nueve

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Una grande mano abrió aquellas puertas, dándole el paso a su acompañante, dejando a la vista aquel grande piano con demasiados escalones para tan solo llegar.

Luigi se sorprendió un poco.

-Este lugar solo queda entre nosotros, ¿ok? De todos los que viven aquí; Kamek es el único que sabe-susurró el koopa, ganándose un asentimiento de cabeza-

El fontanero miraba todo el lugar fascinado, mientras seguía al koopa quien tomaba camino escaleras arriba.

La pequeña silla larga fue arrastrada hacia atrás, dándole paso al fontanero para tomar asiento. Lo cual hizo; siendo seguido por la tortuga.

El koopa elevó sus brazos, uniendo sus dedos en un estiramiento. A los ojos de Luigi, ese gesto había sido tierno.

Las garras de la gran bestia habían ido del lado izquierdo del piano, dejando salir tonadas graves al azar.

-Puedes tocar...-dijo el koopa, ganándose una rápida mirada del fontanero, mirada que después fue hacia aquella teclas-

Quería tocar, pero no sabía cómo.

Trago duro.

Los dedos de su brazo derecho fueron hasta las teclas agudas, dato que él no estaba enterado, pero terminando produciendo aquel sonido. Río nervioso.

-No sabes tocar, ¿verdad?-rio el de mayor estatura. Luigi negó con un movimiento de cabeza-

-Nunca he tocado un piano en mi vida-volvió a soltar aquella risita nerviosa-

-¿Q-Quieres que te ayude...?-una de sus garras volvió a tocar una tecla al azar. Sus ojos fueron de manera minuciosa al fontanero. Este último se sorprendió por aquella pregunta, dudando un poco, pero aceptando al final-

-Claro-correspondió la mirada de su contrario, regalándole una leve sonrisa, haciendo que el gran corazón del koopa palpitara como si de un tambor se tratase-

Bowser soltó un suspiro, dejando el piano para dirigir sus grandes manos a las del otro. Pero un detalle, había olvidado quitarle aquel amarre en sus manos.

Lentamente liberó sus manos. Había notado como aquellas habían quedado marcadas de tanto tener aquel roce de las cuerdas en su piel; suavemente pasó la yema de sus dedos por aquellas marcas, sobresaltando al fontanero.

Con la misma delicadeza, tomó sus muñecas, con ninguna intención de lastimarlas más. Dirigió sus manos hasta aquellas teclas.

-Estas en la parte de las notas agudas, mientras más bajes-dirigiendo su mano derecha hacia el otro extremo del piano-más agudo será-soltando suavemente sus manos-creó que esto es lo principal para alguien que apenas va comenzando-el fontanero rio un poco por aquel comentario, dejando al koopa con una leve sonrisa-las de mi lado-ahora las manos del grande fueron hasta su zona-son las graves-una de sus garras presionó la tecla, dejando salir aquel sonido correspondiente-

Luigi con aquel brillo de interés en sus ojos, elevó sus manos, dirigiendo sus dedos a aquellas notas, tocando dos al azar. Río con alegría.

-¡Lo hice!-gritó emocionado por aquel pequeño avance. Dejando un sentimiento de calor en el corazón del koopa-

Una de las grandes manos de la tortuga fue hasta donde su propio corazón se encontraba, sintiéndolo cada ves más... ¿extraño?

-¿Estas bien?-dijo el de verde algo asustado, no esperaba que de la nada tocara el área de su corazón. Se ganó un asentimiento de parte del otro-

-Si, solo fue un espasmo-rio nervioso, intentando justificar aquella reacción, alejando su palma de aquel lugar, volviéndola a colocar en las teclas del piano-Luigi...-el nombrado lo miro con mayor atención-¿por qué alguien no se enamoraría de mí?-susurro. El plomero abrió los ojos por la repentina pregunta. El propósito era hablar de aquel tema, pero con las pequeñas lecciones de piano lo había olvidado completamente-

-B-Bueno-se tomó tiempo para pensar en su respuesta-no te conozco del todo para saberlo bien, pero...-otro segundo de silencio-tus problemas de ira y el querer presionar a alguien para casarse no están bien, a las personas eso no les agrada-dijo por lo bajo, pero aquello fue escuchado por el koopa-

Abrió sus ojos en grande. Nunca nadie había juzgado o recriminado sus problemas de ira.

Río nervioso.

-¿Por qué piensas eso?-dijo en un intento de mantener la calma. Luigi no lo noto-

-He visto como maltratas a los demás, incluso a tú propia mano derecha...-dijo sin más, encendiendo poco a poco aquella vela dentro de Bowser-

-¿Insinúas que no hago bien mi trabajo como rey?-tal como su último ataque de ira en aquel lugar, tocaba teclas al azar en un intento de permanecer calmado. Mientras Luigi comenzó a notar aquello, comenzando a sentirse nervioso-

-¡N-No! Solo digo lo que pienso. Perdón, c-creo que ya me callaré-rio nervioso, alejando sus manos del piano-

Un puño recién formado fue a parar a las teclas, dejando salir un sonido agudo para nada gratificante para los oídos, sobresaltando al fontanero.

-Cálmate, solo calmado-susurraba el koopa para sí mismo, pero aquello también era escuchado por su contrario-

Como la última ves, volvió a colocar su mano en aquellos grandes brazos, regalándole caricias en un intento de apaciguar su ira creciente. Pero esta ves había sido con un poco más de confianza.

Bowser dejó salir un aire contenido, consiguiendo despejar un poco su furia.

-Tranquilo...-susurro Luigi-

La tortuga solo quería golpear el piano nuevamente. Otra ves estaba sintiendo aquel sentimiento cálido. ¿Qué significaba?
¿Realmente no se encontraba bien?

El de gran tamaño iba a decir una última cosa, hasta que un humo y su ruido correspondiente salieron de repente, dejando ver a un mago agitado. Ambos se separaron rápido, intentando verse como si nada hubiera ocurrido. Aún que si había sido notado por el mago, pero este era el momento menos indicado para cuestionar cosas.

-¡Señor lo necesito urgente en su trono! ¡Ya hay un plan!-dijo intentando mantener su postura-

Aquellas palabras sorprendieron a Luigi, suponía a qué se podrían referir. Bowser solo sonrió complacido.

Kamek con su magia teletransporto al fontanero a su anterior celda colgante en la lava, dejando sorprendidos a los demás ahí presentes, hasta a aquella estrella, quien pensaba que él había muerto.

Luigi solo abrió los ojos en grande, dirigiéndose hacía los barrotes, con su mirada en todos lados sin asimilar por completo lo que estaba pasando.

Bowser iba a recriminar por aquel repentino acto, pero tenía que ocuparse de otra cosa, y tener al de verde a su lado lo desconcentraría de su objetivo. Pero había algo, solo algo, que lo hacía dudar en sí continuar o dar pasos atrás.

Pero a este punto de la partida, ya no había oportunidades de reiniciar.

Bowser x Luigi ; ¿Por qué me haces sentir así?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora