#Narra Rox
Ya habían pasado 6 meses desde que Liz y yo habíamos roto. Yo había vuelto a España y mi vida comenzaba a volver a la normalidad, todavía no podía evitar que se me cayera una lágrima al recordarla pero ya no dolía tanto. Incluso había conocido a una chica muy maja, atenta y sensible. Se llamaba Yuly, no estábamos saliendo ya que de momento no quería volver a una relación pero sí tonteábamos.
-Rox, ve a sacar la basura anda.
-Wendy hoy te toca a ti.
-Ya pero es que tengo que hacer trabajos.
-Está bien.
Me dirigí a la cocina, cogí la basura y salí a la calle. Cuando iba andando me paré y miré hacia atrás tenía la sensación de que alguien me estaba siguiendo pero pensé que eran paranoias mías así que seguí andando.
-Rox...
Escuché una voz y me giré de inmediato, estaba asustada.
-¿Quién hay ahí?
Una chica con pelo largo negro, botas, leggins y blusa me miraba. Me recordó mucho a... ¿Liz?
-¿Liz? ¿Eres tú?
-Sí.
No podía ser, estaba volviéndome loca, Elizabeth vivía en Los Ángeles y yo aquí.
-No, tú no eres Elizabeth, estoy paranoica.
-No, no lo estás. ¿Te acuerdas de "Forever and Always"?
Al decir esas palabras mi cuerpo empezó a temblar porque sólo ella y yo conocíamos la existencia de ese lugar.
-¿Qué haces aquí?
-No podía más, necesitaba verte, por favor tengo que hablar contigo.
-No tenemos nada de qué hablar Liz.
-Sí claro que tenemos que hablar.
Se fue acercando a mí y yo fui retrocediendo.
-No me toques, te lo pido por favor.
-Rox, no... No puedo con tu ausencia.
-Haberlo pensado antes, ya no hay lágrimas que derramar ni sentimientos que sentir.
Al decir esto vi a Yuly acercarse a mí.
-Rox, me besó en la mejilla.
-Yuly, hola.
-¿Es tu novia?
Preguntó con la voz desencajada.
-Sí lo es. (Mentí)
Entonces no pinto nada aquí.
No la verdad que no.
Elizabeth se dio media vuelta y pude saber que estaba llorando. Algo dentro de mí me dijo que corriera hacia ella y la abrazara pero me resistí aunque lo que sentía por Liz era mucho más grande así que hice caso a mis impulsos y corrí hacia ella.
-¡Liz! ¡Liz! Grité.
Elizabeth se giró.
-No hace falta que me digas nada ya lo sé todo, me lo merezco, es lo que tengo por no saber mantener lo que más quería.
-Espera, cogí su brazo.
Me miró y un leve brillo en sus ojos se posó.
-Quiero que hablemos.
-¿Y tu novia?
-Reí, no es mi novia, sólo es una amiga.
Nos dirigimos a un banco y nos sentamos, esperé a que Liz comenzara a hablar.
-Rox, cuando fui al hotel Brindam y llegué a la habitación nº 27 no había nadie, entré y Victoria estaba detrás de la puerta, yo puse toda la resistencia que pude hasta que sacó un pañuelo y me drogó, luego desperté. La llamé y me dijo que no hicimos nada simplemente me desnudó para que tú creyeras que sí pasó algo.
Durante todo el relato de Liz la estuve mirando a los ojos y me di cuenta que no me mentía, estaba siendo sincera, me había comportado como una estúpida y había creado un sufrimiento en ella que jamás pensé.
-Sé que es difícil de creer...
-Sshh puse mi dedo índice en sus labios. Te creo.
-¿Cómo?
-Te creo Liz, cómo no hacerlo después de que has venido hasta aquí, después de que he encontrado toda la verdad en tus ojos.
-Entonces, por qué no me dejaste explicártelo antes.
-Estaba demasiado enfadada, pensaba que otra vez me había vuelto a pasar lo mismo y más con la persona que me completaba.
Nos miramos y poco a poco nos besamos, por fin volvía a sentir esos labios, ese sabor, ese olor de Liz que me volvía loca y supe que nuestra relación se consolidaría y que no nos podrían separar.
-Te quiero, no sabes cuánto echaba de menos esto, me dijo Liz con voz agitada.
-Yo también.
Separándose de mí.
-Y, ¿qué tal si vamos a "Forever and Always"?
-¿Ahora?
-Ahora.
Esa noche el cielo fue testigo de una noche llena de pasión, una noche dónde nuestros cuerpos se convirtieron en uno solo, dónde el sonido de nuestra respiración entrecortada era lo único que escuchábamos y dónde la lujuria y el deseo purificaron y unieron nuestras almas para siempre.
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La chica de la fila
RomanceTodo cambia en un segundo o en un sólo cruce de miradas y sino que se lo digan a Elizabeth Gillies.