No paraba de pensar en el daño que me hacia al haber comido una palomita, sin embargo, cuando estaba con el, el resto de cosas no tenian tanta importancia.
El me gustaba.
Yo lo queria.
Entonces algo comenzó a marchar mal.
Me dolía la cabeza, todo a mi alrededor se agitaba, estaba mareada, las mariposas de mi estomago amenazaban con salir y pude ver como estrellas aparecian en mis ojos.
Estrellas.
Entonces recordé aquella frase de aquel instagram de thinspo -Inspiración a ser delgado- «Para ser bella, tendrás que ver estrellas.» Ya tenía sentido.
No podía desmayarme, no ahí en medio.
Ni en broma. ¿Y arriesgarme a que me ingresen? No, gracias.
Me tumbé en el césped evitando que eso pasara.
-¿Te ocurre algo?-Preguntó Calum, suave, al oído.
-En absoluto. Estoy bien.
Sonreí levemente para aparentar estar bien, algo que no estaba.
«Estoy bien» siempre la misma mentira.
-Estas pálida.
-Soy pálida.
-Y helada.
-Bueno, siempre he sido friolera.
-¿Seguro que estás bien?
-Segurísimo.
¿Cómo podía mentir así, teniendo esos cortes en las muñecas, bajo dos pegotes de maquillaje liquido y cinco brochazos de polvo, difuminados debajo de 11 pulseras mas bien finas?
Tras una buena tarde, llegó la hora de irnos. Temía poder desmayarme, pero, soy mas fuerte de lo que pensaba.
Me despedí de Calum con dos besos, como si nada antes hubiera pasado...Y me fuí.
