🌹Podría caerse el mundo, pero siempre te cuidare a ti.🌹
NARRA DOMINIC.
-Buen día, mi amor.- Escuché la voz de mi esposa, estaba abrazada a mi, a penas se despertaba, al igual que yo.
-Buen día mi vida.- Le respondí después de darle un beso en la frente.
Ella me soltó y se sentó en la cama, la observé, y como el sol chocaba con su hermosa piel, y sin duda alguna, sentí como podía estar en el mismísimo infierno, pero su presencia, lo hacia hermoso y perfecto, así como ella.
-Espero estés pensando en mí, porque de lo contrario, podría matarte.- Me habló Vanik, saliendo del baño, se había duchado y ya estaba vestida.
¿Cuanto tiempo pasé pensando en ella?
-No tengo a nadie más en quién pensar, si contigo lo tengo todo.- Ella me sonrió de la manera más dulce posible.
-Eres un imbécil.- Su voz era dulce, sabía que estaba tratando de contener su emoción.- Voy a buscar a Danik, para darle el desayuno, te prepararé algo a ti también.
-No es necesario, debo hacer algo, y no sé cuánto tiempo me lleve, así que trataré de ir lo más temprano posible.
-¿A donde vas?
-Debo cumplir un trato con mi esposa.- Ella parecía confundida.- Voy al hospital, pequeña.
-¡Ay, Dominic!- Gritó y me dió un beso.- Sabías que eras mi imbécil perfecto.
-¿Gracias?
-Te amo amor.
Antes de que le pudiera responder, salió de la habitación, vi mi teléfono y ya eran las diez de la mañana, Danik ye debería estar despierta.
Me levanté y también tomé una ducha, al salir me coloqué un traje algo elegante, hace mucho que no me vestía así, me vi en el espejo y recordé cuando era director en el internado, y debía vestirme así.
Salí de la habitación y fui a la cocina, estaban todos desayunando y Danik hablaba con su mamá, me dio mucha ternura verlas a ambas, sin duda alguna, ellas eran mi mundo.
-Buen día.- Dije, y todos me miraron.
-Buenos días.- Respondieron a la vez.
-Papi.- Gritó mi hija, estirando sus brazos para que la cargara.
-Buen día mi princesa hermosa.- La tomé y dejé un beso en su frente, ella me abrazó.
-Papi es gande.- Le comentó mi bebé a mi esposa, y Vanik sonrió.
-Si, demasiado grande.- Le respondió la morena.
-Papi, vamos a jugar a las pinchechas.- Danik hizo un puchero, y Vanik me la quitó.
-Papi tiene algo que hacer, mi vida, pero tus tías y yo jugaremos contigo.- La morena le contestó y las chicas asintieron con una sonrisa.
-Me voy amor.- Le di un beso.
-Cuidate.
Iba saliendo, y sentí como alguien me perseguía, al llegar al auto, antes de subir, volteé y vi a Fabián, me miraba extrañado.
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Vanik. Una rosa de sangre. (Libro #2 de la saga Rosas de lujuria y maldad).
TeenfikceEl inicio de un hermoso jardín, pero también maldito... La belleza no será suficiente cuando la manipulación es mayor... Una pobre alma ¿Inocente? que será solo una pieza en un repugnante juego de ajedrez, dónde hasta tu propio equipo puede estar en...