Noche de luna llena

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Una hora antes...

Las últimas semanas han sido un martirio. Está seguro de que llegar a la madurez como omega, no es tan fantástico como le habían dicho. Ahora, ya no puede dedicarse sólo a la elaboración y venta de artesanías o a los bailes en el parque, donde apenas gana un poco de monedas. El líder de su gente, el único alfa en el grupo, le ha dicho que debe ganar lo suficiente para aportar al grupo. Ya no solo es subsistir él y su madre, sino una cuota que sirve para que su gente pueda comprar enseres de uso común.

¿Cuáles? se pregunta, si nunca han recibido algo del líder, su madre ha trabajado tanto para poder comprar comida, y ahora sabe que también ha pagado la cuota de ambos. ¿Es realmente así como quiere vivir? es algo que no sabe responder aún.

Ama a su gente, ha sido muy feliz viajando con su madre y sus compañeros, pero siente que lo que hace el líder no está bien. Si ser gitano es ser libre ¿Por qué deben pagar por serlo? es una gran contradicción... pero no hay nada que pueda hacer. Shigaraki los ha guiado en los últimos diez años, desde que su predecesor lo dejó al mando. Es un alfa joven, pero ha sabido mantener al grupo unido, incluso los ha defendido cuando han querido hacerles daño.

Los códigos no están escritos, no tienen leyes como tales, pero hay reglas y principios que han pasado de los mayores a los menores. Se supone que es un delito robar o engañar a otro gitano. Tampoco el delatarse entre sí. También, se supone que no deben abandonar a la familia en tiempos difíciles... aún así nunca conoció a su padre, así que no está muy seguro de que las "leyes gitanas" se cumplan.

Así que sin más remedios, ha comenzado a vender bailes a alfas, como su madre le contó que trabajó por años. No le disgusta por completo ser observado por ellos, pues desde pequeño se ha acostumbrado a las miradas indiscretas. Aún así, las miradas y expresiones llenas de lujuria, sí lo incomodan. Hasta antes de sus dieciséis años, nunca pensó en alguien más que Kacchan, imaginándolo más que amigo como un compañero de vida. Creyó que estarían juntos para siempre, y que cuando se presentaran podrían finalmente serlo. Pero todo cambió, el rubio lo alejó y no regresó a visitarlo.

En dos meses, las huellas de un amor de toda la vida no se podrían borrar, pero tratando de cumplir con la cuota del líder y ayudar a su madre consiguiendo dinero para los alimentos, comenzó a salir cada noche, lo que no le ha permitido seguir llorando por Kacchan.

No ha sido fácil, hay alfas abusivos que tratan de tocar, pero entre sonrisas falsas y pasos de baile donde contorsiona su cintura y caderas ha logrado esquivarlos. También, ha recibido propuestas de algo más que un baile, bien pagado por supuesto, pero fuera de sus propios límites.

"Yo solo quiero hacer música y bailar libremente" piensa con tristeza mientras muestra su abdomen y mueve las caderas para un viejo alfa que ha pagado muy bien por un baile. Todo pierde su encanto cuando el hombre libera sus feromonas para atontarlo.

-He pagado muy bien, merezco algo mejor- Sus asquerosas manos trataron de tomarlo de la cintura, sin poder escapar el hombre ha intentado abusar de él. Sabe muy bien que no hay ninguna ley en Rumania, Hungría o Serbia que proteja a un omega gitano, así que hace lo mejor que puede para golpearlo en su entrepierna y escapar.

En la calle logra correr y cubrirse. No se da cuenta que camina enfrente del gran salón de las industrias Bakugo, mucho menos que su gran amor lo observa en la lejanía; su mente piensa únicamente en alejarse y llegar a la caravana, no falta mucho y está seguro de que podrá huir.

Pero ese alfa no se iba a rendir. El golpe llegó tan pronto que no pudo reaccionar, su mala alimentación y falta de sueño ayudaron a que perdiera la consciencia. Su último pensamiento estuvo lleno del color rubí, antes de apagarse.

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Actualidad...

-¿Qué se supone que haces con ese gitano inmundo?

Su madre le grita, la gente ha comenzado a salir del gran salón; las omegas murmuran indiscretas y los alfas se ven molestos por la presencia del omega pecoso. Izuku ni siquiera está consciente para defenderse o retirarse. Por lo que Katsuki siente que su sangre hierve de nuevo. Ha sido un maldito cobarde, dejó solo a Deku, cuando claramente lo necesita en su vida, así como el pecoso también lo necesitaba a él.

Su padre se acerca a él, no sabe con qué intención, por lo que le gruñe mostrando los dientes, una acción que provoca gritos y expresiones de sorpresa en toda la gente acumulada, pues es considerado un gesto sin elegancia o educación, algo que solo los campesinos hacen.

-Katsuki Bakugo, suelta a ese gitano y regresa al baile- No es una instrucción, sino una orden dada por su padre, el alfa de su familia, el líder de su manada.

-NO- Su voz hace retroceder a los omegas, incluso su madre se queda callada, por fin.

-DIJE SUELTA. A. ESE. OMEGA- Su padre sintió el desafío, es un alfa recesivo, por lo que su voz no tiene el mismo efecto que la suya, aún así, es la primera vez que lo oye molesto, no lo asusta, pero sí es inesperado.

-¡NO! ES MI OMEGA- Su madre rompe a llorar, su padre lo observa incrédulo y claramente alterado. A su al rededor, todos son enemigos, su instinto le hace erizar cada uno de los vellos de su cuerpo.

Nadie se mueve, nadie quiere ver a dos alfas respetables peleando, mucho menos por un insulso omega gitano.

-¡Deténganse, esto es inmoral!

-¡Señor Bakugo, esta es una falta a la decencia!

Los gritos de los alfas, que ofendidos observaban la situación, comenzaron a bajar a su padre de su enojo.

-Me disculpo, en nombre de mi familia, Katsuki, deja a ese omega y regresemos, no hay que incomodar a los invitados.

-No necesito nada de esto. Me largo.- El alfa rubio corrió por la calle hasta perderse en los callejones, sus padres gritaron por que regresara, mientras él feliz se arrancaba los olanes del cuello y las mangas. Sabía perfectamente a donde dirigirse.

-¿Kacchan?





HIJOS DE LA LUNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora