Bowser x Luigi ; ¿Por qué me haces sentir así?

seis

El de verde se movía inquieto, seguía a la grande tortuga por los pasillos de aquel reino, por lo poco que recordaba, se estaban dirigiendo a donde anteriormente Bowser se había probado el traje. Mientras detrás venía un kamek algo nervioso y con las manos hinchadas.

Rápidamente los de caparazón abrieron las puertas, dejándole la entrada libre a los tres. Kamek con su bastón pico a Luigi en la columna empujándolo un poco.

-Señor, es hora de practicar los votos-el pequeño carraspeo un poco-¿q-quiere hacer lo que hablamos la última ves...?-cuestiono nervioso por su respuesta. No le importaba probarse el vestido y ayudarlo a practicar, pero con la presencia del de verde era probable que se retractaría-

-Si, pero no serás tú, no tienes el porte ni la altura de ella, sería muy poco realista-dijo mientras abría aquellas grandes puertas del armario, tomando con sus garras el gancho donde su traje se encontraba-solo me ayudarás a saber si lo que digo suena bien, o si necesito darle algunos cambios-con el traje en mano, fue a la segunda puerta en la habitación, directo a colocárselo-

Kamek dejó caer su mandíbula, solo porque estaba pegada a su craneo no cayó, pero estaba sorprendido. Entonces, ¿el de verde...? No, no, no podía, apenas se conocían, lo odiaba. Probablemente llame a algún otro sirviente de este castillo que tenga un parecido superficial al físico de la princesa, pero no sabía de alguien más que lo tuviera. Trago duramente.

El koopa salió de aquella pequeña habitación con su traje arreglado, exceptuando el moño, con el cual tenía una batalla en estos momentos.

-¡Kamek el moño!-gritó frustrado, asustando un poco al de verde y llamando la atención del nombrado, el cual corrió a socorrerlo-

-Deme unos minutos, necesito traer un banco para...-iba a continuar, pero fue interrumpido por alguien-

-¡Y-Yo puedo...!-carraspeó recuperando la compostura. Llamo la atención de los dos, mirándolo fijamente. El de verde no sabía por qué, pero le había nacido el hablar; esperaba no causar más molestia en la tortuga-yo puedo ayudarlo, m-mi mamá me enseñó a amarrar los m-moños...-comenzó a jugar con sus manos, mientras su mirada se desviaba al suelo. Se comenzó a sentir avergonzado, tener esas miradas lo hicieron arrepentirse de haber abierto la boca-

Un suspiro por parte del koopa.

-Ok, pero hazlo rápido-soltando su corbata y con los otros dos sorprendidos, se acercó a Luigi, dejando caer sus brazos, esperando a que el fontanero hiciera su trabajo-vamos-animó-

Con un leve asentimiento, las manos atadas y pequeñas para el koopa fueron a aquella tela, cruzando las dos partes con algo de dificultad, aún así todo delicadamente.

-Si te ahorca dime y lo aflojare...-susurro un poco tembloroso-

Había dado fin a aquel moño. Para un toque final, Luigi lo sacudió con sus dedos, dando una diminuta sonrisa por aquel resultado.

-Gracias...-susurró el koopa, ganándose una mirada sorprendida del contrario, junto con la sonrisa anteriormente regalada-

-De nada-diciéndolo con el mismo volumen de voz que su contrario-

De un momento a otro, ambos se percataron de aquella cercanía, desviando sus miradas. Luigi tomó un paso hacia atrás, mientras la tortuga carraspeaba. Pero rápidamente estas fueron hasta el mago; ambos habían olvidado completamente su presencia, este los miraba boquiabierto, pero al ver cómo su rey se dirigía hacia él, tomó compostura.

-Trae el vestido y la corona-exigió. Kamek corrió a abrir aquel gran armario-

Los tres tenían grandes interrogantes en sus mentes.