Vanik. Una rosa de sangre. (Libro #2 de la saga Rosas de lujuria y maldad).

Capitulo 13. Perfecto esposo.

🌹 Juntos hasta que la muerte nos separe.🌹

NARRA VANIK:

—Dom, ¿Dónde estás?– Pregunté al despertar, estaba desnuda, y la habitación estaba vacía.

Me levanté de la cama, y fui al baño, tome una ducha, y note unos ligeros chupetones en mi cuello cuando empecé a aplicar crema corporal.

Salí y me puse una sudadera de Dominic que me quedaba como un vestido, también me puse unos tenis, era algo sencillo pero me sentía bien.

Me peiné y tome mi teléfono para salir de la habitación, era muy temprano, así que supuse que todos estarían durmiendo.

—Estas completamente jodido por mi hermana, Dominic, si lo logras te va a amar.– Escuché la voz de Melody entre risas, mientras me acercaba a la cocina.

—Yo creo que es una locura Dominic, esto no era el plan inicial.– Se oia la voz de Fabián.

—Es gente sin futuro, además, esto es solo con ella, no le estoy pidiendo a nadie que participe.–Dijo mi esposo.

—Si Vanik quiere, yo estoy con ella.– Hablo la rubia.

—¿En serio Melody? ¿Tu también?– Añadió Fabián.

—Perfecto, yo me encargo de todo.– Dijo Dom.

—¿Que sucede?– Dije al entrar a la cocina, todos pusieron caras extrañas, pero tome la mano de Dominic, ya que el fue el primero en reaccionar y me la extendió.

—¿Recuerdas la conversación de anoche?– Dijo Dom abrazandome por la espalda.

—Recuerdo todo menos que me dejaras esto en el cuello.– Dije mostrándole los chupetones a Dominic, haciendo que Melody riera y Fabián rodara los ojos.

—Si te muestro mi espalda, te darás cuenta de que es lo mínimo con esos rasguños que me dejaste, ¿No has pensado en cambiar de manicurista?– Dijo mi esposo riendo.

—No, eso no está en discusión, pero, supongo que eso no es de lo que hablaban.– Dije, y se hizo un silencio incómodo.

—No, ¿Recuerdas lo de anoche antes de hacer el amor? Eso que me dijiste de practicar y todo eso.– Dijo mi esposo en un tono de voz bajo, después de ver que no había nadie más que Melody, Fabián, el y yo.

—Si, me dijiste que lo ibas a considerar.– Dije un poco confusa.

—Pues, hoy haré una llamada que nos facilitará a algunas personas que ya le sobran a este mundo.– Me hablo Dominic.

Por mi cuello paso una corriente, sentí como un alivio, miré a Melody que tenía una sonrisa siniestra, me giré y ví a Dominic, el sonreía y yo lo besé.

Era una sensación extraña, sabía que no estaba bien, pero mi cuerpo sentía excitación al pensar en un cuchillo, en la sangre, o en una persona suplicando para que lo deje vivir.

—¿Por eso Fabián está tan molesto?– Pregunté, tratando de disimular mi emoción.

—No es molestia, simplemente que no me puedes decir que este era el plan inicial.– Dijo el.