Vanik. Una rosa de sangre. (Libro #2 de la saga Rosas de lujuria y maldad).

Capítulo 19. No debiste hacerlo.

🌹No temas ensuciarte un poco las manos.🌹

NARRA VANIK:

—Gracias por el día de hoy.– Le comenté a Dominic entrando a la habitación, Danik venía dormida en los brazos de mi esposo.

Llegamos del centro comercial, compramos algunas cosas para Danik y otras para Dante, Dominic y yo decidimos no comprar nada para nosotros, tal vez por el hecho de que estábamos centrados en otras cosas.

—Las vi a las dos felices, en especial a Danik cuando se subió al colchón inflable.– El rió, mientras ponía a la niña en la cama, y luego se acercó a abrazarme.– Son mi felicidad, y ya necesitábamos un escape de esta pesadilla.

—Gracias mi amor, pero ya de...–Me solté del agarre de Dominic y el hablo, interrumpiendo lo que iba a decir.

—Debes irte, lo sé.

—Volveré rápido.

—Lo sé, yo te llevaré.

—¿Que? No mi vida, no es necesario, Melody va a conducir.

—Ya se hará de noche, y estás embarazada, es mi deber cuidarte.

—¿Y quién cuidará de Danik si tú y yo nos vamos?

—Mi padre.

—¿Tú padre? ¿Por qué tú padre? De seguro está cansado.

—Le dije que nos íbamos a escapar por ahí, a poder ocuparnos de nosotros.– Me dijo mientras me abrazaba por la espalda y dejaba besos en mi cuello.

—Tu padre debe pensar que somos unos pervertidos.– Reí un poco.

—Mi padre era igual con mi madre, o al menos eso dice el.

—¿Estuviste hablando de sexo con tu papá?

—Amor, está en mi naturaleza ser así.

—¿Caliente?

—Si, exacto, y supongo que mi padre era así, después de la muerte de mi madre, le conocí a muy pocas mujeres, pero siempre se oían ruidos raros de su habitación.

—Dom... No me importa la vida sexual de mi suegro, el único que me importa en ese tema, eres tú.– La última frase la dije con la voz más aguda y poniendo mis manos en su pecho.

—Bien, eso es lo que me importa.– Me besó y luego se empezó a desvestir.– Se quedará mi padre con Danik, confía en el.

—Se te está olvidando algo.

—Melody irá conmigo, no se que le dirás a tu padre, pero dudo mucho que crea que va con nosotros a hacer cosas que en teoría son nuestros asuntos.

—Descuida, no se dará cuenta, me iré a duchar para luego alistarme, ¿De acuerdo?

Asentí y vi como Dominic se metía al baño, estaba nerviosa, muy nerviosa, esto tenía todas las probabilidades de que saliera mal, y temía, pero no porque mi madre fuese a hacer algo, si no, porque se que sería capaz de matarla si ella no decide parar con esto.