Aroma de Ocaso

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Quién ha probado la felicidad no se olvida de su sabor...

Lo mezclaba lento, justo como las caricias en la espalda antes de dormir, pensando, a medida que el tocotoco del cubierto balanceaba la copa: será verdad... eso de "todo puede suceder solamente con desearlo suficiente".
Pensaba, sin respuestas ... se perdió en el silencio y lloró el cielo ... hasta quedar descubierto el halo vespertino y enredarse en el aroma del paisaje.
Lo sabía, y no le importaba demasiado, porque, una vez más, entre hoyuelos inefables, se enamoraba más del ocaso ... o quizás, solo del café.

- Se encontró...

Soñar despierto...despertar sonrisasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora