siete

7.3K 860 213
                                    

El vestido había sido sacado de aquel armario, Kamek fue a pasos rápidos a donde Bowser se encontraba, levantando el vestido para dejarlo más a la vista de sus grandes ojos. El koopa sonrió.

-Verde, póntelo y que no se te olvide la corona-sus grandes manos tomaron la mordaza de Luigi, atrayéndolo hacia él. Mientras este último estaba en shock. ¿Cómo había dicho?-

-¡No! ¡E-Espera, no me lo pondré!-dijo mientras pataleaba y era arrastrado hacia la puerta donde anteriormente el koopa se había cambiado de ropa.

Sus intentos de escapar fueron interrumpidos al haber sido elevado, quedando a la altura de Bowser, quien lo miraba con poca paciencia.

-¿Quieres la solución fácil o difícil?-Luigi tembló-

-L-La fácil-el koopa sonrió con sorna-

-Entonces ponte el vestido-bajándolo suavemente, lo tomo de sus manos para llevarlo a aquel cuarto, abriéndole la puerta-Kamek, el vestido-el pequeño fue directo a entregarle aquella rosada tela junto con su accesorio; poniéndolo en las manos del fontanero. Delicadamente la grande tortuga desenredó aquellos amarres, dejando sus manos libres-para que puedas cambiarte con comodidad, cuando estés listo toca la puerta y la abrirán. Kamek, vigila-el nombrado asintió, tomando lugar junto al pomo-

Los minutos pasaron, el de verde estaba nervioso, bueno más que eso, era una sensación que lo hacía sentir incómodo y temeroso. No esperaba que el koopa le pidiera ponerse aquel vestido. Suspiro derrotado.

Ya había pasado un pequeño lapso de tiempo y aún no se había puesto ni si quiera la pequeña corona. Tenía que hacerlo, no había ninguna opción, además de que en este lugar no había alguna ventana por la cual tomar camino y huir.

Lentamente comenzó a quitarse la ropa mientras sentía sus manos temblar, aún no lo podía creer. Estaba condenado.

El vestido encajaba, unas cuentas tallas más pequeño, pero le quedaba. Suponía que ese era el punto.

Se colocó aquella corona que anteriormente le habían entregado, pero la puerta había sido tocada. El fontanero fue directo hacia ella, abriéndola un poco; asomándose.

-Olvidamos darle la peluca y los zapatos. Ten-Kamek le entregó rápidamente aquellos últimos accesorios, dejándolo con un sentimiento aún peor. Quería gritar-

Con ganas de terminar aquel sufrimiento, velozmente se colocó aquella peluca junto a su respectiva corona y zapatos.

Acabaría rápido, ¿verdad?

Inhalo aire, levantó uno de sus brazos, y con sus nudillos golpeó la madera. Ya estaba listo.

La puerta había sido abierta por el mago, quien lo dejó salir de aquel cuarto.

Luigi a pasos torpes fue hasta el koopa. Obviamente no sabía caminar en tacones, menos con aquel vestido el cual podía hacerlo tropezar en cualquier momento.

Pero Bowser se sentía extraño, aquel vestido resaltaba más aquella delgada figura, sus caderas encajaban perfecto, se veía... bien. En sus adentros se erizo. Pensaba que verlo vestido de la princesa lo haría sacarlo de su mente y enfocarse solamente en ella, pero no lo estaba haciendo.

"Sonríe", pensó el koopa, no alborotaría al mago o al fontanero, todo debía seguir normal, como antes. Le dedico una sonrisa nerviosa, tomando la mano del de verde, interrumpiendo sus tambaleos.

-Siéntate-comenzó a caminar junto a la par del otro, dirigiéndolo a una silla real, tenía un hermoso acabado en la parte superior. Luigi tomó asiento, dejándose caer mientras sus manos posaban en sus rodillas incomodo-

Kamek llegó rápido, tomando las manos del de verde, volviendo a amordazarlas. La incomodidad solo se intensificaba más por parte del fontanero.

Un ramo de plantas piraña había sido entregado a las manos de Bowser, este los tomó. Carraspeo. Inhalo y exhalo, dedicándole una sonrisa sincera. Debía pensar que era la princesa, solo quería olvidar todo lo que pensó sobre el fontanero, no debía ser así. ¡Su corazón pertenecía a ella!

-Oye, se que no hablamos mucho-rio levemente-pero... ¡ey!, te traje estas flores, solo para ti-acerco aquel ramo, pero aquellas pirañas comenzaron a lanzar mordidas, haciendo que el fontanero se hiciera para atrás asustado. La tortuga tiro aquel ramo al piso, pisándolas fuertemente; las levantó mientras reía con más nervios. Todo iba de mal en peor-P-Princesa, quería saber si...-trago duro, mientras acercaba nuevamente aquellas flores-¿te casarías conmigo?-el de verde se quedó mudo, pero el koopa esperaba una respuesta-

Aquella confesión había sido algo singular para el fontanero. Había sido adorable, no lo iba a negar, pero pensar que era una mala... ¿tortuga?, solo lo hacía sentirse raro.

No sabía qué decir, no creía que las cosas funcionaran así.

-Di algo-El koopa quería acabar con esto ya-

-Y-Yo...-

-Solo di que si-susurro. Pero el fontanero no creía que esta fuera la manera. Sentía como si aquello fuera solamente para él-

-No...-el koopa abrió los ojos en grande-

-¿Qué?-su voz cambio de tono, ahora sonaba impaciente-

-D-Dije que no. No soy la princesa, p-pero si quieres que sea ella en este momento, es un no-lo último lo dijo rápidamente, pero eso no quitaba que el koopa se saliera de sus cábeles. Esto era el colmo, no lo podía soportar más. El mago sabía lo que venía-

Tirando el ramo al suelo, tomó los dos extremos de aquella silla, atrayéndolo hacia él, mirándolo amenazante.

-¿¡Por qué no te casarías conmigo!?-el fontanero solo se hizo hacia atrás asustado, aquella cercanía le atemorizaba en serio-¡solo di que si para largarnos de aquí!-el de bigote cerró los ojos esperando un golpe o alguna mordida, lo que sea pero sería doloroso; para su sorpresa no vino nada. La tortuga soltó la silla bruscamente, tambaleando lo, haciéndole abrir los ojos nuevamente. Bowser estaba que echaba humo, sus manos iban a parar a su cara demostrando frustración. Luigi solo lo seguía con la mirada-

La tortuga pateo una pequeña mesa que se encontraba allí. Tenía ganas de destrozar todo. Estaba confundido, enojado y frustrado. No sabía por qué le causaba tanta furia todo esto, se supone que sería su momento especial. ¿Por qué no se sentía igual?

Con pasos fuertes abrió aquellas puertas, empujándolas con tanta fuerza que tiró al piso a los guardias que la custodiaban. Dejando solos a Kamek y a Luigi; el primero sorprendido y el otro sin saber qué sentir.

Bowser x Luigi ; ¿Por qué me haces sentir así?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora