LVIII LO INESPERADO.

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LVIII


El futuro pone cara de perro si se le da la gana.





-¿Mal lugar?- preguntó Camila cuando observó que Lauren no paraba de mirar en todas direcciones.

-No, es perfecto-contestó. Ambas fueron guiadas hasta la mesa apartada que Camila ya había reservado con tiempo.

-¿Segura?-preguntó dudosa- porque si es así, podemos…

-No, Camila -la interrumpió- ¿Por qué no debería de gustarme? 

-Porque quizás hay muchas personas aquí-contestó- No he pensado mucho en eso. Antes no te gustaba…

-Shhh-dijo poniendo un dedo sobre sus labios- tú lo has dicho, eso era antes, ahora déjame disfrutar de una buena cena con una compañía maravillosa ¿sí?-pronunció sonriendo. 

Camila suspiró aliviada y decidió convencerse de que aquello era cierto. Lauren últimamente estaba mostrando una faceta completamente nueva y ella mejor que nadie sabía que estaba encantándole.

-Me parece perfecto-dijo antes de sentarse. 

Luego de haber tenido una conversación banal y de haber ordenado, ambas se quedaron mirándose mutuamente. Camila sabía que Lauren ya no estaba a la defensiva como antes. 

No demostraba algún disgusto de algo que no le parecía a su altura ni tampoco estaba comportándose de una manera desagradable ¿Qué era lo que había sucedido? No lo sabía, pero esperaba que aquello durara.

-¿Cómo está tu papá?-preguntó tomando discretamente su mano sobre la mesa.

-El dice estar bien-comentó con la mirada perdida- mamá está cuidándolo muy bien.

-¿Pero?.

-Yo no lo veo así-dijo observándola- Alejandro siempre ha sido así, jamás está demostrando realmente cómo se siente y sé que lo hace para no preocuparnos. Pero así solamente está perjudicando a él mismo, me gustaría que me dijera la verdad, aunque sea una vez, pero es demasiado testarudo.

-Tengo una idea a quien saliste, entonces-comentó sonriendo. Camila respondió por un momento- ¿Y qué hay con la idea de tener algún enfermero cuidando de él?.

-Ya lo he pensado-contestó- solamente me falta hablarlo con mamá, ella no puede con esto, se que está muy preocupada y no la culpo.

-No puedo imaginar cómo te debes sentir- pronunció acariciando su mano- pero tu padre tiene mucha fuerza de voluntad, lo lograra. Sabes que estoy para cualquier cosa que necesites ¿cierto?.

-Lo sé, cariño-respondió colocando su otra mano sobre la suya- solo esperemos que las cosas salgan bien a partir de ahora-pidió.

Luego de eso la camarera apareció con la comida para las dos y la conversación tomó otro rumbo. Aunque Camila se mostraba alegre y relajada, no podía evitar tener un mal presentimiento. 

Esperaba que solo sea eso y nada más, no sabía de qué manera enfrentar que alguna cosa se fuera de su lugar justamente ahora que varias piezas habían caído donde tenían que caer.

Lauren sonrió y negó con la cabeza al ver la manera de comer de la morena, tenía tan pocos modales como un niño pequeño.

-¿Qué sucede?-pregunto confundida.

-Tu rostro-dijo negando- Camila, deberías comer más despacio. Espera-dijo agarrando una servilleta para limpiarla.

-Es que no he podido almorzar como corresponde hoy-se justificó- he tenido varias reuniones y luego tuve que ir volando a la empresa de mi padre para asistir a otras 

Enemigas Y Algo Más - Camren AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora