Ni de aquí, ni de allá

1.8K 340 50
                                    

El alba trajo consigo los primeros rayos de luz solar. Iluminando cada rincón. También rumores e información.

La primera noticia que llegó fue impresa en los periódicos, donde los hechos estaban claramente tergiversados, pues decían que un omega gitano, tramposo y de baja moral había seducido al heredero de las Industrias Bakugo, el alfa actualmente secuestrado por esos ladrones y criminales.

-Maldición...- El rubio leía incrédulo la sarta de mentiras.

-Tranquilo Kacchan, nunca dicen cosas buenas sobre nosotros.- La forma tan relajada en la que el omega y su madre tomaban las noticias le hizo recordar las veces en que sus padres leían noticias así. Lo cual era bastante seguido, dañando la imagen de los gitanos y de cualquiera que se relacionara con ellos.

-La sociedad es una mierda, en ningún lado dice que escapé de sus reglas absurdas porque no me dejaron cortejar al omega que amo.- Su rostro seguía fruncido, aunque sus mejillas y orejas tenína un tenue sonrojo.

-Sí, les encanta invent... ¡¿Qué?!

El alfa rio al ver la boca abierta del pecoso.

-Justo lo que oíste, Izuku- Dejó de lado el periódico para voltearse y tomar las dos manos del omega.

-No hay nada más que quiera en este mundo. Si me quieres aquí, como uno de ustedes, lo haré. Si me pides que huyamos solo los dos, con mucho gusto lo haré. Soy tuyo.

Izuku apretó los labios para no llorar, en vano pues sus lágrimas escapaban una tras otra.

-Y-yo también te amo Kacchan- La omega peliverde regresaba con un recipiente lleno de agua, cuando vio al alfa hincado frente a su cachorro, tiró el agua y corrió hacia ellos.

-No, no Izuku, mi niño ¿Qué haces?

-¡Mamá! Kacchan me ama, quiere cortejarme- El rubio se sonrojó hasta la nuca, no esperaba tener que dar la noticia tan pronto a su suegra, pero ya estaban así que se puso de pie para afirmarlo.

-Si me permite, doña Inko, me gustaría cortejar a Izuku como se debe.

-No, puedes...- Katsuki se tensó al escucharla, la omega peliverde lloraba igual que su hijo.

-M-mamá ¿Por qué?- Izuku tomó su mano firmemente, dándole a entender que estaba de acuerdo con el alfa.

-No es un gitano, mi amor, tú has visto como nos tratan, además... al líder no le gustará.

-No me importa lo que diga el líder, se supone que somos libres, y yo elijo a Kacchan.- Izuku no daría marcha atrás. Katsuki sintió su pecho cálido, creyó que sería más difícil ganarse la confianza de Izuku de nuevo, pero llevaban tanto tiempo juntos que al separse, ambos no hicieron más que extrañarse.

-Yo estoy dispuesto a enfrentarme a su líder, he tenido riqueza, estatus y un gran patrimonio, pero nada de eso me importó, porque no tenía a Izuku a mi lado.

Las palabras del alfa no eran vacías, Inko llevó sus manos a su pecho, no quería negarle a su cachorro la optunidad de vivir el amor, mismo que ella nunca pudo encontrar, pero tenía miedo. Shigaraki es de temer cuando se molesta, también había mencionado en varias ocasiones que estaba interesado en enlazarse con un omega, y por como veía a su hijo, temía por que él fuera el elegido.

-Mamá...

-Está bien, pero debemos ser cuidadosos, a Shigaraki no le gustára, no lo tomes a mal Katsuki, pero no eres de aquí, ni de allá- Triste señaló en dirección a la enorme edificación de las industrias de su padre.

El alfa simplemente asintió, de todos modos, no quería regresar. Tampoco está dispuesto a alejarse de Izuku. Su alfa por fin está tranquilo y satisfecho con su decisión.

.


.


.


.


.


.


.

-¡No pueden permitir que esos asquerosos gitanos contaminen así nuestra sociedad!- El mayor socio de los Bakugo, Enji Todoroki, encabezaba la reunión en el salón donde la noche anterior se había llevado a cabo el baile de presentación de Katsuki, mismo que terminó con el escándalo de verlo huir con ese omega en brazos.

-¡Es mi hijo del que hablan!- La voz de Mitsuki resonó en la sala, haciendo que los alfas callaran sus murmuros.

-Sí, pero él fue el que decidió irse con ese asqueroso omega, ¿Sabes lo que significa que lo prefiera a él que a su lugar en la burguesía de nuestro país?

Mitsuki dio un paso atrás, intimidada por la fuerte presencia del alfa pelirrojo. Masaru la cubrió con sus feromonas y se enfrentó al mayor.

-Entonces ¿Qué propones Todoroki?- El ambiente se sentía pesado, las feromonas de ambos alfas pululaban al rededor, sofocando a todos.

-Contactaremos al Secretario de Estado, el señor Toshinori puede dirigir una operación de "limpieza" de gitanos- El alfa pelirrojo tenía una expresión aterradora en su rostro, era como si solo hubiera esperado una pequeña chispa para hacer arder su odio contra los gitanos. Masaru no pudo contestar.

El alfa mayor se giró a ver a todos los alfas y betas reunidos.

-¡Limpiaremos nuestra ciudad de esa escoria! ¡¿Quién me apoya?!

Los gritos inundaron todo el salón. Cada uno de acuerdo por diferentes razones. Incluso el alfa que intentó abusar de Izuku, gritaba extasiado, feliz de poder vengarse de ese alfa descarriado y su perra gitana.

Mitsuki retrocedió, comprendiendo la gravedad de lo que se estaba gestando. Secretamente ella también había sido amiga de una gitana, hace años, cuando su padrea aún no la había obligado a enlazarse con Masaru.

-¿Qué pasará con mi hijo?- Masaru volteó a verla, en su rostro se mostraba su preocupación, pero lamentablemente, también su resignación.

-Él los eligió querida.

Breve y dolorosa, así fue su respuesta. Enji Todoroki, el mayor socio de su esposo fue quien tomó el liderazgo y contactó al Secretario de Estado. Ella estaba segura de haber escuchado más de una vez las palabras "deshonra", "secuestro" y "vergüenza" en la redacción del telegrama que sería enviado esa misma tarde.

<Maldición, mocoso del demonio, huye> Quizás fue muy dura con él, pero como omega, siempre ha amado a su cachorro. Insegura de los posibles resultados de la operación, decidió que no se quedaría de brazos cruzados.

HIJOS DE LA LUNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora