?

— Pues teniéndola, algún problema?

— No, me refiero que tienes 15 años y tu hija tiene 4. La tuviste con 11?

— No

— ¿Entonces?

— No la tuve con 11 y mi hija no tiene 4 años, tiene 5.

— Pero si estás en 3 de eso.

— Eso es lo único correcto que has dicho en las últimas 5 frases. Puedo ir a ya de este interrogatorio?

— Más gente lo sabe?

— ¿Saber el que?

— Pues lo de Luna.

— No mucha más, pero no por que no quiera. Es por que es nuestra privacidad y a la gente no le importa nuestra vida.

— ¿Va al colegio?

— No, estudia en casa.

— ¿No socializa con más niños?

— No. Sólo su primo.

— ¡Mami! — Nos interrumpe la niña corriendo.

— Que Lunita.

— Papi dice que subas ya, que la cama se enfría.

Es verdad, que mi novio está arriba. Sin pensarlo dos veces paso por la puerta y subo las escaleras corriendo.

— ¡Eh! Baja ahora mismo p*ta.

— ¿Cómo la acabas de llamar?

— La he llamado p*ta. ¿Algún problema con eso Hugo?

— Cómo vuelvas a decirle algo así a Sofi...

— ¿Que? ¿Me vas a pegar? ¿A una mujer? Te puedo denunciar.

— Me da igual, denúnciame. Pero a Sofi no le vuelves a llamar eso, al menos delante mía ni se te ocurra.

— Vale principito, ve y rescata a tu princesa. Me parece que está en las garras de la bruja. JAJAJA

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Sigo subiendo las escaleras. Escucho voces abajo pero no me preocupo, Hugo estará bien jajaja. Una vez que llego a arriba me encuentro con 3 habitaciones.

Me dispongo a abrir la primera, pero no hay nada. Luego la segunda y tampoco hay nada. Sólo un dormitorio con una cama y un escritorio. Supongo que ese será el dormitorio de la peque. Sólo me queda un dormitorio por abrir. Me preparo para enfrentar a Javi, ya que sé que está ahí. Uno... Dos... Tres... Y abro.

— Hijo de p*ta.

— ¿Sof? Eh... ¿Que haces aquí?

— ¿Que haces tú aquí?

— Yo... Sólo estoy limpiando la cama.

— Si claro, voy yo y me lo creo. ¿Crees que no se toda la historia?

— Sofi, te juro que lo siento pe... — Le doy una fuerte bofetada a Javi y salgo corriendo de la habitación.

— Hugo, vámonos.

— Claro Sofi.  Adiós bruja.

— ¿Por que te ha llamado bruja mami?

Justo en ese momento le cerramos la puerta en la cara a María. Pobre niña, tiene que crecer con ese monstruo en casa.

Con eso nos montamos en el coche y partimos de nuevo a casa de Hugo.

La historia de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora