#Narra Rox
Llegamos al hotel, estaba un poco nerviosa después de haber presenciado esa discusión entre Victoria y Liz, no sabía que habían estado juntas pero ahora lo único que me importaba era pasármelo bien con Liz.
-¿Qué película quieres ver?
-Pues la que tú quieras para eso eres la invitada.
-Mmmmm, no sé.
-Nada cursi, ¿eh?
-Ya está.
-Es de terror.
-Ya, ya lo sé pero es la única que he encontrado.
-Bien pero no quiero que luego tengas miedo, me sonrío de esa manera que tanto me desarma.
La película comenzó y fijé mis ojos en Liz, la luz de la tele se reflejaba en su rostro, su mirada estaba fija en las escenas que salían y sus labios estaban entreabiertos. Tenía la tentación de besarlos pero me contuve.
-¿Qué tanto miras Rox?
-Nada, nada miré a la tele y una imagen de un fantasma me sobresaltó lo que hizo que diera un pequeño grito.
-Riéndose. Te has asustado de un hombre que sólo actúa.
-Venga no te rías, la di un pequeño golpe en su hombro.
-Vale, ven. Me dijo, luego pasó su brazo por mis hombros y yo recosté mi cabeza en su pecho. Me sentía protegida y podía sentir el latir de su corazón iba bastante acelerado al igual que el mío.
#Narra Elizabeth
Cuando Rox puso su cabeza en mi pecho me di cuenta que quería estar con ella, que ella era la persona indicada así que me lancé a la piscina sin pensarlo dos veces.
-Ehhh Rox, ¿tienes pareja?
-Mirándome, terminé con ella hace un año o así.
-¿Qué pasó?
-Se acomodó en el sillón para quedarse en frente de mí. Bueno me engañó con otra.
-La rabia se apoderó de mí, qué imbécil. Cómo alguien puede hacerte algo así, no te lo mereces.
-No te preocupes ya es pasado ahora sólo quiero volverme a enamorar, sé que habrá alguien para mí en algún lado.
-La miré y no pude contener la necesidad de besarla así que volví a preguntar. ¿Y qué te gustó de ese tipo a pesar de lo que te hizo?
- Se quedó pensando. Bueno, era amable conmigo, un pelín rebelde.
-El doctor Jekyll era amable lo único es que se transformaba en el señor Hyde por la noche.
-Sonriendo, la verdad que sí.
Nos miramos y empecé a notar como la distancia que había entre ella y yo se empezó a reducir, sus labios cada vez los veía más y más cerca de los míos hasta llegar a sentir su respiración.
-Rox... No sé si deberíamos... (No sé por qué dije eso ya que era lo que quería hacer desde que la vi en la firma de autógrafos.)
-Shhh... Liz, ya lo arreglaremos mañana ahora sólo déjame hacerlo.
Nuestros labios se juntaron, su sabor era realmente excitante. Después de un par de minutos se fueron haciendo cada vez más y más intensos. Apoyé mi mano en su cadera apartando el molesto pelo para tener mayor acceso a su cuello, luego lo empecé a besar poco a poco lo que provocó que unos gemidos salieran de la garganta de Rox.
Liz... Sigue... Pronunciaba mi nombre con dificultad lo que me excitaba aún más.
Puse mis manos en su espalda y empecé a sacar lentamente su blusa hasta que se quedó en sujetador en frente de mí.
Eres muy hermosa Rox, pronuncié mientras besaba su pecho y en un movimiento rápido lo desabroché, proseguí dando pequeñas mordidas a cada uno de sus pezones, ella estaba a mi merced y eso me encantaba quería ir despacio provocándola el mayor placer ya que con Victoria nunca pude hacerlo de esta manera.
Después bajé hasta su ombligo lo rodeé con mi lengua y el cuerpo de Rox se arqueó, cogí el botón de su pantalón lo desabroché y se los bajé. Se quedó en ropa interior, con mi mano derecha masajeaba uno de sus pechos mientras que besaba sus muslos, luego volví a subir a su boca y nuestras lenguas conectaron. Me dirigí a su oído y susurré.
-Dime que lo quieres Rox, dímelo.
-S-sí... Lo quiero respondía con dificultad.
Al decir esto bajé hasta su tanga y se lo quité, besé sus labios inferiores y en un rápido movimiento sumergí dos dedos dentro de ella haciendo que todo su cuerpo se curvara y un gemido estalló de su garganta. Los movimientos empezaron a ser lentos pero con el paso de los minutos se hicieron más rápidos y violentos. Noté que estaba a punto de llegar al clímax y reduje los movimientos, Rox se desesperó un poco a lo que yo sonreí entonces volví a besarla y en un último movimiento Rox pronunció mi nombre y un gran gemido inundó la habitación. Saqué mis dedos y me quedé mirándola.
¿Qué tal estás? Pregunté aún con la respiración entrecortada.
Bien o eso creo sonrió.
La besé, luego me fui al baño a darme una ducha mientras Rox se vestía. Esa tarde creo que fue la más mágica de todas, por fin lo hice con Rox y no fue de la misma manera que lo hacía con Victoria, esta vez fue lento, placentero y especial.
ESTÁS LEYENDO
La chica de la fila
RomanceTodo cambia en un segundo o en un sólo cruce de miradas y sino que se lo digan a Elizabeth Gillies.