Canciones escritas con el corazón [HyunMin]

Capítulo 7.

Sentado con un vaso de agua fría entre las manos, sentía las caricias que Hyun Jin dejaba con gentileza en su espalda, pero éstas no lo estaban ayudando a calmarse. Sólo lo hacían sollozar con fuerza y soltar más lágrimas.

—Llora tanto como necesites, Seung Min —recomendó el mayor—. No hay problema si no quieres contarme qué sucede, puedo quedarme aquí contigo hasta que te sientas mejor, no hablaremos de nada que no quieras.

—Y-yo... tengo que decirle algo a Lee Know hyung, pero no sé cómo hacerlo —confesó con la voz rota—. Tengo miedo.

—Oh, ¿se trata de algo malo?

Seung Min se encogió en su lugar, mostrándose un tanto inseguro antes de seguir hablando.

—No lo sé —dijo—. ¿Es malo que te guste alguien?

—¡¿Te gusta Lee Know?! —El pelinegro había malinterpretado su pregunta y por ello terminó saltando a esa conclusión.

Recordando el beso que el pelirrojo le había dado en el escenario cuando ganaron el segundo lugar del concurso más reciente en el que habían participado, sintió mucha pena y abrazó a Seung Min de inmediato. Su preocupación por él era auténtica.

—Hyun... Jin... —El castaño apenas y podía creer que el contrario lo estaba sosteniendo entre sus fuertes y cálidos brazos, por poco se le caía su vaso con agua.

—Lo siento mucho, Seung Min —le susurró al oído—. Por favor no me odies. Tal vez decir esto no sirve para nada, pero aun así quiero que sepas que yo no besé a Lee Know.

—¿Eh?

—Digo, lo que probablemente viste en el concurso... —Se apartó un poco e intentó explicar—. Lee Know me besó, sí, pero yo me quedé quieto, no correspondí. Estaba tan emocionado porque Healing Voices quedó entre los ganadores, realmente ni pensaba... De haberlo hecho, te puedo asegurar que me habría alejado al instante, Seung Min. Espero que me creas. Yo quiero mucho a Lee Know, es mi mejor amigo, pero no lo veo como algo más. No hay nada entre nosotros, así que puedes decirle cómo te sientes y tal vez hasta pueda ayudarte a conquistarlo porque lo conozco bien, sé cuáles son sus gustos, puedo aconsejarte.

—N-no, Hyun Jin, ya estás creyendo cosas que no son. No me gusta Lee Know hyung —aclaró mientras se secaba unos cuantos rastros de lágrimas con la manga de su suéter—. No es eso lo que debo decirle —agregó con mucha más tranquilidad que antes, como si de alguna manera sí le hubiera sido útil enterarse de que Hyun Jin no había correspondido al beso—. Y claro que no te odio.

—Bueno, perdón, es que... —Suspiró—. No saber qué pasa no significa que no me gustaría hacer algo para ayudarte. Lo que sea que tengas que decirle a Lee Know parece... grave —se encogió de hombros—. De lo contrario, no te habría hecho llorar así.

—Gracias por querer ayudarme, Hyun Jin. Si te soy sincero, no sé si hay algo que puedas hacer en esta situación para mejorarla o no, pero créeme que valoro mucho el simple hecho de que estés aquí escuchándome.

—¿Cómo no lo haría? Somos amigos, Seung Min —le sonrió—. Yo también seré honesto. Me tardé un poquito en darme cuenta de que estabas llorando, pero mi día mejoró mucho cuando te reconocí —admitió—. Tal vez estoy siendo egoísta al decir esto, pero me gustó la idea de que estuvieras aquí para buscarme, para escucharme cantar, simplemente para verme...

—Hyun Jin... —Debía prepararse para decirle que ya no podrían pasar tiempo juntos, no después de lo que le confesaría a Lee Know.

—¿Te gustaría cantar conmigo?

—¿Qué? —La repentina invitación lo hizo olvidar por completo qué iba a decir—. ¿Cómo? ¿Cantar aquí? ¿Con todas esas personas que están comiendo?

—Sí, únete a mi presentación. Eso podría subirte el ánimo.

—Pero...

—Cantas muy bien, Seung Min. Y conoces mis canciones —insistió—. Compartiré el dinero contigo, ¿sí?

—No se trata de eso. Es que...

—Bueno, tranquilo, no voy a obligarte —se levantó—. Pero ya tengo que regresar al escenario... Dejaré mi invitación en pie, ¿está bien?

El castaño vio cómo el más alto se alejó y se acomodó para volver a cantar.

Lee Know llegó agitado al punto de reunión, preocupado por los cinco minutos de atraso que llevaba encima a causa de tener que hacer un favor de último momento en su trabajo de entrada de datos. Tras recuperar el ritmo normal de su respiración, alcanzó a ver a Ji Sung en la cercanía, hablando con un chico un poco más alto de cabello negro y pecas en toda su cara. Se acercó a ellos y los saludó alegremente.

—¡Lee Know! ¡Qué bueno que llegaste! —Fue lo primero que le dijo el rubio—. Te presento a Lee Felix.

—Hola —el pecoso sonrió con timidez.

—Mucho gusto —contestó el mayor.

—Los demás ya están esperándonos en el centro comercial, así que deberíamos darnos prisa —mencionó Ji Sung poco después.

No tardaron mucho en llegar y localizar cerca de una fuente a Chan y Chang Bin. Junto a ellos se encontraba otro chico de piel blanca, con alborotado, pero bonito cabello entre violeta y rojo pálido, quien se presentó como Woo Young.

Ji Sung miró a su amigo de cabello azulado de una manera que sólo se podía interpretar como una señal, pues Chang Bin reaccionó casi al instante y habló.

—Oigan, se me acaba de ocurrir una idea para que terminemos con las compras en cuestión de una hora o dos y que así tengamos el resto de la tarde para hacer lo que queramos.

—¡Oh! ¿Cuál es tu idea, Chang Bin hyung? —Preguntó el rubio.

—Hay que separarnos y hacernos cargo de cosas diferentes —explicó—. ¡Podemos confiar en nuestro buen gusto! Woo Young y yo buscaríamos pantalones, Hannie y su amigo Lee Know irían a ver zapatos y eso dejaría a Chan hyung y a Felix con la tarea de conseguirnos camisetas.

—¡Es una idea genial! —Ji Sung ni siquiera dio tiempo a que alguien expresara una opinión distinta—. Entonces, haremos eso y nos encontraremos aquí en una hora para ver qué tanto hemos avanzado.

En un parpadeo, todos se alejaron y Chan se quedó a solas con Felix. Algo sonrojado, el líder de 3Racha empezó a creer que sus amigos habían planeado todo y que la idea de Chang Bin en realidad no había sido espontánea... y no estaba equivocándose.

—Bueno... —Rio un poco—. ¿Te parece bien si primero vamos a esa tienda de allá? —Preguntó Felix, señalando hacia algún lugar al cual el mayor ni siquiera le prestó atención.

—Sí, vamos.

Los demás no parecían estar tan concentrados en comprar lo que habían dicho, sino en seguirlos de manera discreta.

—Ya veo qué está pasando —le dijo Lee Know al rubio que caminaba a su lado—. Ahora siento que me pediste venir sólo porque me necesitaban para su plan —bromeó.

—Te recompensaré con algo —le prometió entre risas—. ¿Qué quieres? ¿Un café? ¿Un helado?

—Me gusta más el pudín de vainilla.

—Anotado. Te debo un pudín.

Sin saber del todo por qué, el pelirrojo sonrió. Había juzgado a J.One sólo con lo que veía en algunos vídeos, en realidad no lo conocía bien, pero por alguna razón empezaba a sentir que quería hacerlo. Debía admitir que no se parecía nada a ese chico presumido ante las cámaras con el que estaba más familiarizado.

Continuará.

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