LIII LUIS FELIPE.

580 28 3
                                    

LIII


El amor es ciego y la esperanza oscura.







Lauren no emitió ni un movimiento más después de haber pronunciado aquel nombre que tantas cosas removía en su interior. 

Los nervios, al igual que la furia, se apoderaron de ella haciéndola temblar, el corazón latía agitado y podía sentir el pulso fuerte en su sien. 

La sensación rara que tuvo durante toda la mañana, no se comparaba en nada a lo que estaba sufriendo actualmente.

-Después de todos estos años ¿ni un saludo si quiera?-preguntó abriendo los brazos con cinismo. El dolor parpadeo en el pecho de Lauren trayendo con rencor al pasado, teniendo aquellas mismas sensaciones como si las estuviera viviendo nuevamente.

-Señorita Jauregui…-pronunció Ariana queriendo llamar su atención. 

La situación le resultaba muy incómoda, además su jefa no le quitaba la mirada a aquel desconocido, sus ojos no reflejaban más que odio, y aunque ella había sido testigo de muchas miradas frías por su parte, jamás había visto esa mirada. No quería estar ni un segundo más ahí dentro.

-Tranquila-dijo el hombre dirigiéndose hacia ella- la señorita Jauregui y yo tenemos muchas cosas de que hablar, puedes retirarte- Ariana no esperaba obedecer a aquel sujeto en lo más mínimo, pero cuando espero alguna objeción por parte de Lauren, ésta nunca llegó. Seguía congelada en su asiento sin apartar la mirada del tal Luis como había pronunciado.

-Sólo llame si necesita algo-dijo tomando su silencio como permiso para retirarse-lo que sea-remarcó. Le lanzó una última mirada a ambos por si algo sucedía y después se marchó tan rápido como sus pies disimuladamente se lo permitían.

-¿Cómo te atreves?-preguntó Lauren levantándose. Sintió sus brazos débiles cuando los apoyó sobre su escritorio- ¿Quién te crees que eres para venir a ordenar a mi personal?-la rabia comenzaba a fluir y ella permitió que la consumiera- ¡vete de aquí Luis! ¡Vete antes de que te haga echar como el perro bastardo que eres!.

-Si fuera tú cambiaría ese tono conmigo-advirtió poniéndose serio.

-¡No vengas a darme órdenes!-gritó- ¡nada tienes que hacer aquí! ¡Salté de mi oficina ahora mismo!.

-¿Tu oficina?-preguntó riendo. Avanzó unos pasos hacia ella y Lauren se quedó donde estaba, retroceder sería dar muestra de miedo y eso era lo último que quería hacer- he estado haciendo una que otra averiguación Laur, y todo sigue como antes-sonriendo- cada rincón de éste lugar está a mi nombre, no puedo creer que sigas siendo la misma inepta de siempre ¿es que no te he enseñado nada?.

-Tú no pusiste un centavo por esto-contesto- que esté tu horrible nombre en los papeles no significa que todo esto te pertenece.

-Legalmente hablando si-dijo- veo que sigues siendo la misma niña torpe-negando- puede ser que hayas tenido todos los medios, pero no tenias la inteligencia suficiente para triunfar, siempre confiaste tan ciegamente en mi. ¿Sabes? Me sorprendí mucho cuando me enteré que no cambiaste los papeles, me preguntó qué significaba eso ¿Estabas esperándome, Laur? ¿O es que nunca pudiste olvidarte de mi?.

-¿Por qué regresaste Luis?-preguntó con la respiración agitada. Estaba removiendo viejas cicatrices que volvían a abrirse-¿quieres quitármelo todo?.

-Vine para que me hagas un pequeño préstamo, Laur. Siento decepcionarte si pensaste que regresaba por ti-contestó sonriendo- bueno, en realidad no es tan pequeño, pero para ti si lo será. Verás que ni cuenta te darás.

Enemigas Y Algo Más - Camren AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora