Detrás de escena [Rinsagi +18]

2: I.9.9_R

ISAGI

Maldito Rin.

Se supone que en la primera escena, el chico —mi personaje — le derrama leche de fresa al personaje de Rin cuando se cruzan en la biblioteca. También se supone que esto debería ser fácil pero no está siendo nada fácil, menos cuando se supone que tengo que mirarlo con asombro y lo único que me sale es una mirada de odio.

— ¿Qué pasa? ¿No eras un profesional, Isagi?

Ruedo los ojos, comenzando a molestarme de sobremanera por la forma en la que Rin parece divertirse.

— Cállate. ¿Podemos ponerle una bolsa en la cara? — Me dirijo al productor, que se ríe y niega con la cabeza, luego me indica que me prepare porque volveremos a grabar la escena. Claro, él se ríe porque piensa que nuestra rivalidad es un juego y no algo real como decir que me gusta dormir.

— Te estás quedando corto, moun amour.

Me guiña el ojo y regresa a su posición inicial, con esta, ya es la tercera vez en el día que me deja con la palabra en la boca. No es necesario verme al espejo para saber que tengo el ceño fruncido y cara de mala leche que no me aguanto ni yo.

— Isagi, relájate. — Mi manager y mejor amigo se pone a mi lado, me palmea los hombros y le quita el maquillaje a la asistente para maquillarme él.

— ¿Por qué aceptarías trabajar con Rin si sabes lo qué pasó? — Lo ataco —. En este momento te veo más como mi enemigo que como mi amigo, Bachira.

Bachira me escudriña con la mirada, me da toquecitos en la nariz con la esponja y, tras una inspección final a mis imperfecciones, asiente.

— Estás listo, ve que ya empiezan.

Me empuja de vuelta al set. Estamos grabando en una librería real que han vuelto un set de grabación, todo desastroso y regado por doquier, lo que se debería respirar en una librería es lo único que no se está respirando hoy.

Tranquilidad.

El auxiliar de cámara hace sonar la claqueta y todo el set se calla. Llevo mi cuarto vaso de leche de fresa en la mano, listo para ser derramado sobre Rin y es que eso se me da bien, finjo tropezar y entonces le dejo caer el contenido del vaso encima, lo que no se me da bien es la mirada que se supone debo poner al verle.

El extra está haciéndolo estupendo cuando se atraviesa en mi camino, me golpea y provoca que pierda el equilibrio, entonces aparece Rin, que su primer instinto es echarse hacia adelante para evitar mi torpe caída, es ahí cuando le tiro el vaso encima, agacho la cabeza y debería ponerme rojo, mirarlo con ojos de borrego a medio morir porque se cae de bueno, —dentro del personaje — y cruzamos miradas. Sus ojos esmeralda se ven más claros con el reflejo de luz que le da de lleno en la cara, su piel blanca contrasta a la perfección con su cabello negro azabache y el flequillo de lado le da el toque misterioso que se supone debe tener el protagonista. Tal vez por eso lo eligieron, el personaje y Rin se parecen bastante.