La ciudad de los corazones rotos

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Desde mi primer año en la secundaria no he dejado de alucinar con el viaje de fin de curso, y sé que no soy la única que ha venido haciendo eso en los últimos años. Mi clase y yo hemos trabajado muy duro por cuatro años enteros para tener fondos suficientes para ir a un lugar decente, y hoy es el día en el que la junta de padres y nuestro tutor a cargo nos revelarán nuestro destino.

—¡Por favor, ya! —exclama alguien al fondo de la sala.

Otros gritos lo secundan.

Ruggero sonríe emocionado como niño mientras aguarda con las manos sobre la tela que cubre el pizarrón frente a nosotros.

Hoy lleva una camisa gris y unos pantalones de vestir muy lindos. Se ha dejado un poco de barba y su cabello
mantiene un look despreocupado. Se ve irresistible en todo el sentido de la palabra.

-Tres, dos, uno...

La tela cae en un remolino en sus pies y la clase estalla en gritos.

"HAWAI"

Michael y Carolina me abrazan como si hubiésemos encontrado la cura para el cáncer. Mis compañeros se abrazan y celebran.

-¡Tranquilos, chicos! -dice el profesor Pasquarelli.

Michael me da vueltas en el aire.

—¡HAWAI! —exclama— ¡HAWAI,KAROL, PODRÉ LLEVAR MI FLOTADOR DE PATO GIGANTE!

-¡Un ganso gigante! —exclama Chiara provocando carcajadas en la clase.

Todos vuelven a sus sitios e intentar mantener la calma.

-Serán cuatro noches y cinco días de viaje, obviamente la junta de padres irá con nosotros -explica. -Todos deben traer lo que la lista de requisitos pide, el permiso y todo lo que necesitan saber está en el documento que se les otorgará enseguida.

—¿Irá con nosotros? —pregunta Carolina.

Ruggero levanta una ceja antes de posar su mirada en mí.

Me encojo en mi sitio.

-Ya que el señor Erick renunció, hemos quedado a cargo la instructora, el profesor de física y yo -dice—. Además, ningún otro profesor deseaba hacerse cargo de ustedes. Tienen cierta reputación.

"Bullangueros, problemáticos, insolentes, irresponsables, niños con complejo de bromistas de MTV" así nos llama la profesora de ciencias... y otros diez profesores.

Genial, lo que faltaba.

Mientras más intento de apartarme de él, el destino se las arregla para juntarme con él cuatro noches y cinco y días en un hotel.

La suerte no está de mi lado.

-Ahora sí, Sevilla -dice Carolina―. Debemos ir por ropa de baño muy linda, y e ir a que te depilen el cuerpo, todo el cuerpo.

-Olvídalo -digo.

Mi teléfono vibra en mis bolsillos.

Abro una carpeta sobre el pupitre y lo reviso.

"¿Emocionada por Hawaii? Mi cámara y yo morimos por ver qué sucederá"

Miro para todos lados, buscando a alguien que tenga su teléfono en manos. Nadie excepto yo.

—¿Otro mensaje? —pregunta Carolina.

-Sí y súper dramático —gruño-. Estoy harta de esto.

-Lo atraparemos-dice ella convencida.

Asiento intentando darme fuerzas a mí misma. No creo poder seguir más con esta porquería.

Los representantes de la agencia de viajes toman el mando y se disponen a explicarnos el itinerario y todo lo que debemos saber antes de firmar los contratos y permisos. Pero en todo ese tiempo de charlatanería no puedo apartar la vista de mi querido profesor.

Profe, no borre el pizarrón |RUGGAROL|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora