Bowser x Luigi ; ¿Por qué me haces sentir así?

once

Un agudo golpe retumbaba por las reales paredes de aquel cuarto.

Se sentía más humillado que antes; había sido encerrado en una jaula.

Sus golpes continuaban en aquel piano, más de una ves había pensado en destrozarlo, pero era lo poco que podía seguirlo manteniendo cuerdo. Además de otro detalle que le agradaba, aún que no lo admitiría delante de él.

Las grandes puertas de mármol fueron abiertas, dejando ver al de verde con overol. Traía consigo un plato con comida.

El koopa sonrió con la mirada baja, para luego elevarla y dirigirla hasta el otro presente en aquella habitación.

-Ya te habías tardado, fontanero-dijo con gracia. Este último soltó una risa nerviosa-

-Fue un reto esquivar a mi hermano, no le agrada que venga a visitarte-lentamente fue acercándose hasta un pequeño banco que se encontraba allí, acercándolo cerca de la jaula, tomando asiento en este-ahora te traje carne. Nunca me dijiste cuál comida te gustaba, así que supuse que te gustaría la carne-volvió a reír. Otra ves la calidez-

-No me gusta algo en específico, así que está bien-tomo asiento en aquella pequeña silla del piano, mirando al fontanero. Aquella respuesta puso feliz al contrario-

-Lo corte en pequeños pedazos para que pudieran pasar por las rejas-quitándose su guante derecho, tomó un pedazo de la carne, acercándola hasta las rejas. Luigi pensaba que alimentarlo con sus dedos le molestaría al koopa, bueno en un principio fue así, pero tal parece que se acostumbró a aquello-

Bowser tomó con sus pequeñas manos aquel pedazo de carne, llevándolo hasta su hocico, masticando en pequeñas porciones.

-Nada mal, felicitaciones al chef-rio mientras volvía con sus mordiscos-

-Me alegra que te haya gustado, esta ves lo prepare yo-dijo mientras miraba el plato en su mano izquierda y tomaba otro pedazo de carne para serle entregado al otro. El koopa detuvo sus mordidas, volviendo a mirar a Luigi-

Un agudo suspiro fue hasta los oídos del plomero.

-¿Todavía recuerdas lo que estaba apunto de decirte antes de que todo ocurriera?-miraba su pedazo de carne, mientras el merecedor de aquella pregunta abrió un poco sus ojos en sorpresa-

Lo recordaba vagamente.

-Un poco-dijo por fin-

-Antes de todo, de que me convirtieran en esto. Yo quería...-debía tragarse su orgullo, este era el momento indicado. No habrían interrupciones; ahora sí que eran sólo él y el koopa-pedirte perdón-Luigi lo miro más detenidamente-por cómo te trate, por... ¡básicamente todo!-soltó su pedazo de carne, dejándola caer en el frío metal-te trate horrible y aún así sigues aquí. ¡Me alimentas y vienes a preguntarme cómo estoy!-su voz a pesar de sonar chillona para el fontanero, aún así notaba la furia creciente-

Bowser estaba enojado, pero no con Luigi, solo consigo mismo.

Dudaba un poco, pero al final el de verde soltó el pedazo de carne anteriormente tomado, y atravesó con su dedo índice aquellos barrotes, acariciando suavemente con la yema de su dedo la cabeza diminuta de la tortuga.

-Por lo que veo no escuchaste lo que te dije cuando estabas en el frasco-rio suavemente. Bowser solo mantenía su mirada fija en él-te perdonó...-había soltado la bomba-

Los ojos del rey se abrieron en sorpresa. ¿En serio podía existir alguien así de noble? Pero negó con la cabeza.

-¿Por qué...?-dijo el de caparazón-

-Porque, a pesar de todo eso, logre ver un lado que dudo alguien más haya visto-sus caricias no cesaban-logre ver ese lado sensible que tienes. No eres un monstruo como los demás piensan-eso había sido como una flecha de algodón siendo atravesada en su corazón-

Los ojos de Bowser comenzaron a cristalizarse. Este era un sentimiento nuevo. ¿Así era querer llorar? No le gustaba del todo, pero algo lo hacía pensar que estaba bien querer hacerlo.

Sin notarlo, una lágrima había caído, sobresaltando al fontanero, pero este con el dedo que anteriormente estaba en la pequeña cabeza, limpió aquella gota. Haciendo que el de diminuto tamaño lo mirase a los ojos. Luigi le sonrió; la tortuga hizo lo mismo.

Era un momento que por fin nadie interrumpió. Un momento que siguió. Por fin podían seguir así, sin molestias o guerras de por medio. Solo ellos dos.

Bowser pudo haber pensado en su momento que el de verde solo vendría a causar problemas, pero al final fue lo contrario.

Solo esperaba seguir sintiendo aquella calidez en el que era un frío corazón.