Extra.

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Sobraba algo de espacio en la cama de aquel cuarto de hotel, pues Seung Min prefería dormir tan cerca de Hyun Jin como fuera posible, siendo la situación mucho mejor si además el pelinegro podía rodear su cuerpo con uno de sus brazos. Se sentían a salvo ahí. La temperatura de esa mañana era agradable, la comodidad era casi indescriptible para ambos y probablemente el cansancio posterior al concierto tenía algo que ver. Aun así, el pelinegro fue el primero en despertar y mover a su novio con delicadeza.

—Buenos días, Minie —le dijo con voz suave—. No seamos tan dormilones hoy y bajemos a desayunar. ¿Sí?

Era evidente que una parte de la emoción que les brindó la noche anterior seguía corriendo por sus cuerpos, extendiéndose desde sus cabezas hasta las puntas de los dedos de sus pies, pero no por ello estaban menos cansados. A cualquiera le parecería un tanto sorprendente que Hyun Jin no considerara la idea de volver a quedarse dormido y disfrutar otro rato envuelto en esa calidez.

—Hrmm... —Seung Min se movió ligeramente sin quitarse las sábanas de encima y a duras penas entreabrió los ojos antes de dar una respuesta con un tono de voz incluso más bajo que el del contrario—. ¿Tan temprano?

—Son las ocho con veinte minutos. En este lugar dejan de ofrecer el desayuno a las nueve.

No fue necesario decir ni una palabra más. Se levantaron y con cierta prisa cambiaron la ropa que habían usado para dormir con tal de verse un poco más presentables, aunque no le prestaron mucha atención a lo desordenado que tenían el cabello. ¡En esos momentos era más importante llenar sus estómagos!

Agarraron sus teléfonos celulares y los guardaron en alguno de los bolsillos que tenían sus prendas, entrelazaron sus dedos al salir de la habitación y en silencio caminaron juntos hacia las escaleras; usar el ascensor les parecía innecesario si el comedor se encontraba en el primer piso y ellos habían descansado en el segundo. Además, era probable que se tardaran más en llegar a su destino si esperaban a que el aparato se detuviera ahí y abriera sus puertas para ellos. No era tan veloz.

—¿Crees que todavía haya muchas personas ahí? —Cuestionó el más bajo de repente, pisando el último escalón.

—¿Acaso empiezas a preocuparte por no haberte peinado?

—N-no, en realidad no —rio.

—Seung Minie...

—¿Sí? —Dejó de caminar, imitándolo, y volteó a verlo fijamente.

—Sin importar qué, tú te ves precioso —aseguró antes de robarle un besito corto—. Todo. El. Tiempo —añadió, esperando que las pausas lo ayudaran a hacer el énfasis que quería—. Me siento como el hombre más afortunado de todos porque estás conmigo.

Levemente sonrojado, Seung Min se acercó más a Hyun Jin y buscó el inicio de un beso un poco más largo. Estaban tan felices simplemente por poder amarse. Si el hotel no hubiese tenido una hora límite para desayunar ahí, sin duda se habrían quedado frente a esas escaleras durante un rato largo.

—Te amo —susurró encima de sus labios.

—Yo también te amo, Seung Minie. Cuando te veo, mi corazón sólo desea escribir por mí... y todavía no sé cómo agradecértelo.

—Queriéndome siempre. ¿Qué opinas?

—Trato hecho —permitió que una risa simpática escapara de sus labios antes de unirlos una vez más con los de su novio.

Sin poder dejar de sonreír, las escaleras se fueron quedando atrás de ellos.

—Ay, en serio necesito café... —Logró pronunciar Seung Min en medio de un bostezo mientras se acercaba a una mesa vacía después de haber llegado hasta donde querían y darse cuenta de que afortunadamente aún tenían tiempo suficiente para desayunar con tranquilidad, pero sin abusar de la lentitud—. I feel like I became a zombie*... —Agregó en broma, cantando sólo esa línea de una canción que también le gustaba mucho, aunque no era de Healing Voices.

Hyun Jin estaba siguiéndolo mientras sonreía, ahora con ternura, por lo adorable que el castaño podía llegar a ser, pero se detuvo de manera súbita cuando reconoció a su mejor amigo y a J.One a través de una gran puerta corrediza de vidrio. Estaban conversando en el exterior, en lo que parecía una extensión del comedor para los huéspedes que quisieran disfrutar de un poco de aire fresco... ¡Y el pelinegro alcanzaba a notar desde su lugar el color rojo que se apoderaba de las mejillas del guitarrista!

A pesar de que escucharlos desde ahí era imposible y Hyun Jin no tenía experiencia alguna en leer los labios de otras personas, no se necesitaba ser un genio para descifrar sobre qué hablaban. Lee Know le estaba diciendo a Ji Sung que lo quería tal y como era, y él, con los ojos brillándole con esperanza, sujetó las manos del mayor tan pronto como éste las extendió hacia las suyas. Se sonrieron y no tardaron mucho en reducir la distancia entre sus cuerpos hasta que finalmente les fue posible compartir un par de besos dulces.

—¡¡Sí!! ¡¡Por fin!! —Hyun Jin no quería ser un entrometido, mas no pudo evitar gritarlo.

—¿Qué pasó? —Preguntó Seung Min alzando una ceja, bastante confundido ante la reacción de su pareja, que en ese instante sólo pudo parecerle extraña—. ¡Me asustaste!

El más alto deseaba exclamar que Lee Know ya tenía novio, pero se limitó a señalar sin la más mínima discreción hacia aquella puerta corrediza para que el castaño pudiera ver por su cuenta lo que estaba sucediendo afuera. Seung Min entendió todo al instante cuando se volteó lo necesario, soltó un grito ahogado y se llevó la mano derecha a cubrirse la boca, sintiéndose realmente feliz por el pelirrojo y por Ji Sung, quienes no dejaban de mirarse como si fueran –para el otro– lo más magnífico en todo el universo.

Min Ho le dijo algo más, unas palabras que hicieron a Ji Sung sonreír ampliamente y ponerse más rojo de lo que ya estaba.

Después se dieron un abrazo corto, pero fuerte y sincero. Se apartaron, inmediatamente volvieron a unir sus manos y se besaron en los labios unas cuantas veces más, siendo cada beso menos efímero que el anterior y terminando con uno más pausado que los dejaba conocer su sabor y moverse en sincronía hasta sumergirse en alegría pura.

Todo parecía indicar que ahora era su turno de permitir que sus corazones tomaran sus sentimientos y los convirtieran en hermosas canciones que siempre los harían sentir bien y queridos. Hyun Jin y Seung Min lo entendían, ya eran prácticamente expertos en eso.

Fin.

*I feel like I became a zombie.- Significa "Siento que me he convertido en un zombi" en inglés. Es la línea con la que empieza el coro de la canción "Zombie" de la banda DAY6. Seung Min aquí no se siente mal ni nada por el estilo, sólo está bromeando con que se siente como un zombi porque no ha bebido café. 😅

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Aquí está el capítulo extra que cierra esta historia. 💞

¡Quiero darles las gracias otra vez por haber leído, votado y comentado! Su apoyo en verdad significa mucho para mí.

Espero de todo corazón que les haya gustado el fanfic y que este capítulo extra no los haya decepcionado. ¡Les mando un abrazo!

Canciones escritas con el corazón [HyunMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora